La reducci¨®n del IVA del gas deja fr¨ªas a las comunidades de vecinos
Los administradores de fincas advierten que la medida es insuficiente para muchos vecindarios que no pueden afrontar los precios e insisten en extender la tarifa regulada a las calderas colectivas
En el complicado invierno que se cierne sobre Europa, muchas comunidades de propietarios temen quedarse heladas. Los desorbitados precios del gas suponen un gasto inasumible en muchos edificios que se calientan con calderas comunitarias. ¡°Vamos a retrasar la puesta en marcha lo que el tiempo permita y a reducir las horas de calefacci¨®n¡±, resume Luismi S¨¢nchez-Migall¨®n, de 63 a?os y vecino de un barrio del norte de Madrid. Su caso lo define como ¡°particular¡±: una mancomunidad de m¨¢s de medio siglo con cinco bloques independientes que se alimentan de dos grandes calderas de gas para dar servicio, mediante una instalaci¨®n que impide cualquier individualizaci¨®n del consumo, a m¨¢s de 350 viviendas. ?l, que fue presidente de la mancomunidad hasta hace poco, ya vio a finales del invierno pasado c¨®mo se disparaba el coste por el impacto de la guerra de Ucrania sobre los combustibles. ¡°Facturas mensuales de alrededor de 34.000 euros en los meses de m¨¢s gasto pasaron a suponer unos 68.000 euros¡±, relata.
Y este a?o puede ser todav¨ªa peor. Pablo Abascal, presidente del Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas, se?ala que la subida de tarifas en el mercado libre ¡°ha supuesto un 450%¡±. Su organizaci¨®n ha calculado que para un piso medio, de unos 100 metros cuadrados, que hasta ahora pagaba una cuota por toda la temporada de calefacci¨®n (normalmente seis meses, de noviembre a abril) entre 600 y 800 euros, ahora la factura podr¨ªa dispararse m¨¢s de 3.200 euros. Con la rebaja del IVA del 21% a 5%, que el Gobierno ha aprobado esta semana, el coste se rebajar¨ªa a unos 2.800 euros. Pero en cualquier caso es demasiado, y las cuotas comunes de la escalera no alcanzan para pagarlo, como suced¨ªa hasta ahora. ¡°Hay comunidades que ya se gastaron hasta abril todo el presupuesto y no tienen dinero del presupuesto anual para volver a encender en noviembre¡±, indica Abascal. La situaci¨®n, seg¨²n sus estimaciones, afecta potencialmente a unos 7,5 millones de viviendas en Espa?a con calderas colectivas de gas (las de otros combustibles, como gas¨®leo, no ver¨¢n subir tanto los costes).
Como soluci¨®n, los administradores llevan meses reclamando que las comunidades de propietarios puedan acogerse tambi¨¦n a la tarifa regulada (la TUR o tarifa de ¨²ltimo recurso). Actualmente resulta imposible porque las calderas colectivas superan los 50.000 kilovatios hora de consumo anual, el l¨ªmite que establece la normativa. Esto provoca una ¡°discriminaci¨®n¡± con respecto a los consumidores con caldera individual, se?ala el presidente del consejo general, quien pide al Gobierno ¡°m¨¢s comunicaci¨®n¡±. ¡°Nos tienen que tratar bien, representamos a muchos votantes¡±, a?ade. Aunque aclara que ha habido interlocuci¨®n continua.
En el Ministerio de Transici¨®n Ecol¨®gica, que tiene las competencias sobre la regulaci¨®n de las tarifas energ¨¦ticas, admiten que existe un ¡°agravio¡±. Un portavoz se?ala que ¡°la f¨®rmula no est¨¢ clara, pero se est¨¢n estudiando medidas¡±. La propia titular de ese departamento, la vicepresidenta Teresa Ribera, se?al¨® en una entrevista reciente en Radio Nacional que ¡°es necesario pensar en c¨®mo ofrecer una soluci¨®n a las comunidades de propietarios¡±. La ministra se?al¨® que faltaba ¡°acabar de definir [el mecanismo] y aprobarlo cuanto antes¡±, algo que le gustar¨ªa que sucediera ¡°antes de que los ciudadanos empiecen a recibir las facturas de calefacci¨®n¡±.
