Alemania pierde el aliento
El fantasma de la recesi¨®n amenaza a la potencia europea, que se plantea aflojar el cintur¨®n de la ortodoxia ante riesgos como la guerra comercial o el Brexit
Recesi¨®n t¨¦cnica. Dos palabras que mantienen en vilo a Alemania y a toda Europa. La locomotora alemana se contrae tras diez a?os de fuerte crecimiento econ¨®mico y probabilidad de que las cifras oficiales conviertan el fantasma de la recesi¨®n en realidad se disparan. Pero, ?c¨®mo ha llegado hasta aqu¨ª la cuarta econom¨ªa del mundo? Y sobre todo, ?y ahora qu¨¦?
A mediados de agosto, la Oficina Federal de Estad¨ªstica anunci¨® una contracci¨®n del PIB del 0,1% entre abril y junio, lo que supone el segundo trimestre no consecutivo que decrece en un a?o. A falta de que se publiquen las cifras del tercer trimestre este oto?o, abundan los indicadores que apuntan al fin de la era dorada de la econom¨ªa alemana. ¡°El conjunto de la econom¨ªa podr¨ªa contraerse ligeramente de nuevo¡±, ha dicho el Bundesbank en su informe, anticipando de facto un escenario de recesi¨®n. La principal causa es ¡°la ca¨ªda continuada en la industria¡±, a?adi¨®.
Mientras, en Bruselas y en las capitales europeas cunde la preocupaci¨®n ante los nubarrones que se avecinan de forma aparentemente inexorable. ¡°S¨ª, debemos estar preocupados. La probabilidad de que entremos en recesi¨®n es muy alta. En las ¨²ltimas tres semanas hemos visto que las asunciones que hicimos no solo han acabado cumpli¨¦ndose, sino que han empeorado incluso¡±, explica Timo Wollmersh?user, jefe de coyuntura econ¨®mica del instituto Ifo. ¡°La guerra comercial no amaina y la posibilidad de nuevos aranceles sigue en el horizonte. Mientras, el Brexit sin acuerdo o salvaje cobra mayor verosimilitud. La econom¨ªa dom¨¦stica no puede aislarse de los problemas externos. Es una contracci¨®n econ¨®mica de libro¡±, estima.
Las causas del actual declive se encuentran fuera de las fronteras de Alemania, seg¨²n coinciden los observadores y reiter¨® la oficina de estad¨ªstica esta semana. El desarrollo de la econom¨ªa exterior ralentiz¨® el crecimiento. Alemania tiene una econom¨ªa enfocada a la exportaci¨®n, lo que la convierte en especialmente vulnerable a los vaivenes externos. Las tensiones comerciales y, en particular, la guerra comercial entre Estados Unidos y China o el Brexit son los principales focos de inestabilidad, que a su vez ejercen un impacto directo en las ventas alemanas al exterior.
Los datos publicados esta semana muestran una ca¨ªda en el pasado trimestre del 1,3% en las exportaciones, frente a una bajada del 0,3% de las importaciones, lo que se tradujo en una contribuci¨®n negativa del 0,5% al crecimiento econ¨®mico. ¡°Las cifras que reflejan una ca¨ªda de las exportaciones son claras. Alemania depende en gran medida de China, EE UU y el Reino Unido, pero adem¨¢s, de otros pa¨ªses afectados por la crisis de las relaciones entre Pek¨ªn y Washington¡±, explica Christian Odendahl, economista jefe del Center for European Reform. ¡°Si tu modelo econ¨®mico est¨¢ orientado hacia la exportaci¨®n, dependes en buena medida de la demanda global¡±, analiza Odendahl, quien sin embargo no cree que se trate de una ¡°recesi¨®n profunda¡± por la fortaleza de la econom¨ªa dom¨¦stica. ¡°Hace 15 a?os, una crisis as¨ª nos habr¨ªa afectado much¨ªsimo m¨¢s¡±, a?ade.
Entre los planteamientos y m¨¢s all¨¢ de posibles reformas, el llamado modelo econ¨®mico alem¨¢n no est¨¢ sin embargo en cuesti¨®n. ¡°Cuando tienes un tejido industrial muy potente, no tiene sentido abandonarlo y decidir que de repente quieres ser Silicon Valley¡±, a?ade Odendahl.
Alemania se encuentra en el centro de la cadena globalizadora. Estados Unidos es el primer cliente alem¨¢n, China el tercero y el Reino Unido, otro mercado crucial para Alemania, el quinto. Nadie sabe a estas alturas cu¨¢l ser¨¢ el desenlace del drama del divorcio euro-brit¨¢nico ni la magnitud del desastre. Lo que s¨ª est¨¢ claro es que ninguno de los posibles escenarios es particularmente alentador.
