El INE confirma el peor dato de inflaci¨®n en 37 a?os tras una subida de los carburantes del 40%
Los alimentos y la vivienda tambi¨¦n vieron crecer extraordinariamente su precio en junio, el primer mes con el IPC a dos d¨ªgitos desde 1985
Ya es definitivo. El ?ndice de Precios al Consumo acab¨® el pasado junio con un incremento del 10,2%, seg¨²n ha confirmado este mi¨¦rcoles el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE), que ofreci¨® el indicador adelantado hace dos semanas. La inflaci¨®n, por tanto, ha alcanzado en Espa?a los dos d¨ªgitos, lo que no suced¨ªa desde abril de 1985, m¨¢s de 37 a?os atr¨¢s. En el avance de datos, el instituto estad¨ªstico ya apunt¨® a los carburantes y los alimentos como los productos responsables de la carest¨ªa y el desglose por grupos, conocido ahora, lo confirma. Los carburantes subieron un 40,7%, dejando los transportes en general un 19,2% m¨¢s caros que un a?o atr¨¢s. Los alimentos y bebidas no alcoh¨®licas, por su parte, vieron aumentar sus precios un 12,9%.
A las puertas del verano, tambi¨¦n incrementaron significativamente su coste el mes pasado los hoteles, caf¨¦s y restaurantes. Estos vieron crecer los precios un 7,2%, pero el subgrupo de los hoteles, hostales, pensiones y servicios de alojamiento incrementaron su coste en un 45%. Y en el desglose tambi¨¦n destaca el extraordinario tir¨®n de la vivienda (que incluye los suministros de luz, agua, gas, etc.) con una subida del 19% en el sexto mes del a?o.
Yendo al detalle, en los grupos especiales destaca la subida de los productos energ¨¦ticos, con un 40,8%. Y en el desglose por productos destaca que los combustibles l¨ªquidos duplicaron su precio en un a?o, con un crecimiento del 104,1%. El gas¨®leo (42,7%) y la gasolina (34,4%) tambi¨¦n se encuentran entre los que m¨¢s suben. Lo mismo que el grupo de otros aceites (87,5%) ya que el aceite de oliva se encareci¨® un 27,2%. La carest¨ªa general no implica que no haya un peque?o grupo de bienes que se abaratasen, pero son una clara minor¨ªa y con porcentajes m¨¢s discretos. De hecho, solo los peajes y aparcamientos bajaron sus precios en un porcentaje de dos d¨ªgitos (-20,4%) pero tambi¨¦n fueron menos costosos que un a?o atr¨¢s algunos productos tecnol¨®gicos como tel¨¦fonos, ordenadores o equipos audiovisuales.
En cuanto a la inflaci¨®n subyacente (la que descuenta los alimentos no elaborados y productos energ¨¦ticos, por considerarse muy vol¨¢tiles), el organismo la sit¨²a definitivamente en el 5,5%. Este dato es importante porque es al que prestan atenci¨®n muchos analistas para anticipar la tendencia que seguir¨¢ el indicador general y c¨®mo de generalizada es la carest¨ªa de precios. El porcentaje confirmado ahora es el m¨¢s elevado en Espa?a desde agosto de 1993, cerca de tres d¨¦cadas atr¨¢s.
Entre los grupos de bienes que m¨¢s suben de precio destacan algunos especialmente vinculados con los gastos m¨¢s b¨¢sicos de las familias. Esta es una de las conclusiones claras que deja el detalle de los datos presentados este mi¨¦rcoles por el INE, que dejan adem¨¢s otras claves:
Ning¨²n alimento m¨¢s barato
Los alimentos son el tercer grupo que m¨¢s se encarece, con un aceler¨®n del 1,8% en un solo mes (y cercano al 13% con respecto a un a?o atr¨¢s). Al mirar ese grupo con detenimiento, todos los productos son m¨¢s caros que 12 meses antes, y solo unos pocos (arroz, aceite, algunos l¨¢cteos, pescado fresco o caf¨¦, entre otros) se abarataron en junio respecto a mayo. Adem¨¢s de los aceites, completamente disparados, destaca el encarecimiento de las pastas y las harinas, cerca de un 30% m¨¢s costosas que en junio del a?o pasado. Pero tambi¨¦n los productos de panader¨ªa, la leche, los huevos o la mantequilla han visto crecer sus importes m¨¢s de un 20% en los ¨²ltimos doce meses, y la fruta fresca se acerca a ese porcentaje.