Cuenta atr¨¢s
Ese momento llega para muchas comunidades cada 1 de noviembre. Y no saber todav¨ªa qu¨¦ pasar¨¢ trae de cabeza a no pocos vecindarios. Pablo Ruiz, administrador colegiado de Madrid, describe un abanico de soluciones que se est¨¢n improvisando. ¡°Hay presidentes que nos llegan a pedir que propongamos en la junta cortar directamente el servicio y que cada uno se busque la vida¡±, relata. En otros casos se discute poner la calefacci¨®n solo cuatro meses o rebajar la temperatura a 18 grados, incluso por debajo de los 19 grados que el Ejecutivo ha estipulado para el comercio y otros servicios. Para las comunidades que tienen que renovar su contrato de suministro ¡°es dif¨ªcil contratar¡±, seg¨²n Ruiz. ¡°Casi ninguna comercializadora te ofrece un precio fijo y las que lo hacen est¨¢n muy por encima del precio de mercado¡±, explica el administrador, ¡°la ¨²ltima oferta que nos han pasado es de 340 euros por megavatio hora (MWh)¡±.
El mercado ib¨¦rico del gas (que fija los precios para Espa?a y Portugal) se encuentra actualmente en el entorno de los 100 euros por MWh y marca unos futuros de unos 140 MWh. Pero en un entorno de alta incertidumbre, con la guerra recrudeci¨¦ndose por momentos en Ucrania, las empresas energ¨¦ticas temen pillarse los dedos y ofertan muy por encima para asegurarse de que no perder¨¢n dinero si los importes suben. Es algo que no pasa con la tarifa regulada, ya que esta se revisa trimestralmente y el Gobierno estableci¨® que en esas actualizaciones no podr¨ªa incrementarse m¨¢s de un 5%. El d¨¦ficit que se genera como consecuencia de que el gas est¨¦ m¨¢s caro, lo pagar¨¢n poco a poco en el futuro los consumidores acogidos a esta tarifa.
Si comprender el funcionamiento de los mercados energ¨¦ticos no es sencillo, explicarlo en una junta de escalera se antoja misi¨®n imposible. ¡°En una reuni¨®n con 30 o 40 propietarios siempre surge quien no lo entiende y no deja que salgan medidas adelante¡±, sostiene Ruiz. En los casos m¨¢s complejos, algunas comunidades incluso est¨¢n plante¨¢ndose pedir pr¨¦stamos para hacer frente a las facturas. Pero en la mayor¨ªa casos, ejemplifica el administrador, la disyuntiva es muy sencilla: ¡°O reduces el tiempo de calefacci¨®n o la temperatura; y aun as¨ª tienes que considerar alguna derrama¡±.
Beatriz Mar¨ªn, de 46 a?os, ya sabe lo que es tener que hacer contribuciones extraordinarias al presupuesto del vecindario para pagar el gas. En su edificio de Madrid sucedi¨® el invierno pasado. La cuota mensual, de menos de 100 euros, no alcanzaba y la comunidad fue qued¨¢ndose sin remanente. El resultado fueron tres derramas en tres meses (febrero, marzo y abril) que sumaron casi 900 euros. El problema es que entonces hab¨ªa otros gastos extra aprobados en junta y se mezclaron. En adelante, han pedido al administrador que detalle la factura de calefacci¨®n. ¡°Estamos un poco expectantes a ver lo que va a pasar ahora¡±, se?ala. Ella, por si acaso y pese a que el consumo se paga colectivamente, ha tomado otra medida: ¡°Yo casi nunca estoy en casa y tengo los radiadores cerrados, salvo uno que est¨¢ roto¡±, cuenta, ¡°ya he llamado a un reparador para que me lo deje siempre cerrado¡±.
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