China pone coto a sus empresas tecnol¨®gicas
Xi Jinping lanza una campa?a para limitar riesgos sist¨¦micos y reafirmar su autoridad sobre el sector privado
Xi Jinping no acostumbra a dar instrucciones en vano. En septiembre del a?o pasado el l¨ªder chino incidi¨® en la importancia de realizar ¡°esfuerzos para unir al sector privado alrededor del Partido¡±, con el objetivo de ¡°fomentar su sano desarrollo¡±. Estas palabras dieron comienzo a una campa?a antimonopolio en el sector digital destinada a limitar tanto los riesgos estructurales como el poder de sus actores. La gran castigada ha resultado Alibaba, la primera tecnol¨®gica del pa¨ªs y novena empresa del mundo por capitalizaci¨®n burs¨¢til.
El primer golpe lleg¨® a mediados de noviembre, cuando las autoridades paralizaron la salida a Bolsa de Ant Group, destinada a ser la mayor de la historia, con apenas 48 horas de antelaci¨®n. La firma de servicios financieros ya estaba preparada para embolsarse 34.500 millones de d¨®lares (29.500 millones de euros) por medio de un debut simult¨¢neo en los parqu¨¦s de Hong Kong y Shangh¨¢i, montante que empeque?ecer¨ªa la cima marcada por los 29.000 millones de d¨®lares de Saudi Aramco en diciembre de 2019.
Ant es una de las organizaciones m¨¢s innovadoras del mundo, hasta el punto de carecer de equivalente fuera de China. Su servicio primigenio es Alipay, una plataforma de pagos electr¨®nicos de enorme implantaci¨®n social. Esta representa la puerta de entrada a un colosal ecosistema alimentado por la ingente cantidad de datos generados por cada transacci¨®n. Ant puede as¨ª ofrecer pr¨¦stamos, inversiones o seguros personalizados. La firma se enorgullece de emplear un esquema bautizado como 310: a la hora de contratar cualquier producto financiero bastan 3 minutos para rellenar un formulario, el cual es aprobado en 1 segundo por la intervenci¨®n de 0 seres humanos. Alibaba todav¨ªa posee un tercio de la empresa que un d¨ªa fue su filial.
La matem¨¢tica de su salida a Bolsa habr¨ªa colocado a Ant en posici¨®n de rebasar a los primeros bancos estatales. Con la ambici¨®n y la capacidad, adem¨¢s, de controlar un porcentaje significativo del cr¨¦dito nacional; gracias a la ubicuidad de su aplicaci¨®n telef¨®nica en los 1.560 millones de m¨®viles del pa¨ªs y la sencillez de sus servicios. El Gobierno entend¨ªa que esta posibilidad supon¨ªa un riesgo intolerable, y en el ¨²ltimo momento interrumpi¨® sus cuentas de la lechera modificando los requisitos legales.
Desde entonces los correctivos han sido constantes. El ¨²ltimo tuvo lugar esta misma semana, cuando el Banco Popular de China proporcion¨® un nuevo tir¨®n de orejas p¨²blico en forma de comunicado. Tras una reuni¨®n con los directivos de Ant, el banco central aseguraba en su texto que esta debe ¡°volver a sus or¨ªgenes¡± como empresa de pagos electr¨®nicos y ¡°rectificar errores¡± cometidos ¡°en ¨¢reas comerciales clave¡±, exigiendo incluso ¡°un cronograma de implementaci¨®n¡±. Ant, con la cabeza gacha, ya ha tomado medidas para demostrar su obediencia, como limitar el cr¨¦dito disponible para sus usuarios. Eric Jing, su director general, ha asegurado que ¡°escucha con atenci¨®n¡± las cr¨ªticas de ¡°reguladores y clientes¡±.
La casa madre tampoco ha salido indemne. La semana pasada la Administraci¨®n Estatal para la Regulaci¨®n del Mercado anunci¨® la apertura de una investigaci¨®n contra Alibaba, acusado de pr¨¢cticas monopol¨ªsticas. Las autoridades provinciales de Zhejiang, donde est¨¢ radicada el gigante tecnol¨®gico, ya han registrado su sede central, interrogado a empleados y requisado documentos. A consecuencia de su colisi¨®n con el Partido, Alibaba ha perdido casi un cuarto de su cotizaci¨®n burs¨¢til desde finales de octubre, equivalente a la evaporaci¨®n de 260.000 millones de d¨®lares (213.000 millones de euros).
