El FMI, contra el apocalipsis
No se ve por ning¨²n lado la debacle que casi deseaban algunos en a?o electoral, pero convendr¨ªa tener las orejas tiesas por si empiezan a sonar las trompetas de Jeric¨®
¡°Nos dirigimos hacia una profund¨ªsima crisis econ¨®mica¡±. Hay en Espa?a una mir¨ªada de expertos, economistas, consultores y aficionados a la magia en forma de previsiones econ¨®micas que llevan meses, o a?os, con ese aire de plaga de ¨²lceras, con ese tonillo como de Antiguo Testamento que resume a la perfecci¨®n esta frase del presidente del PP, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, de hace apenas unos meses: ¡°Una profund¨ªsima crisis econ¨®mica¡±. El Gobierno espa?ol ha pecado justo de lo contrario: por cada dato bueno que muestra el Ejecutivo hay un dato malo que deber¨ªa, como m¨ªnimo, hacer dudar a La Moncloa a la hora de pintar un horizonte repleto de radiantes colores. Fuera de la arena pol¨ªtica y de los an¨¢lisis interesados de los chamarileros econ¨®micos de turno, el vaso luce medio lleno: si uno lee los informes de Bruselas o del Banco de Espa?a desaparece el empacho de catastrofismo de la mir¨ªada de comentaristas que han fallado estrepitosamente en los ¨²ltimos tiempos, pero tampoco hay forma humana de lanzar las campanas al vuelo sin que a uno se le caiga la cara de verg¨¹enza. El informe presentado ayer por el FMI va justo en esa l¨ªnea de lo medio lleno. Veamos.
La econom¨ªa resiste. El PIB espa?ol cerr¨® 2022 con un crecimiento por encima del 5% del PIB. Y seguir¨¢ en terreno positivo en 2023. La mala noticia es que el nivel de PIB precrisis sigue lejos: no se alcanzar¨¢ hasta 2024 (el de empleo ya se ha superado con creces, lo que hace dudar del dato de PIB, pero esa es otra historia). La buena noticia es que a pesar de la guerra, de la inflaci¨®n, del endurecimiento de las condiciones financieras y de toda la caterva de agoreros la econom¨ªa espa?ola es m¨¢s resiliente que hace 10 a?os. Durante la Gran Recesi¨®n Espa?a sufri¨® por su d¨¦ficit exterior: ahora tiene super¨¢vit. Pag¨® el empacho inmobiliario de la banca, que ahora est¨¢ razonablemente mejor. Y dobl¨® la rodilla por un rapid¨ªsimo deterioro de las finanzas p¨²blicas: ah¨ª Espa?a sigue sin hacer del todo los deberes. El FMI pide un ajuste moderado ya este 2023, a?o electoral: eso no va a ocurrir. Y un plan de ajuste plurianual para m¨¢s adelante: el Banco de Espa?a pide exactamente lo mismo desde hace varios trimestres, pero ese plan no termina de llegar. ?Lo echaremos de menos cuando baje la marea y se vea qui¨¦n estaba nadando en cueros? S¨ª. Pero Espa?a no est¨¢ en quiebra, a pesar de los comentaristas de la derecha: la prima de riesgo sigue bajo control.
¡°Riesgos a la baja¡±. Ese es el sintagma eufem¨ªstico preferido por las organizaciones internacionales para decir que vienen curvas. Y casi siempre vienen; m¨¢s a¨²n con una guerra en el vecindario. El FMI cita las subidas de tipos de inter¨¦s, el pinchazo de la demanda global, la guerra y el encarecimiento de los precios de la energ¨ªa y, en el sentido contrario, de las sorpresas positivas, la ¡°aceleraci¨®n¡± en los fondos europeos, de nuevo a pesar de los malos augurios interesados. De todos los diablos cojuelos de ese p¨¢rrafo, el que tiene los cuernos m¨¢s retorcidos es la inflaci¨®n, que est¨¢ provocando una p¨¦rdida de poder adquisitivo ¡°especialmente en los hogares m¨¢s pobres¡±, dice el Fondo. Los libros de historia econ¨®mica dicen que a los periodos de alta inflaci¨®n con p¨¦rdida de poder adquisitivo les siguen l¨ªos morrocotudos. Estados Unidos, Brasil, Italia: hay decenas de ejemplos en ese rizo de polarizaci¨®n nacionalpopulista que se deriva de la fatiga de las democracias occidentales y de las tres grandes crisis que se acumulan en apenas 15 a?os, lo nunca visto en los citados libros de historia econ¨®mica.
