La revoluci¨®n que hace que cuatro millones de trabajadores abandonen su puesto cada mes en EE UU
El alto n¨²mero de bajas en la poblaci¨®n activa altera el mercado laboral y provoca cuellos de botella en la contrataci¨®n
Las entrevistas de salida son una tradici¨®n en EE UU, un g¨¦nero propio en la gesti¨®n de los recursos humanos. Las hacen las empresas a los trabajadores que se van voluntariamente, para saber qu¨¦ fue mal y cu¨¢les fueron los motivos que marchitaron las expectativas del empleado. A juzgar por la sangr¨ªa de estadounidenses que dejan el mercado laboral desde que despeg¨® la recuperaci¨®n pospand¨¦mica, las conclusiones de esos interrogatorios resultan hoy m¨¢s reveladoras que de costumbre. Un modo de entender por qu¨¦ desde abril, cuando se registr¨® el primer pico de salidas, en torno a cuatro millones de personas abandonan voluntariamente cada mes la poblaci¨®n activa, ya que en muchos casos la baja no va acompa?ada, o al menos no inmediatamente, de b¨²squeda de empleo.
Uno de los factores que m¨¢s se citan para explicarlo ser¨ªan los ahorros acumulados gracias a la inyecci¨®n de est¨ªmulos contra la pandemia del Gobierno federal, pero no es el ¨²nico. El fen¨®meno es una madeja enmara?ada, con hilos coyunturales y un meollo estructural. Los expertos lo han bautizado ¨Dla movilidad exist¨ªa, pero no a este ritmo¨D como la Gran Dimisi¨®n o la Gran Renuncia, con may¨²sculas, no solo porque la letra capital se use para escribir los nombres en ingl¨¦s, sino porque la tendencia est¨¢ dinamitando la cultura del trabajo tradicional: el desempe?o profesional como prioridad en la vida; la realizaci¨®n personal, proyectada solo en el oficio o la carrera. De ah¨ª que algunos prefieran ampliar el foco y definir lo que sucede como la Gran Remodelaci¨®n, una reformulaci¨®n radical de la cultura del trabajo, o, incluso, como el Gran Agotamiento, porque muchas veces se trata de trabajadores quemados o pasados de vueltas por el sistema, con el acelerador de la pandemia.
Es el caso de Phyllis Curran O¡¯Neill, de 67 a?os. ¡°Trabaj¨¦ desde julio de 2020 hasta septiembre de 2021 como recepcionista en un complejo de apartamentos para mayores en Nueva Jersey; a tiempo completo, por 12 d¨®lares la hora. La compa?¨ªa ofrec¨ªa seguro m¨¦dico, seguro de vida y un plan limitado de pensiones, pero como tengo m¨¢s de 65 a?os y me corresponde Medicare, prescind¨ª del seguro m¨¦dico. Medicare [cobertura p¨²blica para mayores] es mejor¡±, explica. En EE UU el seguro m¨¦dico privado corre a cuenta de las empresas, de ah¨ª que habitualmente contar con beneficios de ese tipo signifique cobrar menos sueldo neto, y a la inversa: m¨¢s salario, menor protecci¨®n.
El detonante de su salida fue el exceso de trabajo y, por ende, el estr¨¦s y el agotamiento emocional. ¡°A medida que pasaban los meses, not¨¦ c¨®mo aumentaban mis responsabilidades hasta el punto de que un d¨ªa me vi tan sobrepasada que estall¨¦ y grit¨¦: ¡®?Quiero m¨¢s dinero por hacer esto!¡¯. Despu¨¦s del arrebato sent¨ª que mi comportamiento hab¨ªa sido inaceptable y decid¨ª que era hora de irme¡±, contin¨²a. ¡°De hecho, la direcci¨®n se ofreci¨® a mantenerme en la reserva, pero me han llamado solo un d¨ªa en los ¨²ltimos dos meses para cubrir una baja¡±. Otra caracter¨ªstica del sistema son las contad¨ªsimas bajas m¨¦dicas de los empleados para no sufrir recortes en el sueldo.
