El fondo de rescate se ofrece para financiar inversiones de defensa y transici¨®n verde de los pa¨ªses de la UE
Los economistas del Mede hablan de diversos mecanismos disponibles, desde el BEI a los fondos de Next Generation, y se?alan que pueden prestar hasta 422.000 millones de euros a los socios para afrontar las nuevas prioridades aunque no hablan de reformar sus condiciones

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En pleno debate sobre c¨®mo abordar econ¨®micamente el rearme europeo, la industria de defensa y el reto de la transici¨®n verde, el fondo de rescate europeo, el llamado mecanismo europeo de estabilidad (Mede), se ofrece para financiar a los Estados miembros para garantizar su estabilidad y teniendo en cuenta esos elementos clave. Todo en un contexto de ajustes y convulsi¨®n geopol¨ªtica. El organismo, que jug¨® un papel destacado durante los a?os m¨¢s turbulentos de la crisis financiera, asegura que puede prestar a los pa¨ªses hasta 422.000 millones de euros ¡ªsu capacidad crediticia actual¡ª para esos nuevos desaf¨ªos, como apunta en un art¨ªculo publicado este jueves. La propuesta del fondo de recuperaci¨®n, que tiene un gran estigma desde esos a?os de crisis que atenaz¨® a pa¨ªses como Espa?a, Irlanda, Portugal o Grecia, agita el debate sobre qu¨¦ papel jugar¨¢ como instrumento en el futuro, sobre si se necesita reformarlo y tambi¨¦n, de forma muy viva, sobre c¨®mo financiar el impulso de la producci¨®n militar, para el que la UE analiza ya varias opciones.
¡°Los desaf¨ªos comunes de la Uni¨®n Europea (UE), como la transici¨®n hacia una econom¨ªa verde, sostenible y digitalizada, los eventos clim¨¢ticos disruptivos y las mayores necesidades de gasto en defensa, han motivado crecientes pedidos de emisiones europeas conjuntas adicionales para abordarlos¡±, dice el documento. ¡°La historia reciente muestra que la financiaci¨®n a trav¨¦s de instituciones europeas tiene resultados positivos¡±, a?ade el fondo de recuperaci¨®n que se postula para que los Estados miembros pidan l¨ªneas de cr¨¦dito. ¡°El Mede cuenta adem¨¢s con instrumentos de precauci¨®n a los que pueden recurrir los pa¨ªses antes de que ocurra una crisis¡±, dice el documento esbozado por dos de sus expertos, que plantea el instrumento como una ¡°red de seguridad adicional para los pa¨ªses que enfrentan desaf¨ªos como los riesgos geopol¨ªticos y clim¨¢ticos, que podr¨ªan poner en riesgo la estabilidad financiera¡±.
No es la primera vez que el mecanismo, que busca su hueco en una UE en la que no se le hacen peticiones, se ofrece para jugar otro papel para los Estados. En los primeros compases de la pandemia de coronavirus, en 2020, el fondo se lleg¨® a plantear como instrumento de liquidez para los socios con menos margen fiscal para afrontar los costes de la emergencia sanitaria. Y para ello, lleg¨® a rebajar las condiciones crediticias de sus pr¨¦stamos. Pero finalmente se crearon herramientas extraordinarias, como un fondo de recuperaci¨®n espec¨ªfico y un programa (el SURE) para financiar los seguros nacionales de desempleo y las medidas de protecci¨®n del empleo (ERTE).
El escenario actual facilita el debate, con la guerra de Rusia contra Ucrania que ha cumplido dos a?os enquistada y con Europa analizando c¨®mo puede mantener el apoyo econ¨®mico y militar a Kiev, adem¨¢s su propia seguridad y a qu¨¦ coste. El comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, que se ocupa de la industria de defensa, ha asegurado que para garantizar el impulso a las empresas europeas se necesitar¨ªa un ¡°enorme¡± fondo de defensa que ha cifrado en unos 100.000 millones de euros.
El Mede, dirigido por Pierre Gramegna, puede tener un problema de supervivencia, es una herramienta que tiene en la caja fondos disponibles que han puesto los Estados miembros pero que solo se utiliza en caso de incendio, de crisis. Se basa en programas de ajuste, lo que implica que su solicitud puede verse como una petici¨®n de rescate e ir¨ªa sucedido de un plan (ajustes fiscales) que el socio que lo pide deber¨¢ cumplir. Estas condiciones han lastrado estos a?os que se vuelva a abrir la caja del Mede. Pedir sus fondos ha asustado en otras ocasiones cuando se ha puesto sobre la mesa: algunos gobiernos que lo han solicitado han terminado cayendo. El Mede asegura que su ¡°fortaleza financiera¡± deriva de su capital suscrito de 708.460 millones de euros, de los que 80.970 fueron pagados por los Estados miembros de la UE y el resto comprometido como capital exigible.
La propuesta del Mede demuestra que hace falta dinero para financiar la transici¨®n verde, uno de los mayores desaf¨ªos de la Uni¨®n Europea. De hecho, Estonia y Francia est¨¢n tratando de impulsar la idea ¡ªpor ahora sin que cuaje¡ª de emitir eurobonos para financiar ese rearme, que constata la reformulaci¨®n de la conciencia europea sobre su industria de defensa, en un momento en el que el continente se pone en pie de guerra. En su articulo, el fondo de rescate recuerda que hay otros mecanismos para financiar las nuevas prioridades europeas, como la respuesta a la crisis clim¨¢tica o la digitalizaci¨®n. Herramientas como el fondo de recuperaci¨®n creado para mitigar el impacto de la pandemia o el fondo de desarrollo sostenible. Desde 2012 las capacidades autorizadas y consumidas de los sistemas de pr¨¦stamos comunes han aumentado considerablemente, aunque una gran parte sigue sin explotar. ¡°En 2022 solo se hab¨ªan utilizado el 36% de las capacidades de pr¨¦stamo fijas autorizadas disponibles para los miembros de la UE y la zona euro¡±, dice el Mede.
Tambi¨¦n est¨¢ el Banco Europeo de Inversiones (BEI), presidido desde enero por la ex vicepresidenta primera espa?ola Nadia Calvi?o, una instituci¨®n que proporciona financiaci¨®n a proyectos bajo su propio marco fuera de esquemas conjuntos para pr¨¦stamos soberanos. El BEI, conocido tambi¨¦n como el banco verde por la financiaci¨®n de elementos verde, tiene unas reglas crediticias que impiden financiar material letal, un elemento que algunos Estados miembros quieren repensar ¡ªas¨ª lo propone, de hecho, la nueva estrategia de defensa propuesta en marzo¡ª . Mientras, analiza la ampliaci¨®n de su definici¨®n de bienes de doble uso, civil y militar (desde drones y radares a componentes de fabricaci¨®n) que s¨ª puede financiar para ampliar el espectro de su apoyo a la industria de defensa europea.
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