Estados Unidos: del sue?o a la pesadilla americana
La igualdad de oportunidades se ha visto especialmente da?ada en la mayor econom¨ªa del planeta
Si un estadounidense quisiera vivir el sue?o americano quiz¨¢ deber¨ªa viajar a Espa?a. Esta es una de las conclusiones que entre cifras y palabras se puede filtrar del informe de la OCDE ?Un ascensor social roto? C¨®mo promover la movilidad social. Un espa?ol tarda unos 120 a?os en pasar de la pobreza a los ingresos medios, frente a los 150 de un estadounidense. La distancia que existe entre cuatro y cinco generaciones. El caso es que si analizamos la denominada curva del Gran Gatsby, que relaciona la baja movilidad con la elevada desigualdad, la tierra de las oportunidades refleja una imagen m¨¢s injusta que la espa?ola.
Es el desfigurado retrato de una de las sociedades con mayor inequidad del planeta. En Espa?a, el 1% de las personas m¨¢s ricas del pa¨ªs recibe el 8,6% de la renta nacional. El porcentaje, en la otra orilla del Atl¨¢ntico, sube al 20,8%. Pero el pa¨ªs lo soporta porque esa desigualdad impregna la esencia de su mitolog¨ªa. Estados Unidos adora las buenas historias que llevan de la nada a la riqueza. La de la presentadora Oprah Winfrey, por ejemplo, ha sido mil veces contada. Su ascensi¨®n de una ni?ez pobre en el sur rural a multimillonaria estrella de los medios de comunicaci¨®n. ¡°El sue?o americano sigue vivo, con m¨¢s trabas, pero vivo¡±, defiende Jorge P¨¦rez, de 69 a?os, uno de los empresarios latinos m¨¢s ricos del mundo, quien ha forjado un imperio en el sector inmobiliario a trav¨¦s de su empresa, situada en Miami, The Related Group. ¡°Yo soy un ejemplo perfecto. Nac¨ª en Cuba, viv¨ª en Colombia y fui a la universidad en Estados Unidos, sin tener un centavo, gracias a las becas. All¨ª abr¨ª un negocio de la nada que hoy construye miles de millones de d¨®lares en bienes ra¨ªces [terrenos y viviendas]¡±.
Sin embargo, el sue?o, a veces, funde a negro. Desde la Edad Dorada (1870-1890) la mayor potencia econ¨®mica del mundo no ten¨ªa unos ¨ªndices de desigualdad tan elevados. El salario medio estadounidense lleva estancado casi cincuenta a?os y cada vez menos j¨®venes piensan que les ir¨¢ mejor que a sus progenitores. ¡°Hay un ejemplo muy n¨ªtido: el 90% de los chicos nacidos en 1940 en Estados Unidos ganaba m¨¢s que sus padres, pero solo el 50% de los chavales que nacieron en 1980 han sido capaces de lograr lo mismo¡±, advierte Ryan Rippel, director de movilidad econ¨®mica de la Fundaci¨®n Bill & Melinda Gates.
Este estancamiento tiene muchos culpables: el mercado laboral, la accesibilidad a la vivienda, la clase de barrio, el racismo estructural. ¡°Cuando los ni?os crecen en el mismo vecindario, con padres que tienen ingresos similares, a los chicos afroamericanos les va peor en la vida que a los blancos del mismo entorno¡±, sostiene Ryan Rippel. Y todo puede empeorar. A¨²n se aguarda el impacto de la ¡°innovaci¨®n radical¡±. ¡°Podemos estar acerc¨¢ndonos a una revoluci¨®n definida por el pleno empleo, baja productividad, altos m¨¢rgenes empresariales y elevada desigualdad¡±, prev¨¦ Christophe Donay, director de an¨¢lisis macroecon¨®mico de la gestora Pictet WM. Esta inequidad y el declive postindustrial justifican, por ejemplo, el coste humano y econ¨®mico (unos 69.000 millones de euros anuales) de la epidemia del consumo opio en Estados Unidos. Un angustioso relato de c¨®mo el analg¨¦sico m¨¢s antiguo conocido por el hombre anestesia el dolor de la democracia liberal m¨¢s avanzada del planeta. El mundo rota impulsado por sus propios contrasentidos.
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