Una monta?a de deuda amenaza a los emergentes: 50 billones de euros que exigen ¡°corregir el rumbo¡±
El Banco Mundial alerta de la vulnerabilidad ante unos pasivos que ya superan el 170% del PIB y que registran, desde 2010, su mayor escalada en cinco d¨¦cadas
Uno, dos, tres. Y cuatro. El primer gran ciclo de endeudamiento de los pa¨ªses emergentes termin¨® abruptamente en los ochenta: fueron los a?os de la gran crisis latinoamericana, que derivaron en una d¨¦cada perdida. El segundo concluy¨® con el estallido de los noventa al otro lado del Pac¨ªfico, que dej¨® en los huesos a los tigres asi¨¢ticos. El tercero desemboc¨® en la crisis financiera global de 2007 y 2008, y muchos pa¨ªses occidentales ¡ªy, muy especialmente, del sur de Europa¡ª a¨²n pugnan por recuperar el tono econ¨®mico previo. El cuarto, iniciado en 2010, a¨²n est¨¢ en ciernes: su desenlace todav¨ªa es una inc¨®gnita, pero los precedentes no invitan, ni mucho menos, al optimismo.
Los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo cerraron 2018 con un pasivo total, entre p¨²blico y privado, de 55 billones de d¨®lares (casi 50 billones de euros), seg¨²n los c¨¢lculos del Banco Mundial publicados este jueves. Una cifra que requiere una dosis de perspectiva para comprender su dimensi¨®n real: la bola de nieve equivale ya a 42 veces el PIB espa?ol, a casi seis veces la suma de todas las econom¨ªas latinoamericanas y a m¨¢s de 25 veces el valor de mercado de la empresa m¨¢s grande del mundo, Saudi Aramco.
La progresi¨®n es a¨²n m¨¢s preocupante, como reconoce el organismo con sede en Washington: en menos de una d¨¦cada, los pa¨ªses emergentes han visto c¨®mo sus obligaciones pasaban de superar por poco el triple d¨ªgito a principios de la d¨¦cada que toca a su fin al 170% del PIB actual, un nuevo m¨¢ximo hist¨®rico. Nueve ejercicios consecutivos a raz¨®n del 7% anual han resultado en el aumento de deuda emergente "m¨¢s largo, m¨¢s r¨¢pido y de base m¨¢s amplia". Incluso dejando de lado el caso espec¨ªfico de China, un pa¨ªs en el que el aumento de la deuda ha sido "particularmente pronunciada", seg¨²n el estudio Olas globales de deuda, los datos son inquietantes: el pasivo del resto del bloque ha pasado del 88% del PIB en 2010 al 107% a cierre de 2018, ¨²ltimo dato disponible.
La deuda no es necesariamente buena ni mala: depende de cu¨¢nto se pide y, sobre todo, de a qu¨¦ se destine el dinero prestado. "Puede ayudar a atender necesidades urgentes de desarrollo, como la infraestructura b¨¢sica", subraya el presidente del Banco Mundial, David Malpass, en el informe hecho p¨²blico a ¨²ltima hora del jueves. "Pero mucha de la actual ola de deuda, imponente, est¨¢ tomando formas m¨¢s arriesgadas". Para m¨¢s inri, en comparaci¨®n con los a?os previos a la crisis de 2007 a 2009 ¡ªcuando el crecimiento se extendi¨® por el bloque a lomos del superciclo de las materias primas, ya concluido¡ª, las econom¨ªas de los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo han crecido a un ritmo mucho m¨¢s lento, "incluso a pesar de que la deuda crec¨ªa a un ritmo m¨¢s r¨¢pido".
Sin crecimiento econ¨®mico
"La historia", reza una frase que se le atribuye al escritor Mark Twain, "no se repite pero rima". Y las vulnerabilidades son ahora m¨¢s evidentes que nunca: a diferencia de una d¨¦cada atr¨¢s, cuando la Gran Recesi¨®n a¨²n estaba en la incubadora, las tres cuartas partes de las naciones emergentes gastan m¨¢s de lo que ingresan cada a?o, la deuda de sus empresas denominada en d¨®lares es "significativamente m¨¢s alta" y sus d¨¦ficits por cuenta corriente son, atenci¨®n, cuatro veces mayores. "En estas circunstancias, una subida repentina en las primas de riesgo podr¨ªa precipitar una crisis financiera, como tantas veces ha sucedido en el pasado", remata Malpass. "Claramente, es hora de corregir el rumbo".
Mientras dure la era de los tipos de inter¨¦s ultrabajos, una anomal¨ªa en la serie hist¨®rica, los emergentes no tendr¨¢n grandes problemas para aguantar: los inversores, ¨¢vidos por lograr un inter¨¦s superior a cero, seguir¨¢n buscando un buen destino para sus ahorros. Pero cuando las tornas cambien, el desequilibrio acumulado pasar¨¢ factura. "Hay un riesgo real de que este periodo siga el patr¨®n hist¨®rico de sus predecesores y acabe en una crisis financiera", remarcan los t¨¦cnicos del Banco Mundial. "Los emergentes han pasado por periodos de volatilidad en el transcurso de la actual fase de acumulaci¨®n de deuda sin haber experimentado crisis financieras. Sin embargo, el tama?o, excepcional, y la velocidad de esta cuarta ola deber¨ªa llevar a la pausa a quienes dictan las pol¨ªticas a seguir". Un aviso de lo que puede estar por llegar, antes de que sea demasiado tarde.
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