El alto coste del desamor: las consultas de divorcios se disparan durante la cuarentena
La intensa convivencia durante el confinamiento ha roto por completo a muchas parejas, pero no todas podr¨¢n afrontar los elevados gastos de una ruptura
No es un t¨®pico ni el argumento de una comedia de Woody Allen, conocido por su ¨¢cida visi¨®n del matrimonio. El exceso de convivencia puede ser un potente corrosivo para las relaciones de pareja. O, al menos, acelerar la degradaci¨®n de aquellas que ya flaquean. Prueba de ello es que la ¨¦poca en que los bufetes especializados en Derecho de familia reciben m¨¢s consultas sobre divorcios es la vuelta de las vacaciones de verano. Un efecto que se ha disparado con el severo confinamiento provocado por la crisis del coronavirus.
¡°Hay quienes, literalmente, ya no se soportan¡±, describe la abogada Paloma Zabalgo, que augura que lo que viene es mucho peor que cualquier mes de septiembre. ¡°Las preguntas sobre separaciones y divorcios son un 35% m¨¢s que el a?o pasado por estas fechas. Y van a m¨¢s¡±, corrobora Delia Rodr¨ªguez, socia directora de Vestalia Asociados. La alerta la lanz¨® hace unos d¨ªas la Asociaci¨®n Espa?ola de Abogados de Familia (AEAFA): en algunos despachos las consultas para romper el v¨ªnculo matrimonial han llegado a duplicarse.
La pandemia ha sido un duro examen para las parejas. El c¨®ctel conformado por el teletrabajo, los ni?os en casa, el incierto panorama laboral o la preocupaci¨®n por la salud de alg¨²n familiar ha dinamitado los puentes de muchas relaciones. Pero, ?se convertir¨¢n todas esas consultas en divorcios consumados? No est¨¢ claro.
En el actual contexto conviven dos corrientes que tienen consecuencias contrapuestas en los matrimonios. As¨ª, mientras el confinamiento act¨²a como disolvente del amor, las dificultades econ¨®micas son un potente adhesivo. Prueba de ello es el desplome que sufrieron las separaciones y divorcios en la anterior crisis. Seg¨²n los datos del INE, en 2006, los juzgados certificaron 145.919 rupturas; en 2013 cayeron a 100.437.
Los sentimientos pesan, pero la cuenta bancaria tambi¨¦n. Divorciarse es caro y la solter¨ªa merma el poder adquisitivo. ¡°Hay quien aguanta porque no le queda otro remedio¡±, resume Zabalgo. No todos pueden permitirse el desamor. El precio de la tramitaci¨®n de la ruptura var¨ªa en funci¨®n de la complejidad del proceso, el despacho contratado y el nivel de hostilidad de los c¨®nyuges. Si es de mutuo acuerdo, el divorcio costar¨¢ de media entre 800 y 2.500 euros, a lo que hay que sumar el procurador, entre 200 y 350 euros. En este caso, adem¨¢s, la expareja puede compartir abogado, una ventaja que no es posible si las posturas son irreconciliables y toca litigar. El precio de un divorcio contencioso oscila entre los 2.000 y los 7.000 euros.
Como advierte la letrada Carmen Varela, ¡°cuantos menos acuerdos, m¨¢s caro ser¨¢ el proceso¡±. Y no solo porque engrosar¨¢ la factura del abogado, que cobra por horas. Las discrepancias en la liquidaci¨®n de la sociedad de gananciales obligar¨¢n a contratar un perito que tase los bienes. Si el problema es la custodia, habr¨¢ que costear un informe psicol¨®gico. Y as¨ª con cada desencuentro. Ello sin olvidar que la ruptura se saldar¨¢, al menos para uno de los dos, con la b¨²squeda de una nueva vivienda y puede que con el pago de una pensi¨®n compensatoria o de alimentos. Suma y sigue.
Asimismo, Rodr¨ªguez anticipa que la crisis provocar¨¢ pleitos ¡°m¨¢s sangrientos¡± y los hijos ser¨¢n la excusa de muchas batallas econ¨®micas. ¡°La custodia en exclusiva lleva aparejada el uso de la vivienda y una pensi¨®n de alimentos, mientras que, con la compartida, a priori, no se atribuye el domicilio a ninguno de los dos¡±. Muchas n¨®minas no pueden permitirse el esfuerzo de pagar media hipoteca de una vivienda que no se usa y, adem¨¢s, un segundo alojamiento. Ello explica, seg¨²n la letrada, que la mayor¨ªa de las consultas que est¨¢ recibiendo estos d¨ªas sean de personas ¡°que no se han visto especialmente perjudicados por la crisis. Los despedidos y los afectados por un ERTE ni se lo plantean¡±. En el desamor tambi¨¦n hay clases.
Colapso judicial
Los pactos no solo abaratan la tramitaci¨®n del divorcio, tambi¨¦n la abrevian. ¡°Uno de mutuo acuerdo requiere entre tres y seis meses; la primera instancia de un contencioso, con suerte, entre seis meses y un a?o¡±, estima Zabalgo, que anticipa, no obstante, que el colapso judicial post-covid va a duplicar esos plazos.
Esta circunstancia, subraya Varela, convierte a la mediaci¨®n familiar en una opci¨®n deseable en muchos casos, aunque no todos la aceptan cuando las heridas a¨²n est¨¢n abiertas. Sin embargo, la decana del Colegio de Barcelona (ICAB) y abogada de familia, Maria Eug¨¨nia Gay, reclama realismo y pensar en los hijos menores de edad. ¡°En muchos divorcios, los c¨®nyuges tienen unas expectativas judiciales que despu¨¦s no ven materializadas. Un proceso de tres o cuatro a?os no solo es caro, sino que provoca un desgaste emocional que, a la larga, comprueban que no compensa¡±.
Una alternativa a la incierta traves¨ªa por el juzgado es convalidar el convenio ante notario, opci¨®n que permite la ley desde 2015 y a la que cada vez acuden m¨¢s parejas (en 2019 fueron 9.601). Los requisitos son que exista mutuo acuerdo y no haya hijos menores de por medio. ¡°Basta con que las partes acudan al fedatario p¨²blico con sus abogados¡±, explica Jos¨¦ Corral, portavoz del Consejo General del Notariado. ¡°La cita se les dar¨¢ en apenas dos o tres d¨ªas y el coste total es de unos 150 euros¡±.
Separaciones ¡®low cost¡¯
Frente a los despachos convencionales, han surgido bufetes que ofrecen divorcios de bajo coste a trav¨¦s de impactantes campa?as de publicidad o un buen posicionamiento en Internet. Es el caso Divorcieitor.com, que anuncia rupturas de mutuo acuerdo por 150 euros por c¨®nyuge. Alberto Castillo, su fundador, asegura que se trata de un precio cerrado, sin sorpresas posteriores. ¡°Los convenios son corta-pegas¡±, explica, ¡°la clave es saber adaptarlo al caso concreto¡±. Estas iniciativas, sin embargo, cuentan con el rechazo mayoritario de la profesi¨®n, que las tildan de enga?osas o de competencia desleal. ¡°Por esa cantidad es imposible dar un servicio de calidad¡±, cuestiona Carmen Varela, que pone como ejemplo una expareja que lleg¨® a su despacho con un convenio que mencionaba el r¨¦gimen de gananciales cuando el matrimonio se hab¨ªa regido por separaci¨®n de bienes.
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