?Precios de alquiler por decreto?
La vivienda es una mercanc¨ªa adem¨¢s de un derecho, como en todo el mundo avanzado
Primero fue Podemos quien quiso topar el aumento del precio de la vivienda en alquiler.
Lo intent¨® cuando el decreto ley 7/2019 (1/3), cuya medida estrella fue aumentar el plazo de los contratos desde tres a cinco a?os, y hasta siete. No prosper¨®.
Este mi¨¦rcoles lo persigui¨® el Govern de la Generalitat, con un decreto ley elaborado en la semana de... las elecciones municipales.
De forma al tiempo protectora y populista. Jam¨¢s le interes¨® el tema. Como alcalde de Girona, Carles Puigdemont no inici¨® una sola VPO. La ¨²nica gran medida de Quim Torra en un a?o no logra un aliado: para unos excesiva, para otros corta, para todos inadecuada, capot¨® este mi¨¦rcoles.
La vivienda de alquiler es un drama: en Barcelona el precio medio ha subido un 40% en cinco a?os y el 65% de los desahucios es de inquilinos.
Topar por ley el alza de precios es admisible como ¨²ltima medida. Pero mella la competencia ¡ªdesincentiva inversiones, aprieta a¨²n m¨¢s la oferta¡ª: as¨ª que debe extremarse la cautela.
La medida m¨¢s radical debe justificarse a fondo por raz¨®n de inter¨¦s general; evitar que sus instrumentos perjudiquen m¨¢s que beneficien; y usar los que menos distorsionen.
Por esas razones, la Autoritat Catalana de la Compet¨¨ncia desautoriz¨® el decreto el 11/6 pues provocar¨ªa, como sucedi¨® en Estocolmo, ¡°una reducci¨®n adicional de la oferta; el objetivo debe ser aumentarla¡±, dictamin¨®.
El Consejo de Garant¨ªas Estatutarias hizo lo mismo el d¨ªa 17, por razones jur¨ªdicas: el texto invad¨ªa competencias centrales en ?10 de sus 14 art¨ªculos!
La vivienda es una mercanc¨ªa adem¨¢s de un derecho, como en todo el mundo avanzado. As¨ª, lo mejor que puede esperarse socialmente de la intervenci¨®n p¨²blica es que act¨²e sobre la oferta (la demanda es r¨ªgida). Con iniciativas que introduzcan nuevas l¨®gicas, contrarias a la especulaci¨®n y compensadoras del lucro como motivo exclusivo.
Estructuralmente, la creaci¨®n de un parque de alquiler potente. Requiere a?os (Generalitat y otras autonom¨ªas: ?empiecen ya!) y hay urgencia.
Antes de los topes, ag¨®tense todas las otras medidas. Como un Pacte Nacional per l'Habitatge que indexe las alzas a la inflaci¨®n (con incentivos), firmado a voluntad por las familias propietarias.
Poseen el 98,4% de los pisos en Barcelona y el 60,4% de los arrendados. Su influencia contrarrestar¨ªa en parte la de los minoritarios fondos buitres.
Una sociedad tan mutualista, concertada, solidaria, cooperativista y amante del tercer sector ¡ªy que se entusiasma incluso por causas nada di¨¢fanas¡ª, merece que la traten de adulta.
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