La financiaci¨®n auton¨®mica, una reforma endiablada
El sistema lleva nueve a?os pendiente de un cambio que no llega por la falta de consenso pol¨ªtico
De gran olvidada, la financiaci¨®n auton¨®mica vuelve a estar bajo los focos. En los ¨²ltimos d¨ªas ha ganado peso la posibilidad de que el bloque de la izquierda la emplee como baza para lograr el apoyo de los partidos independentistas catalanes para la investidura de Pedro S¨¢nchez como presidente del Gobierno. Al margen de los actuales juegos pol¨ªticos, el sistema de financiaci¨®n lleva nueve a?os pendiente de una reforma. La ministra de Hacienda en funciones, Mar¨ªa Jes¨²s Montero, afirm¨® el martes en una entrevista en TVE que se trata de una ¡°urgencia¡±, que ¡°se abordar¨¢¡± si el PSOE repite al frente del Ejecutivo y que tendr¨¢ en cuenta tambi¨¦n el endeudamiento. Los barones regionales, por su parte, llevan tiempo presionando para que el modelo se renueve, aunque sin ponerse de acuerdo entre ellos.
M¨¢s all¨¢ de las modificaciones t¨¦cnicas, sobre las cuales hay un cierto consenso entre los acad¨¦micos ¡ªy una propuesta de un comit¨¦ de expertos que lleva desde 2017 en un caj¨®n¡ª, los escollos m¨¢s grandes son pol¨ªticos. El actual sistema entr¨® en vigor en 2009 con el compromiso de que se reformar¨ªa pasados cinco a?os. La renovaci¨®n no lleg¨® en 2014, pero tampoco en 2015, 2016 ni en 2017. La crisis econ¨®mica y la inestabilidad pol¨ªtica, con las fuertes tensiones ligadas al proc¨¦s, la imposibilitaron. Y tampoco en los ¨²ltimos a?os se han logrado avances.
El Gobierno de coalici¨®n entre PSOE y Unidas Podemos contemplaba una renovaci¨®n de la financiaci¨®n auton¨®mica, pero decidi¨® aparcarla al estallar la pandemia. Solo se lleg¨® a presentar una propuesta para modificar el criterio de poblaci¨®n ajustada, una variable que refleja las necesidades de gasto de cada comunidad en funci¨®n de su poblaci¨®n, ponderada seg¨²n el n¨²mero de residentes mayores y en edad escolar, la dispersi¨®n geogr¨¢fica o la despoblaci¨®n. Esa variable enfrenta a las comunidades, aunque tambi¨¦n aflojaron en esa batalla por la recepci¨®n de recursos extraordinarios durante la crisis.
Tener el mismo color pol¨ªtico no implica tener la misma postura de cara a la financiaci¨®n auton¨®mica. Andaluc¨ªa, gobernada por el PP, siempre se mostr¨® m¨¢s en sinton¨ªa con la Comunidad Valenciana del socialista Ximo Puig ¡ªgobernada ahora por PP y Vox¡ª que con la Comunidad de Madrid de Isabel D¨ªaz Ayuso, porque ambos territorios est¨¢n infrafinanciados. Castilla-La Mancha (en manos del PSOE) est¨¢ en sinton¨ªa con Castilla y Le¨®n (PP-Vox), por sufrir problemas vinculados a la dispersi¨®n territorial.
Otro elemento que se comporta de forma transversal y que ha saltado a la palestra en los ¨²ltimos d¨ªas es la deuda que las comunidades han acumulado con el Estado a trav¨¦s de los mecanismos extraordinarios de financiaci¨®n. Estos instrumentos se pusieron en marcha en 2012 para apoyar aquellas autonom¨ªas que no pod¨ªan financiarse en el mercado por los intereses desproporcionados que se les exig¨ªan. A cambio, Hacienda tendr¨ªa un mayor control sobre sus cuentas.
Estas herramientas ten¨ªan que ser temporales, pero en la actualidad siguen funcionando. El instrumento m¨¢s usado es el Fondo de Liquidez Auton¨®mica (FLA), destinado a los territorios que no cumplen con las reglas fiscales y no quieren acudir al mercado. Catalu?a, Comunidad Valenciana y Andaluc¨ªa son las comunidades que m¨¢s han recurrido al FLA.
Seg¨²n los ¨²ltimos datos del Banco de Espa?a, de marzo, Catalu?a ten¨ªa una deuda con el Estado de 71.852 millones, la m¨¢s elevada de todas; 46.274 millones en el caso de la Comunidad Valenciana, hist¨®ricamente la m¨¢s aguerrida en pedir una soluci¨®n a la ingente deuda acumulada.
¡°En ese margen del modelo de financiaci¨®n auton¨®mica no solo se habla de los recursos, que entran en el sistema; tambi¨¦n se habla de la situaci¨®n de endeudamiento de las comunidades aut¨®nomas¡±, a?adi¨® este martes Montero, que abri¨® as¨ª la puerta a negociar qu¨¦ hacer con los pasivos regionales. Un asunto que, una vez m¨¢s, tiene m¨¢s obst¨¢culos pol¨ªticos que t¨¦cnicos.
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