Por una econom¨ªa y una sociedad resilientes
Un nuevo modelo energ¨¦tico, la digitalizaci¨®n, la inclusi¨®n y la cualificaci¨®n de los trabajadores son las prioridades
Con la mitad de Espa?a en proceso de desescalada y la otra mitad manteniendo el objetivo de estarlo cuanto antes mejor, la epidemia del coronavirus entra en una nueva fase. Una fase que, tras el apag¨®n econ¨®mico mantenido durante m¨¢s de dos meses, se prolongar¨¢ probablemente hasta que se encuentre una vacuna efectiva o un tratamiento lo suficientemente eficaz como para mitigar la gravedad de la enfermedad. La econom¨ªa espa?ola deber¨¢ acostumbrarse a este nuevo escenario que, en el peor de los casos, puede prolongarse m¨¢s de un a?o, en el que no son descartables nuevos rebrotes y posiblemente nuevas medidas de distanciamiento social.
Si la pandemia sorprendi¨® a los Gobiernos europeos sin haber realizado una adecuada preparaci¨®n, estos meses de gesti¨®n de la crisis sanitaria deber¨ªan servir para aprender c¨®mo estructurar y organizar una desescalada que no nos debe llevar a la situaci¨®n previa, sino a un nuevo estadio. Junto con la sostenibilidad, la resiliencia deber¨ªa entrar a formar parte de la ecuaci¨®n de nuestras pol¨ªticas econ¨®micas y sociales. El desigual impacto de la crisis en las econom¨ªas europeas, que pone a Espa?a a la cola, deber¨ªa hacernos reflexionar sobre ello.
La conceptualizaci¨®n de la resiliencia econ¨®mica no es una novedad, sino que, desde la OCDE, se est¨¢ trabajando en la conformaci¨®n de nuevos marcos sobre los que afrontar las pol¨ªticas econ¨®micas. As¨ª, a trav¨¦s del departamento de nuevos retos econ¨®micos, propone una serie de medidas que pueden servir para mejorar la resiliencia de las econom¨ªas. En su trabajo, la organizaci¨®n ha descrito un conjunto de indicadores que se?alan qu¨¦ puntos pueden generar vulnerabilidad ante shocks ex¨®genos como el que vivimos en la actualidad.
De esta manera, en el sector financiero, los trabajos de la organizaci¨®n inciden en las vulnerabilidades que genera la interconexi¨®n entre deuda p¨²blica y privada, un elevado grado de apalancamiento, o la exposici¨®n excesiva a determinados mercados o sectores muy proc¨ªclicos. El riesgo asumido por el sector financiero se ver¨ªa adicionalmente aumentado por un alto nivel de deuda de las empresas y familias, aspecto este que impactar¨ªa tanto en los balances bancarios como en la capacidad del sector no financiero de recuperarse frente a una eventual p¨¦rdida de ingresos.
En el sector p¨²blico, un elevado grado de endeudamiento y un d¨¦ficit estructural elevado y persistente generar¨ªan tambi¨¦n incrementos de la vulnerabilidad, donde habr¨ªa adem¨¢s que incorporar tanto el estado de la sostenibilidad de las cuentas p¨²blicas a largo plazo, particularmente en sociedades con un alto grado de envejecimiento, as¨ª como a posibles contingencias tales como avales p¨²blicos de dudosa recuperaci¨®n. Por ¨²ltimo, la OCDE se?ala la existencia de d¨¦ficits externos abultados y persistentes y un tipo de cambio tanto sobrevalorado como infravalorado, as¨ª como la excesiva exposici¨®n a pa¨ªses, a su vez, fr¨¢giles.
A estos indicadores, que forman parte del marco habitual de revisi¨®n de los desequilibrios macroecon¨®micos, se deber¨ªan sumar aquellos relacionados con la desigualdad, la pobreza o el desempleo, como factores de riesgo frente a eventuales crisis. Si ejercemos este an¨¢lisis sobre nuestra econom¨ªa, pronto descubriremos que Espa?a se est¨¢ enfrentando a esta crisis con un sector financiero saneado, pero poco rentable, un endeudamiento privado que es inferior al existente en 2008 y un sector p¨²blico muy vulnerable. En t¨¦rminos sociales, tanto el paro como la pobreza y la desigualdad no se hab¨ªan recuperado a¨²n del impacto de la crisis financiera. Un punto de partida que debe ser contemplado con franqueza y sin hacernos trampas al solitario.
La pol¨ªtica econ¨®mica que surja de la salida de la crisis debe tener en cuenta estos elementos: preparar a nuestra econom¨ªa para una nueva fase de expansi¨®n debe hacerse limitando las vulnerabilidades y proporcionando un marco m¨¢s resiliente, tanto en t¨¦rminos econ¨®micos como sociales, diversificando las econom¨ªas territoriales y proporcionando herramientas para gestionar adecuadamente los riesgos. El nuevo modelo energ¨¦tico, la digitalizaci¨®n, la cualificaci¨®n de los trabajadores y la inclusi¨®n social deben ser las prioridades en esta nueva fase que se abre ante nosotros.
Espa?a deber¨ªa aprovechar la ventana de oportunidad que abre la reconstrucci¨®n econ¨®mica. Ser¨ªa un grave error repetir errores pasados.
Jos¨¦ Mois¨¦s Mart¨ªn es economista y consultor.
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