Ya nadie busca petr¨®leo ni gas en Espa?a
El Gobierno no ha recibido nuevas peticiones de permisos para investigar hidrocarburos desde 2014
A principios de 2015 la canadiense BNK presentaba los proyectos para los primeros pozos de exploraci¨®n de gas en el norte de Burgos, ¡°una de las zonas de Espa?a con mayor potencial¡±. Unos meses antes la empresa hab¨ªa invitado a los preocupados ciudadanos de la zona y a periodistas ¡ªincluido este medio¡ª a conocer sus pozos en Polonia, la avanzadilla en Europa del sistema con el que quer¨ªa extraer gas del subsuelo espa?ol: la fractura hidr¨¢ulica, el c¨¦lebre fracking. Cuatro a?os despu¨¦s, ni Polonia ha replicado el milagro energ¨¦tico de Estados Unidos ¡ªgracias al fracking el pa¨ªs norteamericano ha vuelto a la cabeza de la producci¨®n¡ª, ni en Espa?a queda ni rastro de aquellas empresas que iban a extraer el equivalente de 70 a?os de consumo de gas.
Nadie ha solicitado permisos para investigar hidrocarburos en Espa?a desde 2014, seg¨²n datos del Ministerio de Transici¨®n Ecol¨®gica, con la excepci¨®n de dos permisos auton¨®micos en Asturias (el proyecto Ll¨¢bana, de Hunosa y Volta Energy) y en Arag¨®n (en Barbastro y Monz¨®n). Seg¨²n un portavoz de Hunosa, el primero est¨¢ paralizado por sus altos costes. El segundo, de la empresa Helios Arag¨®n Exploration, y todav¨ªa muy preliminar, no podr¨¢ emplear la t¨¦cnica del fracking, prohibida en territorio aragon¨¦s.
En los ¨²ltimos 10 a?os se han solicitado 103 permisos de investigaci¨®n, tanto estatales como auton¨®micos. M¨¢s de la mitad (57) ya se han extinguido formalmente, la mayor¨ªa por desistimiento de las empresas. Seg¨²n fuentes del sector, el grueso de los a¨²n vigentes sigue as¨ª por retrasos administrativos. Hace solo unos d¨ªas se public¨® en el Bolet¨ªn Oficial la extinci¨®n de los permisos que hab¨ªa pedido Repsol para buscar petr¨®leo o gas frente a las costas de Fuengirola (proyecto Siroco). Cuatro a?os despu¨¦s de renunciar a ellos en 2015.
¡°Casi todas las empresas han desaparecido de Espa?a¡±, dice ?ngel C¨¢mara, portavoz del Consejo Superior de Ingenieros de Minas. BNK, la que tuvo proyectos m¨¢s avanzados, despidi¨® a la plantilla y cerr¨® sus oficinas en Madrid en 2016. Era una de las interesadas en extraer hidrocarburos mediante fracking. Junto con otras compa?¨ªas, crearon una asociaci¨®n llamada Shale Gas Espa?a, que ejerci¨® de lobby del sector. Ya no responde a los correos electr¨®nicos ni al tel¨¦fono y parece estar completamente desmantelada. Tampoco est¨¢ muy activa Aciep (Asociaci¨®n Espa?ola de Compa?¨ªas de Investigaci¨®n, exploraci¨®n y producci¨®n de hidrocarburos), otro de los actores que lideraron la investigaci¨®n de recursos de gas y petr¨®leo. EL PA?S ha tratado de hablar durante m¨¢s de un mes con su presidenta, sin ¨¦xito.
¡°La exploraci¨®n para extraer gas no convencional [gas de esquisto, el que se extrae mediante fracking] es inexistente ahora mismo¡±, confirma ?ngel C¨¢mara. Pero tampoco hay casi nadie investigando el convencional. Repsol, que ten¨ªa varios permisos para buscar petr¨®leo y gas, ha renunciado a ellos. Desde que en 2015 cerr¨® la compra de la canadiense Talisman Energy e incorpor¨® sus activos, ha centrado sus esfuerzos en grandes proyectos en Canad¨¢, Estados Unidos, el sudeste asi¨¢tico, Colombia y Noruega, entre otros, y ha dejado en segundo plano los espa?oles. La petrolera escocesa Cairn Energy, que en su momento se interes¨® por las reservas offshore (en el mar), fue de las primeras en irse. Cerr¨® su sucursal en Madrid a finales de 2014 y abandon¨® los permisos de exploraci¨®n que ten¨ªa en la zona del golfo de Valencia. De su proyecto Mesana, en el Cant¨¢brico, no se sabe nada desde 2014.
La falta de rentabilidad es solo uno de los motivos del desinter¨¦s de las compa?¨ªas por los hidrocarburos en Espa?a. Expertos consultados apuntan tambi¨¦n a la oposici¨®n de parte de la sociedad a este tipo de proyectos, a la incertidumbre regulatoria y falta de seguridad jur¨ªdica y a las trabas administrativas. ¡°Despu¨¦s de Castor, las cosas se volvieron mucho m¨¢s lentas. Desde entonces los funcionarios lo miran todo con lupa¡±, asegura una fuente del sector. C¨¢mara atribuye mucho peso a las movilizaciones ciudadanas contra las prospecciones en el Mediterr¨¢neo y contra el fracking y cree que el Gobierno ya ha cerrado la puerta a esta ¨²ltima t¨¦cnica: ¡°La nueva ley de Cambio Clim¨¢tico plantea la negaci¨®n de permisos de investigaci¨®n¡±. Y a?ade: ¡°Que se proh¨ªba explotar, bueno, pero negar la investigaci¨®n me parece un error. Ya solo por concepto, una investigaci¨®n siempre tiene sentido hacerla. Otra cosa es que despu¨¦s tenga aplicaci¨®n o no¡±.
