El choque entre Celsa y sus acreedores deja en el aire el rescate de la SEPI

La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), dependiente del Ministerio de Hacienda, est¨¢ dispuesta a dejar 550 millones de euros de deuda a Celsa Group, el mayor rescate de los que habr¨ªa aprobado por motivo de la crisis econ¨®mica vinculada al coronavirus. Pero para ejecutarlo pone unas condiciones que pasan por que antes la direcci¨®n de la compa?¨ªa y los fondos oportunistas que controlan el grueso de su deuda acuerden la reducci¨®n de esta en 1.200 millones de euros. Y esos t¨¦rminos, cuando faltan tres semanas para que se tenga que cerrar la ayuda p¨²blica, no se cumplen. Al contrario. Ambas partes mantienen posiciones contrapuestas, seg¨²n ha quedado de manifiesto tras la reuni¨®n celebrada este lunes.

Celsa ha rechazado la propuesta lanzada el domingo por los fondos, consistente en la conversi¨®n de 500 millones de euros en el 49% del capital y la transformaci¨®n de otros 700 millones en un instrumento subordinado a siete a?os. El paso de la compa?¨ªa es similar al que ya realizaron los acreedores, entre los que est¨¢n bancos como Deutsche Bank y Goldman Sachs y fondos como SVP y Cross Ocean, entre otros. En ese caso, se opusieron a la petici¨®n de Celsa de que renunciaran a casi la mitad del valor en libros de su deuda, un total de 1.100 millones de euros.

Tras la reuni¨®n de este lunes Celsa, que asegura que tiene a su favor a los bancos que mantienen una deuda de unos 500 millones que financia su circulante, se ha reunido con representantes de la SEPI para trasladarles el estado de la situaci¨®n. Esta semana deber¨ªa ser clave para cerrar un acuerdo (si lo hay) si se quieren respetar los plazos internos de la empresa p¨²blica y la aprobaci¨®n en el Consejo de Ministros. Los fondos lamentan que ellos no han tenido la posibilidad de reunirse con la SEPI en el a?o y medio que ha pasado desde que se demand¨® la ayuda.

Despu¨¦s de analizar la propuesta remitida ayer, Celsa llega a la conclusi¨®n de que es inasumible porque es ¡°incompatible¡± con el marco de la ayuda solicitada. Seg¨²n su versi¨®n, los fondos han solicitado que el grupo metal¨²rgico controlado por la familia Rubiralta traslade su sede fuera de Espa?a --cuesti¨®n que los acreedores niegan--, adem¨¢s de transformar 900 millones de euros de deuda en un instrumento subordinado que se pagar¨ªa a siete a?os y con un inter¨¦s del 10%, lo que para el grupo significa que al final del periodo su valor ser¨ªa de 1.700 millones de euros, lo que no supondr¨ªa una reducci¨®n de la deuda, tal y como demanda la SEPI.

Celsa sostiene que la rentabilidad que plantean los fondos para la deuda, que llegaron a comprar con descuentos de hasta el 80%, les permitir¨ªa lograr m¨²ltiplos de rentabilidad del cinco gracias a ayudas p¨²blicas. Los fondos plantean que la situaci¨®n puede llegar a ser la de tomar el 100% del capital a causa de los impagos de la deuda convertible en deuda, aunque ese proceso est¨¢ judicializado y es de dif¨ªcil resoluci¨®n en el corto plazo.

Uno de los interrogantes sobre el futuro de Celsa sin rescate p¨²blico es si el grupo podr¨ªa ser desmantelado con ventas parciales para ejecutar los cr¨¦ditos que tienen en sus manos los fondos. La compa?¨ªa mantiene que el grupo es viable siempre y cuando se mantenga como un todo. Es por ello que la SEPI, si presta los 550 millones de euros, se ha asegurado una posici¨®n de veto ante posibles movimientos de gesti¨®n del gigante espa?ol del acero.