La econom¨ªa resiste, pero no es inmune
El frenazo mundial y el d¨¦ficit de las familias anuncian tiempos m¨¢s convulsos
En apariencia, la econom¨ªa espa?ola se muestra inmune al enfriamiento de la econom¨ªa global, tanto por la pujanza del consumo de las familias y de la inversi¨®n, como por la expansi¨®n del gasto p¨²blico. Los datos divulgados esta semana confirman que el PIB creci¨® un 0,7% en el primer trimestre, y el indicador sint¨¦tico de Funcas apunta a un avance del 0,5% en el segundo, que contrata con el escaso 0,2% estimado para el conjunto de la zona euro.
Destaca la inversi¨®n en bienes de equipo y otros productos, imprescindible para que avance la productividad en los pr¨®ximos a?os. Nunca se hab¨ªa invertido tanto en el equipamiento empresarial, con cifras que rozan el total de inversi¨®n en construcci¨®n. Por comparaci¨®n, antes de la crisis solo tres de cada diez euros que se invert¨ªan eran para la compra de bienes de equipo, y el resto iba para la vivienda. La favorable posici¨®n financiera de las empresas y las entradas de inversi¨®n directa ¡ªcerca de 11.500 millones hasta abril¡ª deber¨ªan seguir manteniendo el dinamismo inversor. Otro factor que contribuye al tir¨®n de la demanda es el empleo, que se incrementa a un ritmo anual pr¨®ximo al de la econom¨ªa.
Sin embargo, aparecen movimientos convulsos que debilitan la expansi¨®n. En primer lugar, las familias est¨¢n reanudando la senda del ahorro. La recuperaci¨®n facilit¨® la realizaci¨®n de compras de bienes de consumo duradero que se hab¨ªan pospuesto en la ¨¦poca de crisis, lo que explica la aparici¨®n de un d¨¦ficit financiero en el sector de las familias. A medida que esa demanda embalsada desaparece, la tasa de ahorro empieza a repuntar. De confirmarse esta tendencia, el consumo de las familias deber¨ªa moderarse durante los pr¨®ximos trimestres.
Mundializaci¨®n
El entorno internacional se ha degradado, por el frenazo del comercio internacional ¨C0,7% de crecimiento previsto para este a?o, frente a 4,6% en 2018¡ªy una intensificaci¨®n de las tensiones geopol¨ªticas. Esto se explica en parte por la pugna comercial y tecnol¨®gica entre EE UU y China, con una escalada de aranceles y de medidas de retorsi¨®n. Adem¨¢s, las empresas se enfrentan a presiones para relocalizar su producci¨®n tras el periodo de mundializaci¨®n. Entre 2010 y 2017, la posici¨®n de inversi¨®n directa de la UE en el exterior se increment¨® un 16,4%, frente al 62% para EE UU y 160% para China.
El sector exterior es otro factor limitativo, como lo muestra el estancamiento de las exportaciones de bienes. Si bien los ingresos por turismo y servicios no tur¨ªsticos resisten el chaparr¨®n, la factura de las importaciones se orienta al alza, por el dinamismo de la demanda. La cumbre del G20 no ofrece muchas perspectivas de reactivaci¨®n de los intercambios mundiales en un horizonte previsible. Aparte de las tensiones geopol¨ªticas, uno de los objetivos del Gobierno norteamericano parece ser la relocalizaci¨®n de actividades en su territorio, algo que seguir¨¢ produciendo sacudidas en la econom¨ªa mundial.
Adem¨¢s, el coste de las importaciones aumenta a mayor ritmo que el precio de nuestras ventas en el exterior, un fen¨®meno que tiende a recortar el avance de nuestra renta media frente a nuestros socios comerciales. Este deterioro de la ¡°relaci¨®n de intercambio¡± se produce tanto por el encarecimiento del petr¨®leo importado como por una especializaci¨®n exportadora en bienes con contenido tecnol¨®gico relativamente bajo.
Algunos sectores industriales se muestran especialmente vulnerables al par¨®n internacional. Este es el caso del autom¨®vil, cuyas ventas siguen desplom¨¢ndose como consecuencia de los cambios estructurales de la demanda y de la desigual respuesta de los fabricantes, en un entorno de pol¨ªtica industrial rodeado de incertidumbres. Todo ello se refleja en la balanza externa, que con datos hasta abril arroja un d¨¦ficit cercano a 6.000 millones (en base a la balanza por cuenta corriente), el doble que hace un a?o. Si bien los ingresos esperados del turismo durante los meses de verano deber¨ªan revertir esa tendencia, se espera un reducido super¨¢vit para el conjunto del a?o.
Finalmente, el gasto en consumo e inversi¨®n p¨²blica tambi¨¦n tender¨ªa a frenarse, como ya ocurri¨® en anteriores ciclos electorales. Este obligado esfuerzo de contenci¨®n ayuda a reducir el d¨¦ficit p¨²blico, que todav¨ªa podr¨ªa superar el objetivo oficial.
En suma, la moderaci¨®n del ritmo de crecimiento parece una tendencia inexorable. Si bien el ciclo es todav¨ªa favorable, especialmente en comparaci¨®n con nuestros principales socios europeos, se estrecha el margen de actuaci¨®n para pol¨ªticas prioritarias, como por ejemplo de reactivaci¨®n de sectores industriales en dificultad, de impulso a la productividad y al empleo de calidad, y de contenci¨®n de los desequilibrios.
Raymond Torres es director de Coyuntura en Funcas. En Twitter: @RaymondTorres
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