El ¡®idealista¡¯ rural que triunfa en Zamora
Vecinos de Sayago comercializan viviendas en desuso para facilitar la repoblaci¨®n rural
La decadencia que se cierne sobre el medio rural se evidencia en sus casas. Son viviendas paralizadas, congeladas. Nadie las visita, pero nadie quiere desprenderse de ellas. Esta estampa ha provocado que en Sayago (Zamora), una comarca donde la despoblaci¨®n es un hecho, una iniciativa local se haya animado a recopilar esos inmuebles condenados al abandono. Una vez saben cu¨¢les est¨¢n vac¨ªos, les dan visibilidad para aquellos que, hartos de explanadas de cemento donde pace el coronavirus, quieren volver a los pueblos.
La idea funciona y ha generado un rebrote inmobiliario. Los art¨ªfices de la Plataforma de Oportunidades Rurales por Sayago recorren hasta 59 localidades en 24 Ayuntamientos, y constatan qu¨¦ casas est¨¢n en desuso. Una vez las recopilan, ayudan a sus poseedores a anunciarlas en redes sociales, con Facebook como fil¨®n, o en plataformas digitales. Actualmente tienen registradas 262 viviendas; desde enero han vendido 44 y alquilado otras 17. Son cifras inauditas para la Espa?a que se desangra de vida. Solo 10 de los 148 municipios zamoranos han crecido desde 1950, periodo en el que la provincia perdi¨® el 40% de su poblaci¨®n. Jos¨¦ Antonio de la Mano, uno de los promotores de la idea, explica que muchas casas han quedado vac¨ªas por una mezcla entre el fallecimiento de sus propietarios, el ¨¦xodo a las ciudades y el desinter¨¦s. ¡°Llevan varios a?os cerradas o sin actividad, pero est¨¢n muy bien¡±, sostiene.
Los precios invitan a contemplar la aventura rural. El precio medio de las viviendas no llega a los 60.000 euros y existen varias categor¨ªas: desde algunas perfectamente listas para entrar a vivir hasta otras en peor estado, pero tambi¨¦n m¨¢s baratas, id¨®neas para rehabilitarlas al gusto del nuevo propietario. Los tel¨¦fonos suenan con llamadas desde Valencia, Canarias, Asturias y hasta de Cuba. De la Mano, especialista en estad¨ªstica, destaca las oportunidades laborales: la crisis demogr¨¢fica har¨¢ necesarias m¨¢s de 1.000 personas en los pr¨®ximos a?os para esos parajes zamoranos, yermos de poblaci¨®n activa. El mercado laboral de Sayago est¨¢ en la hosteler¨ªa, el sector agr¨ªcola o el cuidado de mayores. Mirar al bolsillo, subraya, fomenta animarse a emprender: arrendar viviendas estupendas por unos 200 euros permite ahorrar o invertir en proyectos personales.
Uno de los nuevos vecinos de la zona se llama Fran Gonz¨¢lez, nacido en Murcia y afincado en Granada en los ¨²ltimos 25 a?os. Ahora luce 64 a?os en Fermoselle (1.200 habitantes, cabeza comarcal de Sayago), encantado de su nueva vida. Su hucha tambi¨¦n goza: paga 250 euros mensuales por un casopl¨®n en el campo, con dos dormitorios, cocina y un sal¨®n, todos grandes, adem¨¢s de un terreno de 4.000 metros cuadrados. Gonz¨¢lez aplaude que Fermoselle ¡°es un pueblo con mucha voluntad de hacer cosas¡± y que, tras varios meses buscando en portales de repoblaci¨®n, eligi¨® Sayago en busca de ¡°calidad de vida y tranquilidad¡± junto a su gato. Este artista, artesano y manitas en general, recuerda que solo hay un electricista ¡°para 30 o 40 pueblos¡± e invita a que m¨¢s personas emprendan su mismo camino y apuesten por la provincia de Zamora, pues hay empleo y una buena acogida: ¡°Los pueblos necesitan ideas frescas¡±. El INE lo avala: uno de cada tres zamoranos supera los 65 a?os.
El alcalde de Fermoselle, Jos¨¦ Manuel Pilo, se enorgullece del emprendimiento de la plataforma, a la que el consistorio ha complementado con una bolsa de empleo. Una de las grandes suertes de esta paulatina repoblaci¨®n tiene protagonistas infantiles: la escuela que anta?o albergaba a 300 ni?os ahora suma 30, pero en aumento gracias a nuevos residentes, como una familia de Barcelona que ha tra¨ªdo a sus hijos y ahora gestiona una ebanister¨ªa y el servicio de funeraria.
Este movimiento inmobiliario se propicia gracias a personas como Eva Lorenzo, de 48 a?os, que ha ofrecido dos casas: una en Zafara de Sayago (60 habitantes), ¡°muy grande¡± y disponible por 35.000 euros. Lorenzo admite que necesitar¨ªa alguna reforma y que se han interesado por ella personas desde Asturias, C¨¢ceres o Zamora. Tambi¨¦n tiene otro inmueble familiar en Muga de Sayago (340 habitantes), que solo precisa de una limpieza a fondo. El dinero es lo de menos: ¡°Si alguien quiere entrar a vivir y reformarla, no le cobrar¨ªamos mientras hace la obra¡±. El caso, insiste, es que esas viviendas ¡°de gran valor sentimental¡± no terminen hundidas. La casa de Muga es la antigua carnicer¨ªa familiar, cargada de recuerdos, y por ello mismo conviene que cambie de manos: ¡°No quiero que las casas de mis antecesores se caigan¡±. El banco de viviendas, sentencia Lorenzo, supone una buena noticia: ¡°Gusta ver gente en el lugar donde has crecido¡±.
La alegr¨ªa de Paola Labarba, de 44 a?os, ha recalado en M¨¢moles de Sayago (37 habitantes). La canaria, que comentaba antes del viaje que en las islas ¡°hace fresquito¡± y lleva ¡°una rebequita¡±, tendr¨¢ que abrigarse m¨¢s en una Zamora que la enamor¨® a ella y a su familia. De hecho, su luna de miel la pasaron viajando por Sayago en busca de su nueva morada: un piso de dos habitaciones, sal¨®n, ba?o y cocina por 180 euros de renta mensual. ¡°Queremos ahorrar con este alquiler tan bajo para comprar una casita¡±, afirma Labarba. Fuerteventura les exig¨ªa 650 euros mensuales, m¨¢s una cesta de la compra encarecida por el turismo, as¨ª que la diferencia sustancial les permitir¨¢ ¡°mirar el mercado¡± para saber qu¨¦ palos laborales tocar.
De momento, su marido, argentino, baraja montar una granja de gallinas de raza, de cotizados huevos y plumas; ella es buena cocinera pero no tiene prisa en elegir ocupaci¨®n. Su hija, Luz Mar¨ªa, de 19 a?os, ha asumido bien la mudanza: primero rezongaba con aquello de ¡°me vais a meter en un pueblo¡±, pero la proximidad a Salamanca la anima a estudiar Psicolog¨ªa en la universidad. La filosof¨ªa de nueva vecina de M¨¢moles resume el sentir rec¨ªproco de la comarca: ¡°Queremos que sea bueno para nosotros y para el pueblo¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.