El par¨®n del sector alegra especialmente a los ecologistas: ¡°Empieza a haber un sentimiento generalizado de que la era de los hidrocarburos se va a ir extinguiendo poco a poco y las propias empresas energ¨¦ticas intentan diversificar su negocio. Repsol es el caso m¨¢s sonado. Ha entrado en las el¨¦ctricas a trav¨¦s de Viesgo. Empiezan a ser conscientes de que una econom¨ªa basada en combustibles f¨®siles es totalmente inasumible en un futuro cada vez m¨¢s pr¨®ximo¡±, afirma Adri¨¢n Fern¨¢ndez, de Greenpeace.
El ¨²ltimo reducto de la exploraci¨®n de gas est¨¢ parad¨®jicamente en manos p¨²blicas. La Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi (Shesa) tiene un proyecto de investigaci¨®n para extraer gas de manera convencional en ?lava ¡ªproyecto Armentia¡ª. ¡°En 1998 ya se llev¨® a cabo un pozo de gas pero con la tecnolog¨ªa que exist¨ªa entonces se opt¨® por abandonarlo¡±, explica ??igo Ansola, director general del EVE, el organismo p¨²blico que controla Shesa. Ahora pretenden volver a explorar esa reserva. ¡°En la transici¨®n energ¨¦tica, el gas va a ser el combustible f¨®sil m¨¢s limpio, el que nos va a permitir llegar a un mix energ¨¦tico m¨¢s renovable y que vamos a tener que seguir consumiendo unas d¨¦cadas m¨¢s. ?Qu¨¦ es mejor, importarlo o producirlo aqu¨ª? Sabiendo que en el subsuelo peninsular existe gas, lo tendr¨ªamos que extraer y utilizar. Es m¨¢s econ¨®mico y m¨¢s sostenible ambientalmente¡±, opina Ansola.
Shesa tiene actualmente en producci¨®n, junto con Uni¨®n Fenosa Gas, un pozo de gas natural convencional en La Rioja (proyecto Viura). En 2017 se convirti¨® en la primera producci¨®n comercial de hidrocarburos autorizada en m¨¢s de 20 a?os en Espa?a. Produjo 1.000 gigavatios hora el a?o pasado: supuso apenas el 0,10% del consumo total. La producci¨®n de hidrocarburos en Espa?a, muy residual, se completa con el petr¨®leo que extrae Repsol en su plataforma Casablanca, en Tarragona, la ¨²nica activa, en funcionamiento desde 1981.
La producci¨®n de EE UU se dispara con el ¡®fracking¡¯
La fiebre del fracking y la complicidad de la Administraci¨®n Trump con la industria petrolera han catapultado a Estados Unidos, hasta hace poco importador neto, a lo m¨¢s alto de la producci¨®n mundial de petr¨®leo. La Agencia Internacional de la Energ¨ªa (AIE) pronostica que el pa¨ªs superar¨¢ pronto a Rusia como segundo productor mundial, pisando los talones al primero, Arabia Saud¨ª. La AIE habla de un crecimiento "in¨¦dito", debido a "la capacidad de su industria de fracking de responder r¨¢pidamente a los movimientos de precios impulsando la producci¨®n".
Gran parte del incremento de producci¨®n se ha producido en la Cuenca P¨¦rmica, un milhojas geol¨®gico con capas y m¨¢s capas de esquisto rico en petr¨®leo y gas, que se extiende por el subsuelo del oeste de Texas y el sureste de Nuevo M¨¦xico. Es el campo petrol¨ªfero m¨¢s productivo del pa¨ªs y supera ya la producci¨®n conjunta de Venezuela e Ir¨¢n. Lleva d¨¦cadas perfor¨¢ndose por m¨¦todos convencionales pero, despu¨¦s de la crisis financiera, los bajos tipos de inter¨¦s permitieron a las compa?¨ªas invertir y extender la t¨¦cnica del fracking, que ha revitalizado la zona.
El fracking alcanz¨® su auge inicial en Estados Unidos en 2012. Despu¨¦s, las medidas de protecci¨®n del medio ambiente de la Administraci¨®n Obama combinadas con los bajos precios del petr¨®leo calmaron la demanda de nuevas perforaciones. Pero todo cambi¨® con la llegada de Trump en 2017. Su Administraci¨®n ha reorganizado las regulaciones al gusto de la industria petrolera, una de las prioridades m¨¢s claras y controvertidas de su agenda pol¨ªtica. Estados Unidos ha sacado a subasta derechos para perforar en enormes extensiones de suelo p¨²blico del oeste del pa¨ªs. M¨¢s de cinco millones de hect¨¢reas de parcelas federales fueron comercializadas en el ejercicio fiscal que termin¨® en septiembre pasado, el triple de la media anual durante el segundo mandato de Obama (2013-2016).
La sinton¨ªa con la industria petrolera es un componente b¨¢sico en el objetivo de aumentar la producci¨®n dom¨¦stica. En un mercado global del petr¨®leo alterado por la ruptura del acuerdo nuclear con Ir¨¢n y la reimposici¨®n de las sanciones a las exportaciones de crudo de ese pa¨ªs, el desarrollo de la industria del esquisto en Estados Unidos es visto como una manera de llenar el vac¨ªo.
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