Esta deserci¨®n masiva est¨¢ ocasionando trastornos a los empresarios, que lidian con una creciente escasez de mano de obra, y comprometiendo la recuperaci¨®n plena en sectores como el comercio o el transporte, hoy deficitarios funcionalmente: basta apreciar las colas interminables ante cajas cerradas en unos grandes almacenes, en hora punta. A finales de julio, hab¨ªa en EE UU 11 millones de puestos de trabajo vacantes. En septiembre los cesantes fueron m¨¢s de 4,4 millones, una cifra ligeramente superior a la de agosto (4,3 millones), en una poblaci¨®n de 331 millones de personas. Se trata del porcentaje m¨¢s elevado de abandono desde que empez¨® a registrarse este tipo de absentismo laboral, hace dos d¨¦cadas.
La escasez de mano de obra agrava el gripado del sistema a consecuencia del gran atasco global en las cadenas de producci¨®n y distribuci¨®n. Casi un mill¨®n de los extrabajadores se desempe?aban en el sector del ocio y restauraci¨®n, uno de los que se han recuperado a mayor velocidad. Otros 863.000 han salido de actividades relacionadas con el alojamiento y 706.000 ofrec¨ªan servicios profesionales. En total, a finales de septiembre hab¨ªa 10,4 millones de puestos de trabajo vacantes en el pa¨ªs, una cifra ligeramente inferior a la de agosto, pero a¨²n extraordinariamente alta para los registros hist¨®ricos. Es decir, aproximadamente 75 trabajadores desempleados por cada 100 vacantes, la proporci¨®n m¨¢s baja de las ¨²ltimas dos d¨¦cadas.
Expertos y medios de comunicaci¨®n hablan de una sacudida s¨ªsmica, de una reescritura del contrato social (ergo laboral) gracias a la cual el tradicional desequilibrio de fuerzas entre el empleador y el empleado se est¨¢ nivelando paulatinamente a favor del segundo. El creciente empoderamiento del trabajador explicar¨ªa la movilizaci¨®n sindical que recorre el pa¨ªs, otro fen¨®meno que eclosion¨® con la pandemia. El trabajador se ve en posici¨®n de exigir, a veces por encima de la media. ¡°Hemos rechazado a algunos que ped¨ªan 25 d¨®lares por hora. ¡®Por menos dinero me quedo en casa cobrando los cheques del Gobierno¡¯, nos dec¨ªan. No podemos pagar 25 d¨®lares porque a¨²n no hemos recuperado el volumen de negocio previo a la pandemia¡±, explicaba el jueves Davide, due?o de una trattoria en Manhattan.
La mayor¨ªa de los trabajadores que salen del mercado hab¨ªan alcanzado un punto de no retorno: sus ocupaciones les impon¨ªan un peaje psicol¨®gico, y a veces incluso f¨ªsico, que ya no parecen dispuestos a pagar. Peter Christophe Atwill, de 25 a?os, licenciado en Pol¨ªticas y Econ¨®micas, ha dejado un trabajo con el que a priori so?ar¨ªa cualquiera de sus coet¨¢neos porque ¡°no encajaba, no acababa de sentirme c¨®modo¡±. Hace dos semanas se fue de Bloomberg, donde fung¨ªa como gestor de una cuenta empresarial, ¡°trabajaba con asesores fiscales y contables, ayud¨¢ndoles en las declaraciones de impuestos a trav¨¦s de nuestras plataformas, para que puedan incrementar el valor de sus negocios gestionando mejor sus gastos¡±, explica por tel¨¦fono desde Washington. Pero no se encontraba a gusto y decidi¨® emprender un nuevo rumbo profesional, ¡°sabiendo que voy a ganar el 50% de lo que percib¨ªa en Bloomberg¡±.
Atwill quiere trabajar en servicios sociales, y en concreto en la acogida de inmigrantes, porque su familia lleg¨® a este pa¨ªs como inmigrante. ¡°Es algo que tengo muy presente, por eso creo que me llenar¨¢ mucho m¨¢s un trabajo al que le veo sentido, aunque cobre menos¡±, afirma. De momento va a tomarse un tiempo de respiro. ¡°Soy optimista. Mis padres eran los m¨¢s preocupados, mucho m¨¢s que yo, pero han aceptado el cambio porque me ven feliz, y eso es lo ¨²nico que les importa¡±, dice sobre su salto al vac¨ªo.