Los suministros del hogar siguen apretando
M¨¢s todav¨ªa que los alimentos sube la vivienda. En este grupo el INE incluye todos los suministros, y destaca el aumento de costes vinculado a productos energ¨¦ticos. Adem¨¢s de los ya citados combustibles l¨ªquidos, destaca el aumento de los hidrocarburos licuados (como el butano) con un aumento anual del 33,4%. Es el mismo porcentaje que ha subido la electricidad, mientras que el gas natural o gas ciudad rozan un sobrecoste del 20% con respecto a 12 meses atr¨¢s. En el caso del transporte, el grupo que m¨¢s sube, es evidente el tir¨®n ya comentado de gasolina y gas¨®leo, pero el instituto estad¨ªstico detalla que los vuelos internacionales crecieron un 16%.
Vacaciones m¨¢s caras
Estos ¨²ltimos, aunque se incluyen como transporte, tambi¨¦n se relacionan con el turismo. Pero el INE lo separa y lo que contempla como un grupo es el coste de hoteles, caf¨¦s y restaurantes. El alojamiento es lo que m¨¢s ha subido, ya que adem¨¢s del 45% que se encarecieron los hoteles o similares, se suma una subida del 8% en otros establecimientos. Estos no incluyen c¨¢mpings, albergues y similares, que de momento son los que m¨¢s se contienen con una subida del 2,7%. Comer en un restaurante sale un 5,2% m¨¢s caro que un a?o atr¨¢s y pedir comida para llevar sube un 6,9% m¨¢s.
Subida en todas las comunidades
Por comunidades aut¨®nomas, todas aumentan su inflaci¨®n con respecto al mes de mayo. Aunque hay peque?as diferencias entre territorios. Donde m¨¢s subieron los precios el mes pasado fue en Castilla-La Mancha, con una progresi¨®n del 12,7%. Y donde menos fue en Canarias, que con una tasa del 8,5% muestra que ninguna comunidad se libra de la carest¨ªa. No obstante, s¨ª hubo seis donde el IPC todav¨ªa no ha alcanzado un crecimiento de dos d¨ªgitos.
?Por qu¨¦ Castilla-La Mancha?
Seg¨²n el desglose del INE por grupos, la vivienda y sus suministros es la que explica b¨¢sicamente la diferencia, ya que con un 30% de aumento se sit¨²a 11 puntos por encima de lo que se ha encarecido ese grupo en la media nacional. Pero tambi¨¦n los transportes (20,2%) o los alimentos (14,7%) se sit¨²an por encima de lo que han crecido esas categor¨ªas en el conjunto de Espa?a.
Una encrucijada global
El actual episodio inflacionista, una tendencia generalizada en todo el mundo occidental, está suponiendo un quebradero de cabeza para Gobiernos y organismos supervisores. Y una pesadilla para millones de ciudadanos que ven menguar su poder adquisitivo. Los salarios suben mucho menos que la inflación, algo que es necesario según muchos analistas porque evita los conocidos como efectos de segunda ronda. Estos, que se han convertido en un temor recurrente en esta crisis, consisten en que la carestía de precios y las subidas salariales se retroalimenten generando un círculo vicioso. De momento, el fenómeno parece más claro en EE UU (que con tasas de inflación inferiores a la de España ha mostrado tasas de inflación subyacente superiores) que en Europa.
En el origen de los extraordinarios incrementos del IPC, que arrancaron hace aproximadamente un año, se encuentran los desajustes en las cadenas globales de valor provocados por la pandemia y su recuperación. Pero el impulso definitivo en Europa ha llegado de la mano de la guerra de Ucrania. Con la ofensiva rusa en su país vecino, se inició una escalada de sanciones entre el régimen de Putin y las democracias occidentales. Pero entre estas últimas, las europeas son altamente dependientes de Rusia, primer exportador mundial de gas natural y segundo de petróleo, para el suministro de energía. Conforme el conflicto bélico se ha ido alargando, también se ha disipado la ilusión de una inflación transitoria, como se pensaba al principio.
La asunción de que el episodio de carestía durará más de lo que se preveía ha llevado en los últimos meses a mover ficha a Gobiernos e instituciones económicas. En España, el Gobierno aprobó en marzo un decreto para contener los efectos económicos de la guerra y ha seguido ampliando medidas hasta este mismo mes, con el presidente, Pedro Sánchez, anunciando más actuaciones durante el debate sobre el estado de la nación que se celebra esta semana. En Europa, el Banco Central Europeo ya anticipó que en su reunión de la próxima semana subirá por vez primera desde 2016 los tipos de interés oficiales.
El supervisor del euro, con la zona de la moneda única marcando también cotas de inflación desconocidas, pretende subir el precio del dinero precisamente para ralentizar la economía y reducir la inflación. El dilema al que se enfrenta es que la guerra de Ucrania también ha reducido el crecimiento económico. Así que busca la fórmula para, sin comprometer excesivamente ese crecimiento, cumplir con el que es su principal mandato: mantener la inflación a raya. Esto, sobre el papel, significa situarla a medio plazo en el 2%. Un objetivo que ahora mismo parece muy lejano.
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