Emergentes: el ¨¢ngulo ciego de la crisis
Los pa¨ªses en desarrollo sufrir¨¢n en 2020 su primer a?o en negativo en al menos seis d¨¦cadas y millones de personas volver¨¢n a una situaci¨®n de pobreza
Son tantos los r¨¦cords que deja esta crisis rel¨¢mpago que, quiz¨¢, deber¨ªamos ir pensando en hacer un alto en el camino, poner luces largas y distancia con las estad¨ªsticas ¡ªtodas pavorosas¡ª que nos deja el d¨ªa a d¨ªa. Hasta entonces, las que siguen cayendo, ya no en cuentagotas sino en avalancha, dejan un reguero de malas noticias imposibles de imaginar solo unos meses atr¨¢s. Los confinamientos llevar¨¢n a la econom¨ªa global a su peor a?o desde el crash del 29, ese que ya solo conocemos a trav¨¦s del cine y los libros de historia econ¨®mica. La deuda p¨²blica batir¨¢ m¨¢ximos hist¨®ricos en buena parte de Occidente y el empleo, la variable macro m¨¢s estrechamente vinculada a la econom¨ªa real, revertir¨¢ buena parte de las ganancias registradas en los ¨²ltimos a?os, cuando el zarpazo de la Gran Crisis empezaba a quedar atr¨¢s en la memoria.
Hay, sin embargo, un ¨¢ngulo ciego que hace esta crisis diferente de las anteriores: el bloque de pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, que no ha dejado de ganar peso en el c¨®ctel de la econom¨ªa mundial, cerrar¨¢ este 2020 su primer ejercicio en negativo desde que hay datos. Lo que no consigui¨® ninguna de las crisis estrictamente emergentes del ¨²ltimo medio siglo lo va a lograr un min¨²sculo virus de 0,000125 mil¨ªmetros. Los n¨²meros del Fondo Monetario llegan hasta cuatro d¨¦cadas atr¨¢s y el peor registro hab¨ªa sido un crecimiento del 1,2% de 1983. En los del Banco Mundial, que se remontan hasta principios de los sesenta, el ejercicio m¨¢s negro se cerr¨® con un alza del PIB del 0,7% que hoy suena a anhelo de tiempos mejores: este a?o las naciones en v¨ªas de desarrollo sufrir¨¢n un retroceso del 1% que ofrece una foto fija sin precedentes, con los pa¨ªses de la OCDE y los de renta media y baja bajo el manto de la recesi¨®n y la econom¨ªa mundial a la deriva.
¡°Nos centramos en los pa¨ªses ricos pero deber¨ªamos preocuparnos, incluso m¨¢s, por los emergentes¡±, subraya Ana Revenga, del think tank Brookings, que ve ¡°incluso demasiado optimistas¡± las previsiones econ¨®micas publicadas hasta ahora sobre el bloque. ¡°La ralentizaci¨®n econ¨®mica en China [l¨ªder de facto del bloque] es algo muy nuevo y tanto Am¨¦rica Latina como aquellos que m¨¢s integrados est¨¢n en la econom¨ªa global son los que m¨¢s van a sufrir. Hay poco a lo que agarrarse en este momento¡±. En plena tormenta global, las econom¨ªas avanzadas tienen m¨¢s razones que nunca para preocuparse por este vendaval que golpea el casco de unos pa¨ªses emergentes que superaron hace tiempo la barrera del 50% del PIB global. ¡°A diferencia de la crisis de hace diez a?os, que China aprovech¨® como plataforma para salir al exterior, ahora estamos en un s¨¢lvese quien pueda. Pero es ciego, porque o salimos todos o nos caemos todos¡±, advierte Lourdes Casanova, jefa del Instituto de Mercados Emergentes de la Universidad de Cornell. ¡°El contagio econ¨®mico de segunda ronda para las econom¨ªas avanzadas puede ser por la v¨ªa de los emergentes¡±.
