¡°No hemos aprendido de los errores de la crisis financiera¡±

Klaus Schwab (Ravensburg, Alemania, 81 a?os) ha creado el modelo de reuni¨®n internacional de m¨¢s ¨¦xito en el mundo. El Foro Econ¨®mico Mundial (WEF, en sus siglas en ingl¨¦s) celebra en enero sus 50 a?os de reuniones en la estaci¨®n de esqu¨ª suiza de Davos y lo har¨¢ con un nuevo manifiesto para las empresas. Schwab se suma, as¨ª, a quienes abogan por reformar el capitalismo para sentar nuevas bases del modelo econ¨®mico, del que se habla mucho pero se concreta poco. Schwab recibe en su despacho de Ginebra a un grupo de periodistas de la alianza de peri¨®dicos europeos LENA.

Pregunta. El nuevo manifiesto de Davos apuesta por hacer una valoraci¨®n de las empresas en sentido amplio, en defensa de una especie de capitalismo colectivo (stakeholder capitalism).

Respuesta. Desde que publicamos el primer manifiesto, en 1973, yo he abogado por la responsabilidad social de las empresas. En contra de lo que defend¨ªa el premio Nobel Milton Friedman ¡ª¡°el ¨²nico negocio de las empresas es hacer negocios¡±¡ª, hoy hay nuevas exigencias y con este manifiesto busco establecer el papel de las empresas ante la cuarta revoluci¨®n industrial en la que vivimos.

P. Que ser¨ªa...

R. Hay que asegurarse que el valor de las compa?¨ªas no se mida ¨²nicamente en t¨¦rminos financieros, sino tambi¨¦n en t¨¦rminos medioambientales, sociales y de buen gobierno. Estos est¨¢ndares no est¨¢n ni unificados ni aceptados de forma generalizada, as¨ª que hemos creado un grupo de trabajo, dirigido por el presidente de Bank of America, pero no es f¨¢cil encontrar un espacio com¨²n.

P. ?Ese capitalismo colectivo es capaz de hacer frente a la desigualdad creciente que est¨¢ movilizando a la sociedad?

R. Hacen falta muchas medidas para eso y lo detallamos en el manifiesto. Primero, los temas medioambientales, pedimos a las empresas que reconozcan los efectos negativos y los costes de sus productos para que se hagan responsables del da?o medioambiental que produce. Y por lo que respecta a la inclusi¨®n y la justicia social, lo importante es reconocer quienes se sienten abandonados, aquellos que temen perder sus empleos con la cuarta revoluci¨®n industrial. Y subrayamos la responsabilidad de las empresas de reciclar y mejorar la formaci¨®n de sus empleados.

P. ?C¨®mo interpreta en ese contexto la explosi¨®n de protestas y movimientos populistas y el giro a la izquierda de los partidos progresistas en todo el mundo?

R. Creo que lo que estamos viendo, especialmente en Estados Unidos, es una reacci¨®n al neoliberalismo extremo y la maximizaci¨®n de beneficios. Est¨¢ adem¨¢s el factor de las redes sociales que permiten la movilizaci¨®n de quienes se sienten lastrados por la injusticia social. La conciencia social ha cambiado de una forma tremenda.

P. ?C¨®mo hemos llegado hasta aqu¨ª?

R. Despu¨¦s de la crisis financiera de 2008 entramos en una crisis econ¨®mica. Ahora estamos ante una crisis social que puede dar pie a una crisis intergeneracional.

P. ?Hemos aprendido los errores de la crisis de 2008?

R. No. Esa es una de mis mayores preocupaciones y no solo m¨ªa. No sabemos c¨®mo salir de la trampa de bajos tipos de inter¨¦s y una enorme carga de deuda en la que nos hemos metido. Jap¨®n lo ha intentado y no funciona. Donald Trump tambi¨¦n, con una rebaja de impuestos para estimular la inversi¨®n que lo que ha provocado es una recompra de acciones por las empresas. Creo que caminamos hacia un futuro nebuloso desde el punto de vista de las pol¨ªticas econ¨®micas.

P. ?Pasa ese futuro por un impuesto global sobre las tecnol¨®gicas?

R. Lo que necesitamos son principios globales de fiscalidad para evitar la competencia fiscal desleal y analizar d¨®nde se produce el valor de las empresas.?