Las condiciones de Berl¨ªn
La leve intensidad de las cr¨ªticas a las exigencias de Alemania para instaurar el Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos hace m¨¢s viable que nunca la uni¨®n bancaria europea

La propuesta de imprimir un nuevo impulso a la uni¨®n bancaria ¡ªcomplet¨¢ndola con un Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos (FGD)¡ª lanzada hace una semana por el ministro socialdem¨®crata alem¨¢n de Hacienda, Olaf Scholz, tiene recorrido. As¨ª lo sugiere la leve intensidad de las cr¨ªticas a la condici¨®n que interpuso.
Que equivale a la que mantuvo su predecesor, el rigorista democristiano Wolfgang Sch?uble: la (previa) reducci¨®n de los riesgos a los que se enfrenta la banca, pues a menor riesgo, menor peligro de tener que desembolsar ayudas en alg¨²n momento. La diferencia es que Sch?uble la pon¨ªa como requisito antes de empezar a hablar; Scholz desbloquea al menos del debate, como ha deslinado Wolfgang Munchau.
De entrada, su canciller de coalici¨®n, Angela Merkel, endosa la propuesta del ministro como "una"?contribuci¨®n importante, no como "la" posici¨®n de Berl¨ªn: ya es algo que llevarse a la boca.
Ha habido una suave discrepancia holandesa con la idea complementaria alemana de que "necesitamos en la UE un impuesto com¨²n sobre la banca", a trav¨¦s de una armonizaci¨®n de la base del impuesto de sociedades y de una "tasa efectiva m¨ªnima". Y una, m¨¢s aparatosa que real, negativa italiana a gravar de trav¨¦s del bucle, los bonos p¨²blicos nacionales comprados por la banca local e incorporados a su balance, ese tal¨®n de Aquiles nacionalista.
Claro que Berl¨ªn tiene sus razones propias para el FGD: su Deustche Bank sigue siendo de lo peor del ramo, e igual un d¨ªa hay que rescatarlo con ayudas. Y las filiales de bancos extranjeros en la Rep¨²blica Federal de Alemania suponen ya el 5% del sistema, "el doble que los activos de los bancos alemanes en el resto de pa¨ªses de la UE", se quejan donde Scholz. "La banca alemana necesitar¨¢ expandirse en Europa, y una fuerte uni¨®n bancaria lo facilitar¨ªa", concluyen.
Todos, sin embargo, reconocen que hay que reducir riesgos bancarios. Pero es que ya se ha empezado. Los ratios de solvencia aumentaron entre un 68% y un 86% en 2018 (sobre 2017); la cobertura de liquidez super¨® el 100%: la capacidad de absorci¨®n de p¨¦rdidas ascend¨ªa a 207.000 millones.
Y los cr¨¦ditos fallidos y dudosos ¡ªel peor punto¡ª bajaron a 910.000 millones, un 4,4%, suelo enorme, pero r¨¦cord bajo desde 2014, seg¨²n el Overview of progress in achieving risk reduction measures (Eurogrupo, 6-6-2018). Veremos a fin de a?o.
Aunque el debate entre reducir riesgos y compartirlos es bastante "artificial", como destac¨® Mario Draghi en Florencia (11-5-2018): los backstops p¨²blicos minoran el riesgo al "contener el p¨¢nico del mercado en las crisis", y hoy, cuando existe el fondo de resoluci¨®n (y se va nutriendo de cuotas bancarias privadas), "si quiebran bancos, se necesitar¨¢ poco riesgo compartido por el sector p¨²blico".
As¨ª que con una uni¨®n bancaria completa, EE?UU cerr¨® sin pena 500 bancos en la Gran Recesi¨®n. La eurozona, solo 50.
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