A raz¨®n de una sacudida y media por d¨¦cada, el bloque emergente nunca ha sabido realmente lo que es vivir sin presi¨®n. En los ochenta fue la crisis de deuda latinoamericana. En el ecuador de los noventa, cuando sus miembros empezaban a tener acceso a los mercados internacionales, lleg¨® el tequilazo. Y, justo despu¨¦s, la sacudida financiera de los tigres asi¨¢ticos. En 2008 s¨ª consiguieron salir casi indemnes: el estallido de la madre de todas las recesiones en Occidente, la Gran Recesi¨®n, solo les golpe¨® de refil¨®n gracias al sustento de unas materias primas que volaban alto. Pero esta vez... ¡°esta vez es diferente¡±, como escrib¨ªa recientemente la economista Carmen Reinhart. ¡°Est¨¢n bajo un choque m¨²ltiple, y eso es lo m¨¢s preocupante: que coincide en el mismo momento tanto el golpe interno como el externo y que ambos son de envergadura hist¨®rica¡±, apunta Enrique Mendoza, director del Penn Institute for Economic Research y profesor de la Universidad de Pennsylvania.
Primera se?al, cuantitativa: la estampida de capitales. Como siempre que vienen mal dadas, en una norma no escrita pero que se cumple a rajatabla crisis tras crisis, lo primero que hacen los grandes fondos de inversi¨®n ¡ªantes incluso de pensar en d¨®nde invertir de nuevo¡ª es replegar velas en los pa¨ªses percibidos como de mayor riesgo: los emergentes, que son, a su vez, los que m¨¢s necesitan de ese dinero ¡ªinversiones, cr¨¦ditos¡ª para crecer. A la espera de los datos de abril ¡ªadelanto: no ser¨¢n mucho mejores¡ª, en marzo salieron m¨¢s de 50.000 millones de d¨®lares de las Bolsas emergentes (46.000 millones de euros) y 31.000 millones de los mercados de deuda, seg¨²n los datos del Instituto de Finanzas Internacionales, la patronal mundial del sector financiero.
Impacto de la crisis en pa¨ªses
en desarrollo
Las econom¨ªas m¨¢s fr¨¢giles
Dependencia
del petr¨®leo
(% del PIB)
Brasil
+ fr¨¢gil
India
Fragilidad fiscal
Hungr¨ªa
Sud¨¢frica
China
Malasia
Colombia
M¨¦xico
Polonia
Tailandia
Turqu¨ªa
Rep. Checa
Filipinas
Corea
del Sur
Chile
– fr¨¢gil
Per¨²
Indonesia
Rusia
–vulnerable
+vulnerable
Vulnerabilidad externa
Llegada neta de capitales
Flujos de capital extranjero.
en miles de millones de d¨®lares
1.200
1.000
800
600
400
200
0
–200
Acciones
Cartera de deuda
Deuda
Otros
Cartera
de acciones
Emergentes
incluyendo China
2000
2004
2008
2012
2016
2000
Evoluci¨®n del crecimiento agregado
En % anual
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
–1
2019
3,7%
Prev. FMI: –1%
1961
1970
1980
1990
2000
2010
2020
Fuente: Haver, IIF y Banco Mundial.
EL PA?S
Impacto de la crisis en pa¨ªses
en desarrollo
Las econom¨ªas m¨¢s fr¨¢giles
Dependencia
del petr¨®leo
(% del PIB)
Brasil
+ fr¨¢gil
India
Fragilidad fiscal
Hungr¨ªa
Sud¨¢frica
China
Malasia
Colombia
M¨¦xico
Polonia
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Turqu¨ªa
Rep. Checa
Filipinas
Corea
del Sur
Chile
– fr¨¢gil
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Indonesia
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–vulnerable
+vulnerable
Vulnerabilidad externa
Llegada neta de capitales
Flujos de capital extranjero.
en miles de millones de d¨®lares
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Acciones
Cartera de deuda
Deuda
Otros
Cartera
de acciones
Emergentes
incluyendo China
2000
2004
2008
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2020
Evoluci¨®n del crecimiento agregado
En % anual
9
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2019
3,7%
Prev. FMI: –1%
1961
1970
1980
1990
2000
2010
2020
Fuente: Haver, IIF y Banco Mundial.
