No nos olvidemos de Europa
La futura pol¨ªtica econ¨®mica estar¨¢ condicionada por decisiones que se tomen en Bruselas
La campa?a electoral ha dibujado un paisaje econ¨®mico que levita sobre la realidad. Los debates se han centrado en las pol¨ªticas internas, cuando la econom¨ªa espa?ola est¨¢ estrechamente interconectada con la de nuestros socios europeos, olvidando que muchas de las decisiones est¨¢n condicionadas por normas decididas en Bruselas ¨Creglas de d¨¦ficit p¨²blico, acuerdos comerciales con las principales potencias del mundo, directrices que se derivan del pilar social europeo¡ª y que buena parte de los programas que se pretenden aplicar no son viables sin una mayor cooperaci¨®n internacional.
Es cierto que la expansi¨®n apenas pierde aire, aparentemente ajena a lo que pasa fuera de nuestras fronteras. En el actual trimestre, los indicadores apuntan a un ritmo de crecimiento sin grandes cambios con respecto al cierre del a?o pasado, es decir en torno al 2,4%, m¨¢s del doble de lo que se prev¨¦ para el conjunto de la zona euro. La EPA, con una creaci¨®n de 148.000 empleos netos en el primer trimestre con respecto al anterior (datos desestacionalizados por Funcas) avala esta tendencia favorable. Y la prima de riesgo sigue en m¨ªnimos.
Sin embargo, ser¨ªa imprudente ignorar el deterioro del entorno externo, m¨¢s acusado de lo que se tem¨ªa. Cerca de la mitad de las exportaciones espa?oles est¨¢n orientadas a mercados en plena ralentizaci¨®n. Preocupa Italia, que no sale de la recesi¨®n, penalizada por costes de financiaci¨®n de sus empresas en niveles pr¨®ximos a los que se observaron en Espa?a durante la crisis. Pero lo que m¨¢s sorprende es Alemania, cuyo gobierno acaba de rebajar la previsi¨®n de crecimiento para este a?o hasta un escaso, y hasta poco inveros¨ªmil, 0,5%. El par¨®n viene de la industria, que no levanta cabeza, como consecuencia del debilitamiento del comercio internacional, de los ajustes en el sector del autom¨®vil y de los vaivenes de la econom¨ªa brit¨¢nica, un mercado crucial para las ventas de productos industriales. Incomprensiblemente, el gobierno alem¨¢n no tiene intenci¨®n de reactivar su econom¨ªa, sin duda porque erige el objetivo de reducci¨®n de la deuda p¨²blica (apenas superior al 60% del PIB) en un dogma inquebrantable.
A ello se a?ade el encarecimiento del petr¨®leo. El barril de Brent cotiza en torno a 75$, un 20% m¨¢s que a principios de a?o, provocando una p¨¦rdida de poder adquisitivo para nuestra econom¨ªa y acelerando la contracci¨®n del super¨¢vit de las cuentas externas. En marzo, mientras que el n¨²cleo central de los precios de bienes y servicios que consumimos se increment¨® a un ritmo anual del 0,7%, los precios energ¨¦ticos lo hicieron un 5,6%.
Ante un contexto degradado, el BCE ha anunciado medidas de apoyo al cr¨¦dito, parapet¨¢ndose en la baja tasa de inflaci¨®n. Se espera que los tipos de inter¨¦s sigan en valores irrisorios, para animar la inversi¨®n y la actividad. Pero, a falta de otras palancas de pol¨ªtica econ¨®mica, el arsenal monetario no parece suficiente, adem¨¢s de plantear desaf¨ªos para la estabilidad financiera a medio plazo, y mantener bajo respiraci¨®n asistida a ¡°empresas zombies¡±, que solo sobreviven gracias al cr¨¦dito barato. La OECD estima que no menos de una de cada diez empresas europeas son zombies.
Tambi¨¦n existen razones para el optimismo. Las tensiones comerciales entre EE.UU y China podr¨ªan relajarse y la econom¨ªa europea emprender una t¨ªmida recuperaci¨®n, como lo anuncian los principales organismos internacionales. No es descartable que el precio del petr¨®leo frene su ascenso, si Arabia Saud¨ª pone m¨¢s barriles en el mercado, compensado los recortes en Ir¨¢n, v¨ªctima de las sanciones americanas.
Pero, no hay que fiarse. Espa?a puede ejercer mayor protagonismo en las respuestas europeas a posibles recesiones, apoyando el lanzamiento de un instrumento de pol¨ªtica fiscal como el seguro europeo de desempleo o un plan de transici¨®n verde en el continente, y completando la arquitectura del Euro. Adem¨¢s, muchas de las promesas de campa?a, sobre todo en materia fiscal, no pueden realizarse o aplicarse eficazmente sin la cooperaci¨®n de los pa¨ªses vecinos. Por todo ello, avanzar en la Europa econ¨®mica ser¨¢ una de las principales prioridades de cualquier gobierno que salga de las urnas.
Actividad
Actividad
En febrero, el principal indicador de actividad del sector servicios se increment¨® un 0,6% con respecto a enero, y 4,9% con respecto a un a?o antes. As¨ª pues, el indicador apenas muestra s¨ªntomas de desaceleraci¨®n, en consonancia con el tir¨®n del consumo y la inversi¨®n. Destaca el crecimiento de las actividades profesionales, cient¨ªficas y t¨¦cnicas, con 9% anual, y de actividades administrativas, con un 8,3%. Por el contrario, se mantiene la senda descendente en los servicios asociados a la venta y reparaci¨®n de autom¨®viles, con una contracci¨®n del 1,3%, que refleja el ajuste en el sector.
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