Aniversario de la idea que hizo descarrilar al capitalismo
Las grandes corporaciones y patronales son conscientes de que tienen la obligaci¨®n moral de devolver el favor a los Gobiernos y a la sociedad
Se cumplen 50 a?os de la publicaci¨®n de un ensayo que mud¨® la piel del capitalismo contempor¨¢neo. El autor era Milton Friedman, uno de los fundadores de la Escuela de Econom¨ªa de Chicago y laureado con el premio Nobel de Econom¨ªa en 1976. El ensayo se titulaba The Social Responsability of Business is to Increase its Profits. Se public¨® en el n¨²mero del 13 de septiembre de 1970 de The New York Times Magazine.
La idea que transmit¨ªa era simple y poderosa: la ¨²nica responsabilidad social de las empresas es maximizar sus beneficios. Esta idea, que en el contexto de la ¨¦poca pod¨ªa tener cierta raz¨®n, en el caso de que los directivos se dedicasen a hacer filantrop¨ªa corporativa con los recursos de los accionistas, acab¨® convirti¨¦ndose en el mantra de que el ¨²nico criterio para juzgar la buena gesti¨®n empresarial era ¡°maximizar el valor para los accionistas¡±.
Este es uno de los ejemplos que mejor ilustran la categ¨®rica afirmaci¨®n de John Maynard Keynes cuando, en el ¨²ltimo ep¨ªgrafe de su Teor¨ªa general, publicada en 1936, escribe que ¡°las ideas de los economistas (¡), tanto cuando son correctas como cuando son err¨®neas, tienen m¨¢s poder de lo que com¨²nmente se piensa... [porque], tarde o temprano, son las ideas, y no los intereses creados, las que son peligrosas para bien o para mal¡±.
En este caso, esa influencia ha sido ¡°para mal¡±. La primac¨ªa absoluta de los accionistas ha hecho descarrilar al capitalismo, sac¨¢ndolo de la v¨ªa del progreso econ¨®mico y social en la que hab¨ªa entrado tras las reformas llevadas a cabo despu¨¦s de la Gran Depresi¨®n y la Segunda Guerra Mundial.
?Enti¨¦ndaseme bien! No pretendo sugerir una ¡°causa general¡± contra las grandes corporaciones y sus gestores. Su aportaci¨®n al progreso occidental est¨¢ fuera de toda duda. Pero lo est¨¢n tambi¨¦n sus perversas desviaciones, algo que no solo denuncian sus detractores, sino tambi¨¦n muchos de sus defensores cr¨ªticos. Como se?al¨® uno de ellos, ¡°la primac¨ªa de los accionistas es el error del c¨®digo fuente del capitalismo¡±.
Son precisamente sus defensores los que est¨¢n impulsando la reforma del capitalismo. Es el caso del manifiesto firmado en agosto de 2019 por los primeros ejecutivos de 181 grandes corporaciones agrupados en la asociaci¨®n Business Rountable. Reconocen que han estado gestionando mal al orientarse ¨²nicamente al inter¨¦s de los accionistas (shareholders). Se comprometen, a partir de ahora, a equilibrar los intereses de todos los interesados (stakeholders) en la buena marcha de la empresa: trabajadores, proveedores, clientes, comunidades y, naturalmente, accionistas. La reforma pretende transitar del capitalismo de los shareholders al de los stakeholders.
?Se trata de simple ret¨®rica para aliviar su mala conciencia? Pienso que no. M¨¢s all¨¢ del alcance pr¨¢ctico que puedan llegar a tener, estos manifiestos dan cobertura a los directivos que quieran convencer a sus accionistas para dar este paso.
Pero para ello es necesario desarrollar nuevas m¨¦tricas para evaluar la buena gesti¨®n empresarial. Tambi¨¦n en este terreno se est¨¢n dando avances importantes. Un ejemplo es la iniciativa B Lab, surgida en Estados Unidos y con presencia en muchos pa¨ªses, incluida Espa?a. Su objetivo es contribuir a hacer de la empresa un instrumento orientado al bien com¨²n. Para ello, ayudan a las empresas a llevar a cabo esta transici¨®n y emiten certificados B Corps para aquellas que hayan dado el paso de trasladar a sus estatutos objetivos medibles relacionados con la sostenibilidad social (salarios y empleo), el fortalecimiento de las comunidades en que operan o el cuidado medioambiental. Esos certificados hacen que esas empresas ¡°coticen¡± al alza a la hora de atraer mejores empleados, mejorar su innovaci¨®n y productividad, ganar el favor de los consumidores y obtener mejor financiaci¨®n. Las empresas no existen para hacer ricos a sus propietarios, sino para lograr fines sociales; y para que haci¨¦ndolo, puedan ganar dinero.
La pandemia de coronavirus es una oportunidad para reivindicar el capitalismo como instrumento del bien com¨²n. Tambi¨¦n en Espa?a, donde los principales directivos de algunas de nuestras grandes corporaciones y de las patronales est¨¢n adoptando un compromiso y un liderazgo p¨²blico hasta ahora inexistentes. Quiz¨¢ porque son conscientes de que tienen la obligaci¨®n moral de devolver el favor que los Gobiernos y la sociedad les est¨¢n prestando con las enormes ayudas laborales, financieras y fiscales que est¨¢n recibiendo. Es un momento de oportunidad para renovar el contrato social de la empresa. Un momento para volver a poner al capitalismo en las v¨ªas del progreso social del que descarril¨® hace medio siglo.
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