Banqueros con pasamonta?as
Al acusar al Deutsche Bank, la Comisi¨®n Europea solo confirma lo que ya sab¨ªamos: la moralina alemana tapaba un cenagal
Durante la Gran Recesi¨®n ¡°eran los banqueros quienes usaban pasamonta?as¡±, seg¨²n la feliz definici¨®n de George Soros, uno de los mayores delincuentes de aventuras financieras de los ¨²ltimos tiempos, seg¨²n la a¨²n m¨¢s feliz definici¨®n del nobel Paul Krugman. La crisis que explot¨® en Estados Unidos en septiembre de 2008 no fue un accidente: a?os de desregulaci¨®n y de instituciones que miraban siempre hacia otro lado terminaron en una o varias burbujas jupiterinas que dejaron el mundo al borde del abismo aquel fin de semana de Lehman Brothers. En Europa, los bancos m¨¢s salpicados fueron entonces los alemanes ¨Cespecialmente los landesbanken, los bancos p¨²blicos regionales¡ªy el Deutsche Bank, gran especialista europeo para meterse en todo tipo de l¨ªos, tanto legales como ilegales. La crisis del euro fue una especie de r¨¦plica de la crisis financiera de 2008: el problema no era de d¨¦ficits p¨²blicos (salvo en Grecia), sino de fragilidad de los sistemas financieros.
Dio igual. Berl¨ªn y la entonces todopoderosa Angela Merkel ¡ªcuyas hagiograf¨ªas pasaron por alto la dependencia alemana de la energ¨ªa barata rusa y los lazos comerciales con China¡ª transformaron aquello en una guerra cultural, tambi¨¦n conocida como crisis del euro. Alemania impuso sus reglas: ordoliberalismo para toda la eurozona, con una sobredosis de normas absurdas, austeridad supuestamente expansiva y reformas, en un remedo pol¨ªtico econ¨®mico del ¡°quien bien te quiere te har¨¢ llorar¡±. Aquello acab¨® con media docena de rescates asociados a dur¨ªsimas condiciones. Y en una doble recesi¨®n autoinfligida por los recortes, en lo que los historiadores consideran ya uno de los grandes errores de pol¨ªtica econ¨®mica de la historia: ¡°Fue el mayor gato por liebre de la historia¡±, resume uno de los mejores, Adam Tooze, en el insuperable Crash.
Todo lo que ocurri¨® en Europa fue extraordinario: una depresi¨®n in¨¦dita desde los a?os treinta en el sur, primeros ministros destituidos por Bruselas, Fr¨¢ncfort y Berl¨ªn, auge de los nacionalismos, destrucci¨®n de varios partidos, y la UE obligada a pedir ayuda al FMI ante la falta de una respuesta solidaria. Ser¨ªa injusto achacar todo eso a la Alemania de Merkel; pero no lo es atribuirle buena parte del da?o. ¡°Alemania foment¨® deliberadamente la incertidumbre en los mercados para someter al resto de la eurozona a sus doctrinas¡±: de nuevo Adam Tooze.
Todo eso se sab¨ªa. Lo que no se sab¨ªa es que aquel empacho de ideolog¨ªa (¡°austeridad expansiva¡±, tendr¨ªa uno que re¨ªrse si eso no hubiera condenado a millones de personas a sufrir sin motivo) iba acompa?ado con los tejemanejes del Deutsche Bank, el mayor banco alem¨¢n, que manipul¨® los mercados de deuda durante todos aquellos a?os en su propio beneficio. En abril de 2008, Merkel le organiz¨® al presidente del Deutsche Bank una sofisticada cena (pagada con dinero de los contribuyentes) en la canciller¨ªa como fiesta de cumplea?os. Por aquel entonces, el banco ya ¡°falseaba la competencia en la negociaci¨®n de valores denominados en euro¡±, seg¨²n desvel¨® este martes Bruselas.
Lo sigui¨® haciendo a?os despu¨¦s, cuando Merkel forz¨® a Rajoy a pedir el rescate y sus condiciones draconianas asociadas. Deutsche ha pagado en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas miles de millones de euros en multas por conductas ilegales (e inmorales) en EE UU, en Reino Unido, en Bruselas, hasta en Rusia. Trapiche¨® con las cuentas falsas de Enron y Worldcom. Maquill¨® sus cuentas con las subprime estadounidenses. Trampe¨® con los tipos de inter¨¦s en la City de Londres. Su copresidente Fitschen fue procesado por blanqueo y evasi¨®n fiscal al eludir el IVA en los certificados de emisiones de di¨®xido de carbono. Apost¨® a la baja y al descubierto (desafiando a su Gobierno) contra empresas espa?olas. Espi¨® a periodistas y directivos, seg¨²n las cr¨®nicas de por aquel entonces.
Y ahora, la guinda: ¡°Infringi¨® las normas¡±, seg¨²n el relato de la Comisi¨®n Europea, para especular con bonos mientras media docena de Estados soberanos se ve¨ªan abocados a duros rescates. Muchos de los pasamonta?as del arranque de esta columna, en fin, eran alemanes: habr¨ªa que rescatar las moralinas de Berl¨ªn de todos aquellos a?os. ¡°Riesgo moral¡±, clamaban Merkel y compa?¨ªa sin caer en la cuenta de la basura que ten¨ªan en su propio patio trasero.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.