Seg¨²n un reciente estudio publicado en Harvard Business Review, Atwill no pertenece al grupo de edad m¨¢s representado en el fen¨®meno de la Gran Renuncia: los empleados entre 30 y 45 a?os, que han abandonado el mercado en m¨¢s de un 20% entre 2020 y 2021. La movilidad entre los j¨®venes, tradicionalmente alta, se ha reducido el ¨²ltimo a?o por la incertidumbre econ¨®mica, se?ala el informe. La suspensi¨®n a causa de la pandemia de cualquier expectativa de mejora o promoci¨®n en la franja de edad intermedia explicar¨ªa en parte esa mayor defecci¨®n. Los sectores m¨¢s afectados, seg¨²n el estudio, son los m¨¢s expuestos al burnout o agotamiento: el de la salud (3,6% de incremento) o el tecnol¨®gico (4,5%). Ambos experimentaron un alto nivel de demanda durante la pandemia.
Patricia Campos-Medina, directora del Instituto del Trabajador de la Universidad de Cornell, enumera algunos de los factores que explicar¨ªan el porqu¨¦ de la sangr¨ªa, entre ellos la insatisfacci¨®n. ¡°Hemos vivido momentos de angustia econ¨®mica y personal. Muchos eval¨²an los inconvenientes de regresar al trabajo sin garant¨ªas de protecci¨®n y sin flexibilidad para cuidar de sus familias. Muchas mujeres deben ocuparse de sus hijos o sus mayores porque lo que ganar¨ªan trabajando fuera no bastar¨ªa para pagar a una persona, eso explica su salida del mercado. La Gran Renuncia existe entre los profesionales liberales, pero a¨²n m¨¢s entre las categor¨ªas peor pagadas; y ocurre de manera parecida entre los trabajadores sindicados, el 10% del total, y los que no lo est¨¢n. Durante la pandemia hubo una reacci¨®n contra el abuso de las grandes corporaciones, que multiplicaron sus ingresos; muchos trabajadores vieron que estaban hipotecando sus vidas por salarios miserables. En parte ha sido una reacci¨®n a ese estado de cosas¡±.
El argumento de la pereza o la desincentivaci¨®n por la inyecci¨®n de est¨ªmulos del Gobierno ¨Dcheques de 1.400 d¨®lares, bonos extra por desempleo¨D no acaba de explicar, seg¨²n la experta, el fen¨®meno. ¡°Muchos dec¨ªan que los beneficios p¨²blicos manten¨ªan a la gente fuera del mercado laboral, pero los subsidios de desempleo por la pandemia expiraron en septiembre y la gente no est¨¢ volviendo. Y no regresa porque los salarios no suben y porque no hay garant¨ªas de flexibilidad¡±.
Las reglas del juego que exist¨ªan antes de la pandemia ya no valen. El s¨ª a todo, o a cualquier oferta, ha dado paso, cuando menos, a las dudas. ¡°Ha habido un cambio fundamental: existe una demanda de responsabilidad a las empresas (en protecci¨®n, higiene o beneficios sociales) y tambi¨¦n de pol¨ªticas p¨²blicas que protejan al trabajador, eso ya se vio durante la pandemia¡±, concluye Campos-Medina, para quien la actual crisis hunde tambi¨¦n sus ra¨ªces en la proliferaci¨®n de empleos basura en los ¨²ltimos veinte a?os, sobre todo ¡°un incremento notorio de los contratos a tiempo parcial: con ellos las empresas se ahorran el pago de beneficios sociales como el seguro m¨¦dico¡±.
La pandemia, pues, habr¨ªa sido el catalizador de un nuevo tipo de trabajador, que apuesta por un mayor equilibrio entre la vida y el empleo y para el que la flexibilidad ¨Dno solo la te¨®ricamente inherente al teletrabajo para quienes puedan acogerse a esta modalidad¨D es un factor clave. ¡°Aunque no utilizo el concepto Gran Agotamiento, refleja bien mi visi¨®n sobre lo que sucede. Creo que lo usar¨¦ en el futuro, o quiz¨¢s la Gran Reevaluaci¨®n¡±, explica por correo electr¨®nico el soci¨®logo Mishal Khan, de la Universidad de Chicago. ¡°Creo que el burnout [agotamiento] es una gran raz¨®n, pero hay otras. Veo este fen¨®meno como un refer¨¦ndum colectivo sobre la crisis y los problemas del trabajo. La gente se ha hartado y busca alternativas a ser explotada, degradada o hacer ganar dinero a empresas que no dan lo suficiente a cambio. El acceso a los cuidados es otro gran problema, tanto el cuidado infantil como las formas asequibles de cuidar a los ancianos. Otras personas optan por iniciar sus propios negocios, incorporarse a la econom¨ªa gig [trabajar por proyectos] o ven muy atractivo hacerse aut¨®nomos, ya que no tienen que trabajar para nadie. El hecho de que existan estas oportunidades puede haber dado a las personas la confianza para dejar sus trabajos¡±.
