La liberaci¨®n de reservas en EE UU y China, una gota en el turbulento oc¨¦ano petrolero: ¡°Solo la OPEP puede cambiar las cosas¡±
Los expertos creen que, si la nueva variante no cumple los peores pron¨®sticos, los precios no bajar¨¢n a largo plazo hasta que los exportadores eleven los bombeos
Todas las miradas vuelven estos d¨ªas a los a?os setenta. Tras d¨¦cadas de aton¨ªa en los niveles de precios de las econom¨ªas avanzadas, el revivir inflacionario ha llevado a muchos a retrotraerse a aquella d¨¦cada, no sin una dosis de exageraci¨®n: los precios suben este a?o en Occidente, s¨ª, pero a un ritmo infinitamente menor que entonces. El principal factor detr¨¢s de esta subida de precios es la subida del crudo, que tambi¨¦n ha llevado a no pocos analistas a sacar a la palestra la crisis del petr¨®leo de aquella d¨¦cada, que forz¨® a Estados Unidos a construir unas reservas estrat¨¦gicas para evitar futuras tensiones de suministro. Hace dos semanas, casi cinco d¨¦cadas despu¨¦s, las dos mayores potencias del mundo ¡ªEstados Unidos y China¡ª optaron por liberar parte de esa energ¨ªa almacenada para tratar de reducir los precios.
El movimiento, coordinado con otros grandes importadores de crudo (Jap¨®n, el Reino Unido, India y Corea del Sur) deja entrever una cierta desesperaci¨®n: es una de las ¨²ltimas cartas a jugar despu¨¦s de que la presi¨®n para que el cartel de la Organizaci¨®n de Pa¨ªses Exportadores de Petr¨®leo (OPEP), que aporta casi el 40% del crudo que se consume en el mundo, reabra el grifo petrolero haya dado t¨ªmidos resultados. El aumento en los bombeos refrendado por los pa¨ªses exportadores la semana pasada resulta a todas luces insuficiente para cerrar la brecha entre una demanda que ¡ªa la espera del efecto que pueda tener la nueva variante¡ª sigue picando al alza y una oferta que crece a un ritmo mucho menor de lo que desear¨ªan los grandes consumidores. La cepa ¨®micron, y no la liberaci¨®n de reservas, ha sido, de hecho, el ¨²nico factor que ha permitido relajar los precios en las ¨²ltimas jornadas.
La liberaci¨®n de reservas no tiene precedentes en tiempos de paz y en ausencia de fen¨®menos meteorol¨®gicos en pa¨ªses productores: hasta esta semana, solo se hab¨ªa tomado una decisi¨®n as¨ª en momentos en los que una guerra (la del Golfo en 1991, la de Libia en 2011) o un fen¨®meno meteorol¨®gico grave (como el hurac¨¢n Katrina, en 2005) hab¨ªa provocado un cortocircuito en el suministro. ¡°Est¨¢n ah¨ª para paliar problemas de suministro, si las usas para tratar de mover el mercado, te est¨¢s equivocando¡±, critica Mariano Marzo, profesor em¨¦rito de Ciencias de la Tierra de la Universitat de Barcelona.
Todos los Gobiernos son sensibles a los precios de los carburantes, pero el estadounidense lo es mucho m¨¢s: la dependencia del coche en amplias zonas del pa¨ªs es enorme, y sus usuarios han visto c¨®mo los precios de la gasolina casi se duplicaban en el ¨²ltimo a?o. De ah¨ª que el dem¨®crata Joe Biden se vea forzado a tomar medidas que no ten¨ªa en su agenda y tenga que surfear una ola ciertamente contradictoria: lleg¨® a la Casa Blanca con una agenda verde y de apuesta por las energ¨ªas renovables que sigue plenamente vigente, pero dos de sus primeras grandes medidas en el terreno energ¨¦tico han sido presionar a la OPEP para que aumente el crudo que pone en el mercado ¡ªpor ahora, pinchando en hueso¡ª y liberar parcialmente su colch¨®n estrat¨¦gico ¡ªcon resultados igualmente discretos¡ª.
El volumen de la liberaci¨®n de reservas pactada es min¨²sculo respecto al tama?o total del mercado del crudo, de largo la materia prima m¨¢s consumida del mundo. Los 50 millones de barriles liberados por EE UU ¡ªde los m¨¢s de 600 millones que tiene en cartera¡ª, por ejemplo, suponen poco m¨¢s de la mitad del crudo que se produce en el mundo en un solo d¨ªa. Ni siquiera sumando los 30 millones de barriles comprometidos por China, Jap¨®n, India, Corea del Sur y el Reino Unido cambia mucho la foto. Es, como escriben varios analistas, entre ellos los del banco de inversi¨®n Goldman Sachs, apenas ¡°una gota¡± en el oc¨¦ano petrolero.
¡°No es petr¨®leo nuevo¡±
¡°Su impacto ha sido leve, porque no es nuevo petr¨®leo, sino barriles ya existentes. No es suficiente para meter miedo a los exportadores: el quid de la cuesti¨®n sigue estando en lo que pueda hacer la OPEP. Es la ¨²nica que puede cambiar las cosas¡±, apunta Gonzalo Escribano, especialista en energ¨ªa del Real Instituto Elcano, que utiliza la misma expresi¨®n que Goldman Sachs: una gota en el oc¨¦ano. ¡°Lo ¨²nico que de verdad solucionar¨ªa el pico de precios es que los grandes productores se pusieran a bombear m¨¢s¡±, a?ade. Todo, claro, si el impacto de la variante ¨®micron sobre la demanda se queda en un susto y no en algo m¨¢s. El movimiento de EE UU y el resto de pa¨ªses involucrados ¡°deja claro a la OPEP el descontento de los consumidores, pero la cantidad liberada es muy peque?a en comparaci¨®n con la demanda¡±, apunta el economista jefe de UBS, Paul Donovan.
M¨¢s cr¨ªtico se muestra Marzo, de la Universitat de Barcelona. ¡°El volumen que se pone en el mercado es rid¨ªculo, y lo que pueden acabar propiciando es justo lo contrario: que la OPEP se lo tome como una afrenta y reaccione dando un pu?etazo encima de la mesa [dando marcha atr¨¢s a su plan de ir aumentando poco a poco la oferta]¡±, apunta por tel¨¦fono. El cartel no ha llegado a ese extremo en su primera reuni¨®n post-liberaci¨®n de reservas: la cumbre de diciembre se ha saldado sin cambios en el rumbo previamente acordado. Pero el mercado, dice, ¡°sigue temblando pensando en las pr¨®ximas reuniones [del cartel de exportadores], y solo se tranquilizar¨¢ cuando aumente de verdad la oferta; no porque se a?adan cuatro gotas: eso solo hace aumentar a¨²n m¨¢s la preocupaci¨®n¡±.
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