IVA reducido y pol¨ªtica social
El problema de las familias no es la pobreza energ¨¦tica; el problema es la pobreza, sin adjetivos
El a?o 2021 ha comenzado con no pocos contratiempos y uno de los que m¨¢s ruido ha causado a lo largo de las primeras semanas ha sido el notable incremento del precio de la energ¨ªa el¨¦ctrica, que ha desatado de nuevo el debate sobre la eficiencia de nuestro sistema energ¨¦tico y las necesidades de modernizaci¨®n que, aprovechando el Plan de Recuperaci¨®n y Resiliencia, podr¨ªan hacerse efectivas en los pr¨®ximos a?os.
Sin querer entrar en las razones profundas de las disfunciones de nuestro mercado energ¨¦tico, ha llamado de nuevo la atenci¨®n la inclusi¨®n en el debate p¨²blico de la opci¨®n de rebajar el IVA de la electricidad, que se considera anormalmente alto y que, junto con otros impuestos, formar¨ªa parte de la combinaci¨®n de factores que han hecho subir los precios energ¨¦ticos. Este debate recuerda al producido en oto?o del a?o pasado sobre el IVA de las mascarillas, que finalmente se redujo tras fuertes presiones de la opini¨®n p¨²blica y una posici¨®n inicialmente renuente del Gobierno. Las razones en aquel caso coinciden, al menos parcialmente, con el nuevo debate: los precios altos generan una ca¨ªda del poder adquisitivo de las personas m¨¢s vulnerables y, por lo tanto, contribuyen a su empobrecimiento. La racionalidad de los tipos reducidos de IVA se sostiene sobre esta afirmaci¨®n, y as¨ª, una parte importante de los bienes b¨¢sicos de consumo est¨¢n sometidos a tipos reducidos. Desde este punto de vista, sostener una bajada del tipo impositivo de la electricidad estar¨ªa justificado por su funci¨®n social.
He aqu¨ª que este razonamiento, aplicado a gran n¨²mero de bienes de consumo, ha llevado a que Espa?a sea uno de los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea donde m¨¢s productos se acogen a estas reducciones: el 33% del consumo, frente al 18% en Alemania. Espa?a es, tambi¨¦n, uno de los pocos pa¨ªses que mantiene un IVA superreducido del 4% (junto con Irlanda, Italia, Francia y Luxemburgo). La combinaci¨®n de ambos factores ¡ªnumerosos bienes sujetos a tipos reducidos y existencia de tipos ultrarreducidos¡ª hace que el tipo impl¨ªcito en Espa?a sea uno de los menores de la Uni¨®n Europea: mientras la media europea se sit¨²a en el 20,7%, en Espa?a esta cifra se reduce hasta el 15,9%.
Bien se podr¨ªa decir que, de esta manera, tendemos a compensar la baja progresividad de nuestro sistema fiscal, ya que es sabido que los impuestos sobre el consumo son regresivos si los comparamos con otras figuras impositivas, como los impuestos sobre la renta o el patrimonio. Pero la evidencia pone una m¨¢cula de duda en ese planteamiento: la magn¨ªfica evaluaci¨®n econ¨®mica que realiz¨® la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) el pasado a?o 2020 sobre los beneficios fiscales, se?ala que los efectos distributivos de las rebajas del IVA no son los esperados, en la medida en que benefician m¨¢s ampliamente a las familias en mejor situaci¨®n y, por lo tanto, tienen un efecto sobre la desigualdad muy reducido. De hecho, tambi¨¦n sobre estimaciones de la propia AIReF, el programa de Ingreso M¨ªnimo Vital tendr¨ªa, en su m¨¢xima extensi¨®n, una capacidad de reducir la desigualdad siete veces superior, con un coste estimado sustancialmente menor: 3.000 millones frente al alrededor de 17.000 millones que se pierden cada a?o por las reducciones de IVA.
?Qu¨¦ deber¨ªa hacer, por lo tanto, una pol¨ªtica econ¨®mica con vocaci¨®n igualitaria? La evidencia nos permite se?alar que mantener y ampliar la cesta de bienes sometidos al IVA reducido no parece la mejor soluci¨®n. Bien al contrario, nuestra baja recaudaci¨®n y sus bajos efectos redistributivos han sido motivo de preocupaci¨®n por parte de la Comisi¨®n Europea, que la ha considerado una de las prioridades de reformas econ¨®micas a acometer en el marco del semestre europeo. Al mismo tiempo que debemos reconocer este diferencial con nuestros socios, cabe destacarse que, hasta la puesta en marcha del Ingreso M¨ªnimo Vital, Espa?a era, conjuntamente con Italia, uno de los pa¨ªses de la UE que menos apoyaba con trasferencias a los sectores m¨¢s vulnerables de la sociedad. De esta manera, si queremos mejorar nuestro desempe?o social, ser¨ªa m¨¢s efectivo recaudar m¨¢s y focalizar mejor el gasto p¨²blico en aquellos que m¨¢s lo necesitan. Porque el problema no es la pobreza energ¨¦tica; el problema es la pobreza, sin adjetivos.
Jos¨¦ Mois¨¦s Mart¨ªn es economista y consultor.
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