Lagarde, ante su gran prueba de fuego: frenar la inflaci¨®n sin provocar una nueva crisis del euro
La soluci¨®n que se esboza, y que puede empezar a alumbrarse en la reuni¨®n de este jueves, pasa por subir los tipos de inter¨¦s y alumbrar un potente mecanismo que proteja a los pa¨ªses del sur


El Banco Central Europeo (BCE) afronta este jueves su gran prueba de fuego, un reto doble que pocos institutos emisores en el mundo, por no decir ninguno, afrontan. Primero, debe volver a sus esencias y desempolvar el manual de lucha contra una inflaci¨®n desbocada desde hace un a?o, o lo que es lo mismo, subir tipos de inter¨¦s. Y, al mismo tiempo, tiene que evitar a toda costa que el ¨¢rea monetaria que regula ¡ª19 pa¨ªses, cada uno con sus pol¨ªticas fiscales, sus mercados laborales, sus equilibrios presupuestarios, sus sistemas pol¨ªticos y sus gobiernos democr¨¢ticos¡ª se fragmente y la conduzca a otra crisis del euro.
La soluci¨®n que se esboza, y que puede empezar a alumbrarse esta misma semana, pasa por aumentar el precio del dinero (los tipos de inter¨¦s) y crear un mecanismo que intervenga en los mercados de capitales cuando concluya que hay una diferencia injustificada entre las rentabilidades que tienen que pagar los distintos pa¨ªses del ¨¢rea monetaria por endeudarse, las llamadas primas de riesgo.
Estos dos dilemas no los afrontan el Banco de Inglaterra, el Banco de Canad¨¢ o la Reserva Federal, instituciones que ya hace tiempo que est¨¢n encareciendo el precio oficial del dinero, apunta Paul de Grauwe, de la London School of Economics. Y sobre ellos se a?aden m¨¢s elementos de presi¨®n. Uno es la debilidad del euro frente al d¨®lar, tras las continuas subidas de las tasas de inter¨¦s en los ¨²ltimos tiempos: 75 puntos b¨¢sicos en su ¨²ltima reuni¨®n, el mayor incremento desde 1994. Y el otro, el nuevo drama de la pol¨ªtica italiana, que acerca al pa¨ªs a unas nuevas elecciones con el fantasma del populismo de ultraderecha de Fratelli d¡¯Italia liderando las encuestas y poniendo fin al Gobierno del mism¨ªsimo expresidente del BCE, Mario Draghi.
De ah¨ª que resumir en una sola frase esta alternativa ¡ªya se ver¨¢ si acertada¡ª sea reducir la complejidad del debate que ha habido en las ¨²ltimas semanas tanto en el BCE como fuera de ¨¦l. Cada nuevo dato de inflaci¨®n, el 8,6% en junio, ha reforzado los argumentos de quienes en el consejo de gobierno del banco defienden que hay que subir los tipos de inter¨¦s para contener los precios, aunque eso a?ada obst¨¢culos a la actividad econ¨®mica. Pero la tormenta que cay¨® sobre las primas de riesgo de los pa¨ªses en peor situaci¨®n fiscal (Grecia, Italia, Portugal, Espa?a, Francia, B¨¦lgica...) tras el ¨²ltimo encuentro ordinario en junio del consejo de gobierno del banco, cuando qued¨® claro que este mes pensaba subir los tipos por primera vez en 11 a?os, solo escamp¨® cuando hubo otra reuni¨®n, esta extraordinaria, en la que se anunci¨® que iba a acelerar para crear esta herramienta.
A partir de ah¨ª empez¨® la discusi¨®n. En un lado, los llamados halcones, los que defienden subir tipos de inter¨¦s con rapidez y dejar cuanto antes de comprar bonos soberanos, aunque eso conlleve el alto riesgo de acabar en recesi¨®n. Entre ellos suelen estar los gobernadores de los bancos centrales de Alemania, Holanda y Austria, tambi¨¦n esta vez con el respaldo de Finlandia, del excomisario europeo Olli Rehn y del vicepresidente del BCE, Luis de Guindos. Al otro, los conocidos como palomas, Espa?a, Italia, Francia, partidarios de un ritmo m¨¢s pausado en la subida de los tipos con el argumento cierto de que gran parte de la inflaci¨®n se debe a los altos niveles de cotizaci¨®n de la energ¨ªa, y defensores de un mecanismo de intervenci¨®n que no exija muchas condiciones a los pa¨ªses que pueden verse beneficiados por su actuaci¨®n. En el centro, la presidenta, Christine Lagarde, tratando de dar con la f¨®rmula que contente a todos.
En los ¨²ltimos d¨ªas se han acelerado mucho los trabajos para llegar a un punto compartido entre ambas partes. El lugar de encuentro podr¨ªa pasar por que unos aceptaran subidas de tipos m¨¢s agresivas y otros concedieran un mecanismo de intervenci¨®n m¨¢s flexible, sin grandes condicionalidades y con potencia. En las ¨²ltimas horas hab¨ªa optimismo, se?alan fuentes financieras. Esa flexibilidad en la herramienta antifragmentaci¨®n dar¨ªa m¨¢s libertad para actuar contra la inflaci¨®n con un riesgo menor de que la zona euro se cuarteara. Eso puede traducirse en que este jueves el aumento de tipos de inter¨¦s fuera de 50 puntos b¨¢sicos, m¨¢s que el 0,25% anunciado en junio. Y todo condicionado por ese gran fantasma que es la inestabilidad pol¨ªtica en Italia.
¡°El BCE llega tarde¡±, ataca el economista alem¨¢n Daniel Gros, del Centro de Estudios de Pol¨ªtica Social (CEPS), un think tank bruselense. Se refiere solo a la lucha contra la inflaci¨®n. ?l se alinea claramente con quienes defienden que ya hab¨ªa que haber subido el precio del dinero. En cambio, no ve que sea el momento de poner ya en marcha la herramienta antifragmentaci¨®n: ¡°Hay que separar las dos decisiones. El BCE no puede reaccionar a cada evento del mercado¡±.
Le pone voz a la postura contraria Maria Demertzis, de Bruegel, el otro gran laboratorio de ideas de la capital comunitaria: ¡°La decisi¨®n es absolutamente necesaria. Han sido cautos porque est¨¢n muy preocupados. La inflaci¨®n subyacente no es tan alta [4,6% en julio]. La ¨²nica soluci¨®n posible es el camino gradualista [para subir tipos]¡±, apunta.
En una posici¨®n intermedia se sit¨²a el economista espa?ol Jos¨¦ Carlos Diez. ¡°Claro que llega muy tarde¡±, se?ala, en consonancia con Gros o con los informes del banco holand¨¦s ING. En cambio, ¨¦l ve totalmente necesario ese mecanismo que evite la disparidad de las primas de riesgo, que ya se vio en la anterior crisis del euro. ¡°El BCE puede provocar una recesi¨®n si sube mucho los tipos¡±, subraya, de ah¨ª que se declare partidario de que la pelea contra la inflaci¨®n sea m¨¢s gradual. Diez tambi¨¦n destaca la debilidad del euro como un factor que a?ade presi¨®n y obliga al Eurobanco a actuar ya ¡°para no importar inflaci¨®n, porque las materias primas se pagan en d¨®lares¡±. Es decir, la moneda ¨²nica no puede seguir depreci¨¢ndose frente al billete verde porque el petr¨®leo y el gas (la energ¨ªa, en definitiva) salen m¨¢s caras.
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