El impuesto sobre el patrimonio castiga m¨¢s a los directivos que a las grandes fortunas
Un estudio acad¨¦mico muestra c¨®mo el gravamen real del tributo desciende una vez se superan los cinco millones de euros de base imponible
El impuesto sobre el Patrimonio no es ni equitativo ni progresivo: hay diferencias abismales entre lo que pagan contribuyentes que se sit¨²an en el mismo tramo de riqueza declarada y, adem¨¢s, se produce la paradoja de que quienes tienen m¨¢s de cinco millones de euros de patrimonio acostumbran a pagar un tipo real inferior que los que est¨¢n por debajo de esa cifra. Ese sesgo se produce b¨¢sicamente por la configuraci¨®n del tributo, que acaba gravando m¨¢s a directivos que han forjado su fortuna sobre la base del ahorro que a propietarios, sobre todo de grandes empresas, con diferencias que pueden alcanzar los 100.000 euros cada a?o.
Esas son las principales conclusiones del estudio ?Qui¨¦n (no) paga el impuesto sobre el Patrimonio en Catalu?a? A uno de sus autores, el investigador del Centro de Investigaci¨®n de Econom¨ªa Internacional Jordi Gal¨ª (lo ha elaborado con ?lia Capella, una estudiante de la Universitat Pompeu Fabra de la que es profesor), se le ocurri¨® prepararlo tras hablar con amigos sobre lo dif¨ªcil que era en Catalu?a atraer a investigadores y altos directivos por el gravamen a causa de esa presi¨®n fiscal a?adida, que no existe en otras comunidades aut¨®nomas.
Madrid, Andaluc¨ªa, Cantabria y Extremadura tienen bonificada la totalidad de la cuota, mientras que en Galicia la exenci¨®n es del 50%, si bien el Gobierno de Pedro S¨¢nchez cre¨® para esos casos el impuesto sobre grandes fortunas para homogeneizar la presi¨®n tributaria sobre los ricos y evitar la competencia fiscal entre autonom¨ªas. Casi 88.000 contribuyentes catalanes lo pagan cada a?o sin descuento cuando reconocen m¨¢s de 500.000 euros de patrimonio, lo que permite a la Generalitat ingresar 610 millones de euros (seg¨²n los datos de 2022 utilizados por el estudio). ¡°No estoy a favor de este impuesto, que obliga a pagar dos veces por el ahorro, pero si se quiere mantener se tendr¨ªan que hacer cambios¡±, se?ala Gal¨ª, que ha hecho un ejercicio para modificar el tributo con la base del economista franc¨¦s Gabriel Zucman, que en una cena con distintos profesores de la UPF tild¨® el impuesto existente en Espa?a como ¡°anticuado¡± y ¡°absurdo¡±.
Los c¨¢lculos del estudio establecen que un contribuyente con menos de un mill¨®n paga una cuota del 0,06%, que sube hasta el 0,21% en la horquilla de entre uno y dos millones de euros y que sigue subiendo entre los que tienen entre dos y cinco millones, con una tasa efectiva media del 0,37%. A partir de ah¨ª el tipo se reduce de forma paulatina: entre cinco y diez millones se sit¨²a en el 0,31%; entre 10 y 25 millones, en el 0,28%; y los grandes patrimonios a partir del los 25 millones consiguen reducir ese porcentaje hasta el 0,26%. Las conclusiones del informe ser¨ªan aplicables al resto de autonom¨ªas donde el impuesto no est¨¢ bonificado.
Esa regresividad, explica el estudio, se debe b¨¢sicamente a que ¡°el legislador ofrece un mecanismo a trav¨¦s del cual muchas grandes fortunas pueden eludir el impuesto¡±. De hecho, son dos. El primero es el sistema de exenciones, que permite b¨¢sicamente quitar de la declaraci¨®n los activos empresariales si el contribuyente tiene m¨¢s del 5% o su familia re¨²ne m¨¢s del 20% y ejercen funciones de direcci¨®n. De esa forma, se beneficia sobre todo a las familias propietarias de grandes empresas, ya que las exenciones no tienen en cuenta otros activos, como la vivienda habitual, las segundas residencias o participaciones en fondos de inversi¨®n o dep¨®sitos bancarios, principal hucha de los directivos. El patrimonio neto agregado de los contribuyentes, seg¨²n datos de la Agencia Tributaria Catalana, ascend¨ªa a 231.233 millones de euros, si bien esa cifra a efectos reales quedaba muy reducida, ya que en los tramos altos las deducciones alcanzaban dos tercios del total.
El trabajo muestra c¨®mo a mayor patrimonio declarado, mayor proporci¨®n de patrimonio exento, que en el caso de los superricos (m¨¢s de 25 millones) y megarricos (m¨¢s de 100 millones) puede aproximarse al 65%, mientras que en el tramo inferior es de solo un 10%. ¡°La posibilidad de excluir de la base imponible del impuesto sobre el Patrimonio los activos empresariales, que son precisamente los activos donde los individuos m¨¢s ricos concentran sus patrimonios¡±, se?ala el estudio, ¡°es un factor clave tras la regresividad del impuesto¡±. En la mayor parte de los tramos altos hay contribuyentes que no llegan a pagar nada por el impuesto.
El segundo elemento que beneficia a los patrimonialistas es el l¨ªmite que tiene en cuenta el impuesto: la suma de la cuota del impuesto sobre la renta y la del impuesto del patrimonio que se declaran en el IRPF no pueden superar el 60% de las bases imponibles. Si se produce, se tiene que aplicar un descuento que puede llegar al 80%, pero es una medida que acaba beneficiando a los m¨¢s ricos, especialmente si no trabajan y tienen empresas que no pagan muchos dividendos, pero que pueden utilizar en muchos casos como mecanismos de consumo: esas sociedades pagan sus casas, sus coches e incluso les ofrecen cr¨¦ditos, que suponen reducir su patrimonio neto.
Los autores del informe han hecho una estimaci¨®n, bas¨¢ndose en la propuesta de Zucman, sobre qu¨¦ suceder¨ªa si se eliminaran los factores de regresividad y solo pagaran el impuesto aquellos que poseen m¨¢s de 10 millones de euros de patrimonio. La recaudaci¨®n se situar¨ªa en torno a los 627 millones, por encima de la actual. ¡°Pero es imposible, porque las grandes fortunas lo impedir¨ªan¡±, afirma un pragm¨¢tico Gal¨ª, que tilda de ¡°desastroso e injusta¡± la configuraci¨®n actual.
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