El hostigamiento gubernamental tiene tambi¨¦n una dimensi¨®n ad h¨®minem. Lo sucedido evidencia la ca¨ªda en desgracia de Jack Ma, fundador de Alibaba y uno de los rostros m¨¢s conocidos del pa¨ªs. ¡°Si el Gobierno necesita Alipay se lo dar¨¦¡±, lleg¨® a afirmar, sol¨ªcito, en 2013. Justo antes de la fallida salida a Bolsa de Ant ¨Cde la que es accionista mayoritario¨C se desmarc¨® con unas pol¨¦micas declaraciones en las que criticaba la legislaci¨®n en materia financiera y su mentalidad de ¡°tiendas de empe?o¡±. Quien fuera el hombre m¨¢s rico de China ha visto c¨®mo en los ¨²ltimos meses su patrimonio ha menguado de 51.000 millones de euros a 40.000, de acuerdo a datos de Bloomberg. El futuro no es halag¨¹e?o para el empresario y fil¨¢ntropo: las autoridades le habr¨ªan instruido a no abandonar el pa¨ªs, seg¨²n distintos medios.
M¨¢s control sobre el sector privado
Pese a que el modelo chino sigue siendo nominalmente comunista, hace muchos a?os que las empresas privadas son el motor de su econom¨ªa. Estas han pasado de sumar 443.000 en 1996 a 15,6 millones en 2018, hasta constituir un 84% del total. Una de los puntos en la agenda dom¨¦stica de Xi consiste en aumentar el control del Partido sobre ellas y alinearlas con las prioridades estatales. El primer paso fue la emisi¨®n a mediados de septiembre por parte del Comit¨¦ Central de la Oficina General del Partido Comunista Chino de un documento titulado ¡°Opini¨®n sobre el fortalecimiento del trabajo del Frente Unido de la econom¨ªa privada en la nueva era¡±.
Su prop¨®sito era ¡°mejorar el enfoque de la sabidur¨ªa y la fortaleza de los empresarios en el objetivo y la misi¨®n del gran rejuvenecimiento de la naci¨®n china¡±. Para ello, aspiraba a crear ¡°una columna de empresario fiables y disponibles en momentos clave¡±. El Gobierno enca?onaba de este modo al sector digital. No solo por ser un ¨¢mbito estrat¨¦gico, tambi¨¦n por ser una de las industrias cuyos actores han acumulado una mayor preponderancia social gracias a una regulaci¨®n laxa. Pero eso se acab¨®.
En noviembre, las autoridades competentes publicaron el borrador inicial de unas nuevas pautas antimonopolio en Internet. Dos semanas m¨¢s tarde concluy¨® la Conferencia de Trabajo Econ¨®mico Central, reuni¨®n anual de este organismo, encargado de fijar el rumbo en materia financiera y bancaria. El documento resultante conten¨ªa un ep¨ªgrafe en el que la instituci¨®n se compromet¨ªa a afianzar el control sobre las empresas de servicios financieros y comercio electr¨®nico, con la intenci¨®n de ¡°fortalecer el antimonopolio y prevenir una expansi¨®n desordenada de capital¡±.
Esto se tradujo en dos rondas de multas. La primera a mediados de diciembre contra la propia Alibaba, China Literatura ¨Cde la que Tencent es accionista mayoritario¨C y Hive Box por ¡°no informar sobre acuerdos pasados para la evaluaci¨®n de las autoridades¡±. La segunda esta semana, por ¡°tarifaci¨®n irregular¡±. Las v¨ªctimas en esta ocasi¨®n fueron JD ¨Csegunda empresa de comercio electr¨®nico del pa¨ªs¨C, Tmall ¨Cpropiedad, de nuevo, de Alibaba¨C y Vishop.
Todas las sanciones se fijaron en 500.000 yuanes (62.700 euros), una cantidad modesta pese a super el m¨¢ximo que contempla la Ley Antimonopolio de 2008. Este paso, no obstante, supone la primera ocasi¨®n en que las instituciones act¨²an contra empresas de Internet, adelantando una tendencia creciente que viene a demostrar que en China nada est¨¢ por encima del Partido. Y este, a su vez, resulta cada vez m¨¢s indistinguible de la palabra de Xi Jinping.
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