La reforma sindical mexicana enciende la disputa por el control de Pemex
Tras la ca¨ªda del hist¨®rico dirigente Carlos Romero Deschamps, el poderoso sindicato petrolero se enfrenta a una ofensiva para renovarlo o sustituirlo
La Torre Ejecutiva Pemex en Ciudad de M¨¦xico amaneci¨® a finales de octubre con un grito inesperado: ¡°?Democracia sindical ya!¡± Varias decenas de trabajadores de la petrolera mexicana se concentraban frente a la mole de cristal amarillento, en su d¨ªa el rascacielos m¨¢s alto del pa¨ªs, para exigir un cambio de representantes. La reciente dimisi¨®n del dirigente Carlos Romero Deschamps y la aprobaci¨®n de una reforma para democratizar las asociaciones gremiales han supuesto un revulsivo. Tras casi ochenta a?os de hegemon¨ªa, el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la Rep¨²blica Mexicana (STPRM), uno de los m¨¢s poderosos del pa¨ªs, se enfrenta ahora a una serie de grupos que pujan por su renovaci¨®n o sustituci¨®n. Est¨¢n en juego la representaci¨®n de casi 100.000 afiliados y la llave a la mayor empresa de M¨¦xico.
M¨¦xico ha sido durante d¨¦cadas un pa¨ªs de sindicatos anquilosados con dirigentes muy pr¨®ximos al poder. Para cambiar esta situaci¨®n, el Gobierno impuls¨® durante 2019 una reforma que les obliga a presentar cuentas transparentes y a organizar votaciones directas y secretas para elegir a sus dirigentes. La pr¨¢ctica com¨²n en el STPRM no era ni una cosa ni la otra: se votaba a mano alzada y el Comit¨¦ Ejecutivo, el m¨¢ximo ¨®rgano decisor, era elegido por los representantes locales, una garant¨ªa de continuidad ya que generalmente era leales al secretario general.
Pese a la nueva ley, la c¨²pula del STPRM se mantiene intacta. Manuel Lim¨®n, mano derecha de Romero Deschamps y actual diputado del PRI, ha sustituido al l¨ªder ca¨ªdo. Ante la percepci¨®n de que todo sigue igual, el presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador insisti¨® el lunes en la necesidad de democratizar el sindicato. ¡°Tiene que haber elecciones, en todos los casos, es que nos lo exige la Constituci¨®n, adem¨¢s es una convicci¨®n¡±, declar¨®. La Secretar¨ªa del Trabajo ha advertido este martes que velar¨¢ por que se convoquen elecciones este a?o y se realicen de acuerdo con el nuevo marco legal.
Hasta ahora la c¨²pula se ha mostrado reticente. "Se act¨²a conforme a nuestros estatutos. Cabe mencionar que las elecciones realizadas el a?o pasado se realizaron por voto directo y secreto", escribe el portavoz del STPRM Andr¨¦s Oliva, en respuesta a un cuestionario enviado por este peri¨®dico. Con o sin Romero Deschamps, el Comit¨¦ Ejecutivo fue elegido en 2018, justo antes del cambio de Gobierno, y su mandato dura hasta 2024. Por esa raz¨®n y frente a la pretensi¨®n del Gobierno, Manuel Lim¨®n podr¨ªa mantenerse como secretario general interino unos a?os m¨¢s, sostiene el abogado laboralista Pablo Castro.
La disputa est¨¢ servida. De un lado, Alicia Gonz¨¢lez, de 53 a?os, estaba en la concentraci¨®n de octubre para reclamar que se reconociera oficialmente a Petromex, un nuevo sindicato que busca competir con el STPRM. Vest¨ªa uniforme blanco con el logo de la petrolera: una cabeza de ¨¢guila y una gota de petr¨®leo superpuestas. Por salirse del STPRM la han tildado de ¡°contra¡± y de ¡°rebelde¡±. Tambi¨¦n le ha valido ser bloqueada en las promociones y hasta borrada de la lista de invitados a las posadas navide?as. ¡°Si est¨¢s con Petromex, eres un apestado¡±, aseguraba. A la vuelta de la esquina y lejos del barullo, un grupo de trabajadores de Pemex compraba unas tortas para almorzar. ¡°No son nada¡±, dec¨ªa Juan Manuel Nava sobre los descontentos. ¡°Las reglas ya est¨¢n escritas¡±.
El origen de estas ¡°reglas¡± en disputa se remonta a los a?os treinta, al calor de la nacionalizaci¨®n petrolera. El STPRM se erigi¨® entonces en un apoyo importante del Estado mexicano. Sus dirigentes gozaban del favor del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), en el que muchos tambi¨¦n militaban. Los afiliados, a su vez, se beneficiaban de prestaciones muy superiores a la media -pese a la delicada situaci¨®n financiera de la empresa paraestatal, el contrato colectivo vigente prev¨¦ desde aguinaldos cuatro veces mayores que el m¨ªnimo establecido por ley hasta apoyos para la renta de vivienda que pueden rozar los 4.000 pesos al mes, unos 200 d¨®lares-.