M¨¢s all¨¢ de la volatilidad global, la preocupaci¨®n en Alemania se centra en determinar hasta qu¨¦ punto la desaceleraci¨®n afecta a la econom¨ªa dom¨¦stica, que hasta ahora se consideraba a salvo por la fortaleza de indicadores como el empleo, la construcci¨®n o el consumo. ¡°Hasta ahora, hab¨ªa sido la industria, que representa en torno al 25% del PIB alem¨¢n, la que hab¨ªa registrado la ca¨ªda, pero en los dos ¨²ltimos meses hemos visto c¨®mo se va trasladando a otros sectores de la econom¨ªa¡±, dice Wollmersh?user, quien advierte que el efecto contagio se nota ya en los servicios, en especial, los m¨¢s cercanos a la industria como la log¨ªstica.
M¨¢s consumo e inversi¨®n
El consumo (+0,1%) y la inversi¨®n p¨²blica (+0,5%) y privada sin embargo crecieron, aunque no lo suficiente como para compensar otros indicadores y en cualquier caso, por debajo del trimestre anterior.
La construcci¨®n atraviesa todav¨ªa un cierto boom y la demanda es fuerte, aunque la inversi¨®n cay¨® un 1% en el ¨²ltimo trimestre. La ca¨ªda sin embargo seg¨²n Carsten Brzeski, economista jefe de ING en Alemania, tiene m¨¢s que ver con un primer trimestre excepcionalmente fuerte.
M¨¢s all¨¢ de los efectos sobre la econom¨ªa real y de cu¨¢ndo y c¨®mo la familia media empezar¨¢ a acusar la debilidad, el fantasma de la recesi¨®n ha dado pie a un intenso debate de fondo sobre c¨®mo deben los pol¨ªticos afrontar este temporal. En particular, hasta qu¨¦ punto ha llegado el momento de replantearse la aversi¨®n alemana a las deudas y el sacrosanto Schwarze Null, el mantra del presupuesto sin d¨¦ficit.
Incluso la asociaci¨®n que representa a la industria alemana, la BDI, ha defendido este mes la necesidad de est¨ªmulos. Con un tono menos templado ha atacado la alergia germana a las deudas el Nobel Paul Krugman en The New York Times. ¡°El problema es que los europeos y los alemanes en particular, se tratan a s¨ª mismos mal, con una funesta obsesi¨®n con la deuda p¨²blica. El coste de esa obsesi¨®n se est¨¢ esparciendo por el mundo entero¡±.
Todo esto en un contexto, en el que seg¨²n los datos publicados esta semana, Berl¨ªn acumul¨® en los seis primeros meses del a?o un super¨¢vit presupuestario de 45.300 millones de euros, lo que supone el 2,7% del PIB.
El debate se ha vuelto especialmente acuciante con vistas a la presentaci¨®n en septiembre del paquete del clima con el que Berl¨ªn anunciar¨¢ inversiones multimillonarias en medio ambiente. Tal vez, piensan algunos expertos, sea ese el momento, ante la emergencia clim¨¢tica, de quebrar ante la opini¨®n p¨²blica un compromiso que figura incluso en el contrato de coalici¨®n firmado entre los partidos que forman el Ejecutivo alem¨¢n. ¡°La recesi¨®n no tiene que ver con el Schwarze Null, pero si gracias a ella se replantea ese concepto, que no contribuye a hacer m¨¢s estable la econom¨ªa alemana, bienvenida sea¡±, estima Odendahl.
El empleo se desacelera
Las cifras de desempleo son a¨²n las m¨¢s bajas desde la reunificaci¨®n alemana en los noventa, 5%, pero los analistas advierten de que hay una cierta desaceleraci¨®n del crecimiento del empleo. ¡°La debilidad econ¨®mica est¨¢ dejando una ligera huella en el mercado de trabajo, que sin embargo est¨¢ demostrando ser robusto¡±, dijo el jueves el director de la Agencia de Empleo, Detlef Scheele, quien a?adi¨® que el crecimiento pierde impulso.
Adem¨¢s, cada vez m¨¢s compa?¨ªas recurren al famoso Kurzarbeit, es decir, la reducci¨®n de n¨²mero de horas que trabajaban sus empleados, sin que los salarios se resientan excesivamente gracias a apoyos estatales. En marzo pasado, 41.800 trabajadores se hab¨ªan acogido a la f¨®rmula, casi el doble que en el mismo mes del a?o anterior. En 2009, en plena crisis, m¨¢s de un mill¨®n de trabajadores alemanes se acogieron a esta f¨®rmula.
La idea es evitar despidos, especialmente en una coyuntura en la que escasea la mano de obra y en la que los empresarios temen no contar con trabajadores formados una vez superado el bache. El problema es que el Kurzarbeit significa tambi¨¦n a final de mes un salario m¨¢s bajo, lo que a su vez acabar¨¢ teniendo un impacto sobre el consumo.
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