El BCE ultima una revoluci¨®n en su objetivo
Es un cambio de apariencia meramente t¨¦cnica. Pero es trascendental desde un punto de vista material, pues facilitar¨¢ autom¨¢ticamente una pol¨ªtica monetaria mejor pegada a la coyuntura
El BCE ultima una revoluci¨®n. Lo insinu¨® su c¨²pula en el reciente sexto F¨®rum de Sintra, pero el consenso para emprenderla est¨¢, en realidad, ya muy cocinado. Se trata de fijar el objetivo de aumento de la inflaci¨®n en el 2% anual.
Es un cambio de apariencia meramente t¨¦cnica. Pero es trascendental desde un punto de vista material, pues facilitar¨¢ autom¨¢ticamente una pol¨ªtica monetaria mejor pegada a la coyuntura. Y eliminar¨¢ el sesgo en favor de las pol¨ªticas restrictivas incorporado a la formulaci¨®n actual.
O sea, ser¨¢ menos ardua la toma de decisiones en un sentido estrat¨¦gico expansivo, para lo que ahora hay que dar rodeos, desplegar paciencia y forjar acuerdos en el Consejo de Gobierno, complicados a veces por la renuencia de los halcones.
Alg¨²n lector fruncir¨¢ el ce?o. ?Acaso no era esta la cifra en que se materializa el objetivo? S¨ª y no. Veamos. El Tratado de Funcionamiento de la UE no fija un guarismo concreto. Se limita a establecer (art¨ªculo 127) que el ¡°objetivo principal¡± del BCE ¡°ser¨¢ mantener la estabilidad de precios¡±.
Fue el Consejo de Gobierno del BCE quien cuantific¨® esa ¡°estabilidad de precios¡±. Lo hizo en octubre de 1998: un ¡°aumento anual en el ¨ªndice armonizado de precios al consumo para la eurozona por debajo del 2%¡±; y computado ¡°a medio plazo¡±.
El final de la burbuja de las compa?¨ªas puntocom provoc¨® un debate sobre esa ¡ªdigamos¡ª orientaci¨®n bajista (lower bound). As¨ª que en mayo de 2003 se flexibiliz¨®, concretando la estrategia inflacionaria en un objetivo ¡°por debajo, pero cercano al 2% en el medio plazo¡±. Era una definici¨®n menos astringente: antes val¨ªa cualquier cifra por debajo del 2%; a partir de entonces, deb¨ªa ser cercana a esa barrera.
Pero a¨²n ganando en flexibilidad para combatir la baja inflaci¨®n, y no solo la alta, la consigna resulta confusa. Las palomas tienden a considerar la cercan¨ªa en el entorno de unas pocas d¨¦cimas. A los halcones prusianos y holandeses les ha tentado considerar que se puede aplicar el concepto de cercan¨ªa a un alza de un 1%. Y as¨ª restringir la disponibilidad de liquidez en mano del p¨²blico al m¨ªnimo, lo que entra?a un sesgo deflacionario.
El examen de los 20 a?os de uni¨®n monetaria ha enfatizado la comparaci¨®n con la mayor fluidez adaptativa del marco monetario en que la Reserva Federal toma sus decisiones: su objetivo es del 2% a secas, de forma flexible tanto para los deslizamientos hacia arriba como hacia abajo.
Es la ¡°asimetr¨ªa¡± europea (tambi¨¦n del Banco de Inglaterra) del objetivo de inflaci¨®n (imperativa contra la alta inflaci¨®n, menos evidente con la baj¨ªsima, que es el problema actual) con lo que se pretende terminar. Para adoptar un criterio ¡°sim¨¦trico¡±, como el de EE UU, anunci¨® Mario Draghi.
La Fed goza de otra ventaja. Considera tanto la inflaci¨®n general (que incluye precios muy vol¨¢tiles, como alimentos o energ¨ªa, sobre todo el petr¨®leo) como la subyacente (que los excluye). Esta ¨²ltima es la que prefigura mejor el futuro, pues incluye solo los productos y servicios m¨¢s estables.
En su discurso de Sintra ¡ªuno de los principales que ha brindado¡ª Draghi justific¨® que al inicio, cuando el BCE era una instituci¨®n nueva, deb¨ªa desga?itarse m¨¢s que los dem¨¢s (con un objetivo m¨¢s duro) para ¡°anclar las expectativas de inflaci¨®n¡± y lograr ¡°credibilidad¡±.
Pero ¡°retrospectivamente¡± puede concluirse que eso perjudic¨® a los europeos tras la segunda ola recesiva de 2011. Para m¨¢s detalles del razonamiento, entren en la web del BCE (en ingl¨¦s), cliquen sobre ECB Forum on Central Banking, y en su Programa encontrar¨¢n el texto Twenty years of the ECB's monetary policy. Merece la excursi¨®n.
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