EL PA?S
Impacto de la crisis en pa¨ªses en desarrollo
Las econom¨ªas m¨¢s fr¨¢giles
Dependencia
del petr¨®leo
(% del PIB)
105
95
85
75
65
55
45
35
25
15
5
Brasil
M¨¢s fr¨¢gil
India
Hungr¨ªa
Fragilidad fiscal
Sud¨¢frica
China
Malasia
M¨¦xico
Colombia
Polonia
Tailandia
Turqu¨ªa
Filipinas
Rep. Checa
Corea
del Sur
Menos fr¨¢gil
Chile
Per¨²
Indonesia
Rusia
1,0
0,5
0,0
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–1,5
Menos vulnerable
M¨¢s vulnerable
Vulnerabilidad externa
Llegada neta de capitales
Evoluci¨®n del crecimiento agregado
Flujos de capital extranjero.
en miles de millones de d¨®lares
En % anual
1.800
1.600
1.400
1.200
1.000
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600
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200
0
–200
9
8
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6
5
4
3
2
1
0
–1
Acciones
Deuda
Cartera de acciones
Cartera de deuda
Otros
2019
Emergentes
incluyendo China
3,7%
Prev. FMI: –1%
2000
2004
2008
2012
2016
2020
1961
1970
1980
1990
2000
2010
2020
Fuente: Haver, IIF y Banco Mundial.
EL PA?S
Segunda se?al, cualitativa: Bill Rhodes, uno de los banqueros que m¨¢s de cerca vivi¨® el plan Brady de reestructuraci¨®n de la deuda emergente ¡ªy, muy especialmente, latinoamericana¡ª a finales de los noventa, ha alertado ya de que esta crisis en el mundo emergente es la peor que han visto sus ojos: ¡°Va a ser dif¨ªcil¡±. Y tercera se?al, tambi¨¦n cualitativa: Fidelity, una de las mayores gestoras de activos del planeta, de las que de verdad mueven los mercados, ha alertado de lo que est¨¢ por venir en las econom¨ªas en desarrollo. ¡°Estoy realmente preocupada por estos mercados¡±, ha deslizado esta semana la jefa de estrategia global del conglomerado, Anna Stupnytska. Un ¡°p¨®nganse a cubierto¡± en toda regla. Pero son tantas las derivadas y canales de contagio del golpe que quedar hoy a resguardo no es m¨¢s que una quimera.
Nadie escapa de la quema. Los pa¨ªses manufactureros -asi¨¢ticos y M¨¦xico, sobre todo-, por su dependencia de las econom¨ªas avanzadas -Europa, EE UU-, destino natural de sus exportaciones y por su enganche a unas cadenas globales de valor para las que una pandemia global es dinamita pura. Los supeditados al rumbo de las materias primas y el petr¨®leo ¡ªAm¨¦rica del Sur, pero no solo¡ª, porque el menor apetito de industria y consumidores finales ha provocado un severo tajo sobre vol¨²menes y precios. Los tur¨ªsticos ¡ªTailandia, islas del Caribe y un buen n¨²mero de destinos africanos¡ª, porque han visto reducidos a cero una fuente de ingresos y de divisas esencial para su mantenimiento. Y los dependientes de las remesas -sudeste y este asi¨¢tico, Am¨¦rica Central y, de nuevo, M¨¦xico (esta vez al pa¨ªs norteamericano los golpes le llegan por todos los frentes)- porque el hundimiento de los mercados de trabajo en Occidente mermar¨¢n la capacidad de los migrantes de enviar dinero a su gente: seg¨²n los c¨¢lculos del Banco Mundial, la ca¨ªda en este rubro ¡ªque ya es la principal fuente de divisas para los emergentes en su conjunto¡ª rondar¨¢ el 20% anual.