Mercado laboral y pensiones. Las fantasmagor¨ªas de la opini¨®n publicada entre la derecha econ¨®mica ven¨ªan a decir que la subida del salario m¨ªnimo iba a destruir miles de empleos. Ahora, seg¨²n esas mismas voces, las estad¨ªsticas de empleo son falsas. El an¨¢lisis del FMI destruye de plano esa narrativa: el mercado de trabajo espa?ol ha funcionado ¡°excepcionalmente bien¡± en 2022. Los primeros efectos de la reforma laboral son claramente ¡°positivos¡±, con la tasa de paro m¨¢s baja desde 2008, m¨¢s de 20 millones de empleados y una conversi¨®n de contratos temporales en fijos (el gran tal¨®n de Aquiles de Espa?a) que ha funcionado a toda velocidad a pesar de los pesares. Queda mucho camino por recorrer: aunque la tasa de desempleo haya bajado sigue siendo la m¨¢s elevada del Atl¨¢ntico Norte. Es dif¨ªcil salir a presumir por ah¨ª con esos n¨²meros. Pero la tendencia es positiva: eso es impepinable.
Coda final: por d¨®nde pueden venir los l¨ªos. Los cl¨¢sicos suelen llamar a la econom¨ªa ¡°la ciencia funesta¡±, en parte porque los economistas siempre est¨¢n pensando cu¨¢ndo se va a materializar la crisis. Casi nadie acierta, pero una cosa es segura: habr¨¢ una nueva crisis. Cuando llegue, Espa?a tiene media docena de fortalezas para encararla, y media docena de debilidades para sufrir. Entre todas las fortalezas destaca una: Europa. Los fondos Next Generation son el principal motor de crecimiento de los pr¨®ximos tiempos. La inflaci¨®n es ahora mismo la m¨¢s baja de Europa. Los salarios est¨¢n contenidos. Espa?a sigue teniendo super¨¢vit comercial, algo de lo que carec¨ªa cuando estall¨® Lehman Brothers. La econom¨ªa, en fin, se ha quitado grasa. Y ahora las malas noticias: la posici¨®n fiscal acabar¨¢ pasando factura, con un d¨¦ficit estructural (sin tener en cuenta el ciclo econ¨®mico) elevad¨ªsimo y una deuda en el entorno del 115% del PIB, y con los tipos de inter¨¦s subiendo. Tal vez lo m¨¢s preocupante del informe del FMI es el cambio de narrativa en materia fiscal: vuelven a pedir ajustes, por ahora con la boca peque?a, porque el nerviosismo va volviendo gradualmente al mercado (algo que por el momento solo ha notado Italia). Junto con el empacho de deuda, el otro flanco vulnerable es el sector financiero. La banca ha hecho un esfuerzo por poner sus cuentas en orden, pero persisten lo que el FMI llama en tono guas¨®n ¡°bolsillos de vulnerabilidad¡±: esos bolsillos nos obligaron a pedir un rescate hace 10 a?os. La capitalizaci¨®n de los bancos espa?oles est¨¢ por debajo que la de sus pares; los ratios de endeudamiento est¨¢n por encima. Con un porcentaje de hipotecas variables que sigue siendo muy superior a la media occidental, y con los tipos de inter¨¦s claramente al alza, vienen curvas por ah¨ª. Y la econom¨ªa espa?ola suele derrapar por ese lado. No se ve por ning¨²n lado, en fin, el apocalipsis que casi deseaban algunos en a?o electoral. Pero convendr¨ªa tener las orejas tiesas por si empiezan a sonar las trompetas de Jeric¨®.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.