A cambio, el sindicato llenaba los m¨ªtines pri¨ªstas con trabajadores de Pemex, convenientemente vestidos de rojo -uno de los colores del partido- y surtidos de banderines a favor del candidato de turno. El STPRM incluso lleg¨® a ejercer de donante en la sombra. En 2001, el Gobierno de Vicente Fox, del conservador Partido Acci¨®n Nacional (PAN), acus¨® al sindicato de haber desviado 640 millones de pesos, unos 33 millones de d¨®lares, a la campa?a presidencial del pri¨ªsta Francisco Labastida, en un caso conocido como Pemexgate, declarado prescrito en 2011.
El profesor en Derecho Laboral de la Universidad Aut¨®noma Metropolitana Carlos Reynoso apunta a los r¨¦ditos de esta simbiosis: m¨¢s all¨¢ de unos pocos plantones, la petrolera no ha vivido huelgas de importancia desde hace d¨¦cadas. ¡°El peso del sindicato no es solo por el n¨²mero de afiliados sino por el ¨¢rea estrat¨¦gica que ocupa¡±, se?ala. ¡°Ser¨ªa muy grave que una empresa de la importancia de Pemex en la econom¨ªa interrumpiera labores¡±. La dimensi¨®n de la petrolera, un gigante endeudado cuyas ventas llegaron a suponer el 10% del PIB en la d¨¦cada de los 2000, explica que la influencia del STPRM sea mayor a la de otras asociaciones m¨¢s numerosas, como el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educaci¨®n con 1,6 millones de maestros afiliados.
Sin embargo, el cambio de Administraci¨®n en diciembre de 2018 ha trastocado ese panorama. Adem¨¢s de la reforma sindical, la c¨²pula del STPRM ha tenido que encajar un duro golpe a su monedero, una reducci¨®n de 1.600 millones de pesos, unos 83 millones de d¨®lares, en vi¨¢ticos y otras prestaciones. En paralelo, la Fiscal¨ªa General de la Rep¨²blica ha anunciado que est¨¢ investigando por corrupci¨®n al exsecretario general Romero Deschamps, a quien se le presume poseedor de una fortuna cuantiosa. La noticia de la investigaci¨®n llev¨® a su renuncia a mediados de octubre despu¨¦s de 26 a?os a la cabeza.
Vientos de renovaci¨®n
Los ¡°disidentes¡± quieren aprovechar ese viento a favor para desplazar a la dirigencia del STPRM, encabezada por Manuel Lim¨®n. Son hasta siete corrientes, con acr¨®nimos a cada cual m¨¢s largo, que prometen acabar con pr¨¢cticas dudosas como las reelecciones eternas. Algunas quieren construir sindicatos alternativos, mientras otras buscan la renovaci¨®n desde el interior.
Dentro del primer grupo, Petromex acaba de recibir el reconocimiento gubernamental y asegura contar con unos 2.000 afiliados. Su presidenta, Yolanda Morales, considera que el STPRM es un ¡°¨¢rbol podrido e irrescatable¡±. ¡°Los l¨ªderes llegaron a un trapo atr¨¢s y otro delante y ahora son multimillonarios¡±, cuenta. En unos meses quieren llamar a una votaci¨®n para que los trabajadores de plantilla decidan a qu¨¦ sindicato quieren pertenecer. Si Petromex consigue m¨¢s votos que su rival, algo todav¨ªa lejano, podr¨¢ pedir la titularidad del contrato colectivo, clave para negociar prestaciones, salarios y contrataciones.
Tambi¨¦n hay rebeldes dentro del mismo STPRM. La l¨ªder del Movimiento Nacional de Transformaci¨®n Petrolera (MNTP) y candidata a secretaria general, Mar¨ªa Lourdes Cruz, reclama elecciones inmediatas para renovar la c¨²pula. ¡°Lim¨®n siempre ha estado al lado de Deschamps y siguen los mismos secretarios generales de las secciones locales desde hace treinta a?os¡±, dice, quien promete no repetir en el cargo si logra hacerse elegir.
La relaci¨®n con el Gobierno es un punto clave. Con algunos matices, la mayor¨ªa de disidentes se muestran partidarios de la agenda del presidente L¨®pez Obrador, que pasa por fortalecer la producci¨®n petrolera. ¡°No vamos a estar haci¨¦ndole caravana a ning¨²n partido, ni obligar a nadie a participar en un acto, pero lo queremos mucho y estamos con ¨¦l [L¨®pez Obrador]¡±, dice Yolanda Morales, de Petromex. Por ahora, el Gobierno contempla las luchas internas desde lejos, sin decantarse p¨²blicamente por ninguno de los pretendientes. El trono de Pemex est¨¢ todav¨ªa en juego.
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