?C¨®mo hacer frente a un golpe de esta magnitud? Mientras varios pa¨ªses del Asia emergente han lanzado planes fiscales ambiciosos, el bloque latinoamericano -con algunas excepciones, como Per¨² y Chile, tambi¨¦n los pa¨ªses que tienen m¨¢s margen- ha optado por una aproximaci¨®n m¨¢s timorata. ¡°Es el momento de la acci¨®n¡±, apremia el n¨²mero dos de Banco Mundial, Axel van Trotsenburg. ¡°Ni los organismos multilaterales ni los Gobiernos podemos especular. Sabemos que la crisis es profunda, muy profunda, pero no podemos perder tiempo hablando sobre cu¨¢nto: hay que actuar de forma r¨¢pida, masiva y decisiva¡±. El jefe de operaciones del organismo reconoce que el margen de acci¨®n de los emergentes es menor ¡ª ¡°no tienen la infraestructura de los pa¨ªses de la OCDE ni pueden poner encima de la mesa planes de est¨ªmulo del tama?o de los de EE UU o Europa¡±¡ª , pero advierte del riesgo de un gran repunte de la pobreza y de la pobreza extrema.
Aunque el agujero de la informalidad hace de los mercados de trabajo emergentes lo m¨¢s parecido a un queso de Gruy¨¨re, las redes de protecci¨®n social de estos pa¨ªses est¨¢n m¨¢s desarrolladas que en crisis anteriores. ¡°Pero est¨¢n dise?adas contra la pobreza, y esta crisis va a golpear especialmente a un grupo que est¨¢ al descubierto: la clase media-baja¡±, apunta Revenga, de Brookings. ¡°Hay que cambiar el enfoque y ampliar el concepto de red de protecci¨®n social. Tal vez, salgamos con una visi¨®n m¨¢s amplia y m¨¢s heterodoxa, con programas de renta b¨¢sica en los pa¨ªses que se lo puedan permitir: cuestan caro, pero aportan mucho¡±.
Con menos m¨²sculo que las econom¨ªas avanzadas para poner en marcha planes de choque -o, directamente, ante la negativa ideol¨®gica a utilizar el margen disponible, como en el caso de M¨¦xico-, la respuesta de los emergentes se parece m¨¢s a la que ofreci¨® Europa en la Gran Crisis que a la que est¨¢ dando hoy el Viejo Continente: m¨¢s monetaria que fiscal; menos contundente de lo que exigen las circunstancias. Los tijeretazos en el precio del dinero se han generalizado, de Brasil a Sud¨¢frica, de Filipinas a Rusia; tambi¨¦n las inyecciones de liquidez por parte de los bancos centrales. Pero todo sabe a poco con un horizonte a corto y medio plazo tan cargado de nubarrones. ¡°Las condiciones crediticias siguen deterior¨¢ndose¡±, avisaba esta semana Standard & Poor¡¯s. Y las calificadoras, como muestra la historia m¨¢s reciente, son expertas en ratificar a toro pasado lo que los mercados descontaron antes. Es la r¨²brica de que, en fin, las cosas se han puesto feas.
Mayor coste de financiaci¨®n
La presi¨®n de los mercados es el elemento determinante en la ecuaci¨®n. El runr¨²n sobre potenciales impagos se ha extendido mucho m¨¢s all¨¢ de los sospechosos habituales, y pa¨ªses que hasta ahora ten¨ªan su deuda externa bajo control pueden empezar a sufrir para devolver lo prestado: a la subida del coste puro de financiaci¨®n ¡ªsalir hoy al zoco financiero con la etiqueta de emergente es mucho m¨¢s dif¨ªcil (caro) que hace un par de meses¡ª se suma la fuerte depreciaci¨®n de muchas monedas del bloque, lo que eleva a su vez el coste de devoluci¨®n de la -todav¨ªa mucha- deuda referenciada en monedas fuertes (d¨®lar, euro, yen).
Un centenar de naciones han llamado ya a la puerta del FMI en busca de alg¨²n tipo de ayuda financiera, desde facilidades de liquidez (Colombia) hasta l¨ªneas de cr¨¦dito para hacer frente a la emergencia sanitaria (Ir¨¢n). ¡°Los emergentes est¨¢n contra la espada y la pared. Van a tener que quemar reservas y creo que pensar que no se van a producir defaults es demasiado optimista¡±, opina Mendoza, de la Universidad de Pennsylvania. Cr¨ªtico con las medidas tomadas hasta ahora por el Fondo Monetario y el Banco Mundial ¡ª¡°han sido escasas¡±¡ª, cree que en el peor escenario ¡ªno tan lejano ya¡ª ¡°har¨¢ falta un plan liderado por el G7 y China, como acreedores, que postergue los pagos y d¨¦ un cierto alivio¡± al bloque.