En la entrevista de salida de su ¨²ltimo trabajo, a Irene San Segundo, periodista de 36 a?os de Nueva York, le cost¨® encontrar motivos de queja que respaldaran su decisi¨®n. ¡°Era el trabajo mejor pagado que he tenido, me trataban estupendamente¡, no hab¨ªa una fuerza mayor, una enfermedad, nada. Pero el exceso de reuniones por Zoom durante la pandemia fue la raz¨®n que m¨¢s me empuj¨® a decidirme, porque llevaba una vida con el piloto autom¨¢tico: jornadas de 10 horas, siempre conectada¡, la vida de la marmota. La covid aceler¨® la sensaci¨®n del tiempo, es como si nos hubieran robado dos a?os. Ya me hab¨ªa planteado dejarlo antes de la pandemia, sin ahorros, pero la covid fue determinante para dar el paso¡±, explica, confiando en que el fen¨®meno de la Gran Renuncia ¡°implique un cambio de prioridades¡±. ¡°Por primera vez me he dado permiso para elegir, antes era solo tirar para adelante¡±. Como en otros muchos casos, las se?ales de alerta fueron evidentes: ¡°No dormir, o tener que hacerlo con pastillas, ansiedad¡ incapacidad para desconectar o cogerme d¨ªas libres porque sab¨ªa que el trabajo entonces no saldr¨ªa, o reservar el domingo para sacar trabajo adelante¡±.
Un mes y medio despu¨¦s de dar el paso, tras hacer cuentas y con un colch¨®n de ahorros, San Segundo se siente como si le hubiese ¡°tocado la loter¨ªa¡±. Est¨¢ mucho m¨¢s implicada en un voluntariado con la tercera edad que antes realizaba a salto de mata; tiene una lista de actividades ¡°de 9 a 5¡å (el horario tradicional de oficina en EE UU), y ganas de escribir por placer, no por obligaci¨®n. ¡°Si me dieran a elegir tres deseos, tengo claro cu¨¢l ser¨ªa el m¨¢s valioso: el tiempo¡±. Un factor que tal vez figure en breve, con letras de molde, en el baremo de razones esgrimidas en las entrevistas de salida de cualquier trabajo.
Monique Jackson, reinvenci¨®n profesional en Tulsa Remote
Monique Jackson, diseñadora gráfica de 38 años especializada en estrategia publicitaria en redes, decidió en 2020 dejar su trabajo (“la América corporativa”, como lo llama) tras sufrir el zarpazo de la pandemia: tres primos suyos y un amigo de la familia murieron a consecuencia de la covid. “Me di cuenta de que ellos ya no podían vivir sus vidas y yo ya no podía malgastar la mía. Entonces me prometí que acabaría 2020 mejor de como empecé”, explica por correo electrónico desde Tulsa (Oklahoma). “Me tomé un descanso sabático para recuperar la creatividad sin restricciones”. En ese lapso lanzó varios proyectos, incluidos un 'podcast' y su propia consultoría de diseño, “enfocada a potenciar negocios y congregaciones liderados por mujeres afroamericanas e hispanas”. “Soy hija de un pastor y siempre me ha movido la vocación de servicio”, dice. Fue en esa fase de transición cuando tuvo noticia de Tulsa Remote, un programa que ofrece una subvención anual de 10.000 dólares a los trabajadores en remoto que se trasladen a esa ciudad de Oklahoma. En 36º Degrees North, la incubadora de proyectos y empresas emergentes del programa, Jackson encontró “valiosos recursos”, explica: “Conexión con personas que pueden ayudarme a crecer. He conseguido clientes simplemente hablando con amigos y ni siquiera me he lanzado del todo todavía”. En Tulsa, Jackson se ha reinventado profesionalmente mientras aún se recupera del impacto emocional de la covid. “El año pasado aprendimos muchas lecciones, pero la más importante, para mí, fue que el mañana nunca está garantizado”.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.