La luz al final del t¨²nel sanitario se ve hoy m¨¢s cerca. El ritmo de contagios se ha frenado en seco; tambi¨¦n los ingresos en UCI y las muertes. El debate gira ya en torno a los calendarios para levantar poco a poco ¡ªo mucho a mucho, como Alemania¡ª las medidas de confinamiento y no sobre la saturaci¨®n hospitalaria o la falta de preparaci¨®n para una pandemia. ¡°Pero el mundo que veremos cuando hayamos salido del todo ser¨¢ muy distinto¡±, cierra Kaushik Basu, presidente de la International Economic Association. ¡°Habr¨¢ ganadores y perdedores, y los pa¨ªses que peor manejen la situaci¨®n perder¨¢n espacio en los mercados internacionales¡±. Un aviso a navegantes que resuena especialmente en el bloque emergente, donde la pandemia lleva unas semanas de desfase. Las pol¨ªticas ¡ªsanitarias, econ¨®micas y sociales¡ª que apliquen hoy determinar¨¢n su ma?ana.
Los bancos centrales dan un paso al frente con compras de deuda
La Gran Recesi¨®n, que oblig¨® a las econom¨ªas avanzadas a echar mano de imaginaci¨®n monetaria para salir del hoyo, pas¨® casi de soslayo en los emergentes. China e India siguieron con paso firme, y Rusia, Am¨¦rica Latina y ?frica se engancharon al tir¨®n de unas materias primas que cotizaban en niveles de precios razonablemente altos. Algunos pa¨ªses de renta media echaron mano de las pol¨ªticas fiscales moderadamente contrac¨ªclicas para reencauzar el crecimiento, pero la necesidad de exprimir los bancos centrales con un arsenal anticrisis fue en l¨ªneas generales m¨ªnima.
Hoy, una d¨¦cada despu¨¦s, las cosas pintan bien distintas. El espacio fiscal es mucho menor, tras varios a?os de precios renqueantes de los productos b¨¢sicos y bajo crecimiento, y el margen para bajar los tipos de inter¨¦s tiene un l¨ªmite claro: el que marca la depreciaci¨®n, ya muy abultada, de las monedas. De ah¨ª que varios institutos emisores emergentes hayan emprendido un camino ignoto: el de los programas de expansi¨®n cuantitativa (m¨¢s conocidos como QE en la jerga econ¨®mica), que consisten en la compra de deuda p¨²blica para rebajar el coste de financiaci¨®n de los Gobiernos y tratar de expulsar dinero hacia la econom¨ªa real y las inversiones productivas. Sin inflaci¨®n a la vista -m¨¢s bien todo lo contrario: todo apunta a que el virus presionar¨¢, si acaso, los precios a la baja-, el camino parece m¨¢s expedito que nunca para introducir una dosis de creatividad -o de imitaci¨®n- en una pol¨ªtica monetaria hasta ahora encorsetada.
Lejos de ser incursiones testimoniales, desde principios de febrero 13 bancos centrales de pa¨ªses emergentes bien se han embarcado ya en este tipo de planes (Colombia, Chile, Polonia, Turqu¨ªa, Sud¨¢frica o Filipinas, seg¨²n el recuento del Bank of America) bien los tienen en la rec¨¢mara (Tailandia, Corea del Sur). Ni siquiera han esperado a llevar el precio del dinero a zona cero -como si hicieron EE UU, Jap¨®n y los pa¨ªses europeos- para lanzar planes nada desde?ables de est¨ªmulo monetario. Y algunos, como Indonesia, han ido un paso m¨¢s all¨¢, emprendiendo el camino de la monetizaci¨®n directa de deuda: el banco central compra directamente de manos del Gobierno, sin pasar por el mercado secundario. Un movimiento, en este caso s¨ª, que ha encendido las alarmas en los analistas m¨¢s ortodoxos, que temen una monetizaci¨®n del d¨¦ficit que retrotrae a los a?os m¨¢s negros de algunas econom¨ªas latinoamericanas.
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