El FMI advierte de que los salarios acabar¨¢n soportando parte del coste de la reducci¨®n de jornada a 37,5 horas
La rebaja de las horas de trabajo legales puede conllevar a?os de moderaci¨®n salarial, dice el Fondo bas¨¢ndose en la experiencia francesa
El Fondo Monetario Internacional (FMI) advierte de los riesgos que puede entra?ar la reducci¨®n de la jornada laboral que ha prometido el Gobierno y que en estos momentos negocian patronal y sindicatos. Esta se quiere rebajar desde las 40 horas semanales legales hasta las 37,5 horas sin bajar el salario percibido. El FMI pide que este recorte del tiempo de trabajo se dise?e con mucho cuidado para mitigar su impacto en la producci¨®n y en los ingresos de los trabajadores a largo plazo. Y pone como ejemplo el caso franc¨¦s, del que extrae lecciones para Espa?a. Las 35 horas semanales de Francia se pusieron en pr¨¢ctica hace dos d¨¦cadas, cuando hab¨ªa menos tecnolog¨ªa, menos terciarizaci¨®n y, por tanto, una menor flexibilidad en la econom¨ªa. Se hizo recortando en proporci¨®n el sueldo recibido salvo para los que ganaban el salario m¨ªnimo. Y adem¨¢s se fue deshaciendo al poco tiempo, lo que impidi¨® llegar a conclusiones definitivas. Sin embargo, a juicio del organismo con sede en Washington, las lecciones para Espa?a son evidentes: la m¨¢s importante es que los trabajadores al final acaban soportando al menos parte de los costes de la reducci¨®n de jornada. Nada es gratis: ¡°Incluso si los salarios no se reducen inicialmente, puede provocar a?os de moderaci¨®n salarial¡±, dice el informe elaborado por la plantilla de la instituci¨®n dentro del llamado cap¨ªtulo IV.
En Francia, despu¨¦s de reducir la jornada, la participaci¨®n de los salarios en el tama?o de la econom¨ªa permaneci¨® sin cambios, a pesar de la subida que se registr¨® en el salario por hora al aumentar las extra encarecidas con un 25% de recargo. La moderaci¨®n salarial, las bajadas de cotizaciones que aprob¨® el Gobierno franc¨¦s para compensar a las empresas y las ganancias de productividad neutralizaron el impacto de los mayores costes por la reducci¨®n de jornada y el uso de m¨¢s horas extra. Aunque se preve¨ªa una reducci¨®n del 10% del tiempo trabajado, el tiempo trabajado efectivo baj¨® entre un 4% y un 6% debido a las excepciones y la flexibilidad que se introdujo. Y se liberalizaron los horarios de trabajo para ganar en productividad. Esas fueron las v¨¢lvulas de escape que hicieron que en el neto los costes laborales no subieran mucho.
Los salarios se congelaron en Francia simplemente por el sobrecoste que ocasionaba esas horas extra. Seg¨²n describe el Fondo, hubo de uno a tres a?os sin incrementos salariales. En el caso espa?ol se pretenden dos hitos: una bajada de la jornada que, aunque menor, en principio podr¨ªa provocar parte de ese aumento de las horas extra que se dio en Francia. Y adem¨¢s, a diferencia del caso franc¨¦s, en Espa?a se busca tambi¨¦n una subida del sueldo por hora porque se mantiene intacto el salario percibido pese al recorte del horario. Por ahora, no hay anunciadas bajadas de cotizaciones que amortig¨¹en el impacto.
Como resultado, el FMI ve posible que haya una moderaci¨®n salarial durante tiempo. ¡°Es probable que los ingresos per c¨¢pita desciendan a medio plazo, ya que las ganancias en productividad solo pueden compensar como mucho una peque?a fracci¨®n de la reducci¨®n del trabajo¡±, se?ala el documento. La idea es que una parte de las empresas pueda absorber esta reducci¨®n de la jornada organiz¨¢ndose mejor y aprovechando las consiguientes ganancias en productividad. Pero no todas pueden hacerlo porque hay puestos en los que la producci¨®n est¨¢ ligada o es equivalente al tiempo que se est¨¢ trabajando. As¨ª que el FMI calcula que, suponiendo que la mitad de la brecha en horas se compensara, las horas efectivas caer¨ªan un 3%, lo que se podr¨ªa traducir en un declive de los ingresos per c¨¢pita del 2% al 3% si no se cambia nada m¨¢s.
Para minimizar estos problemas y mejorar la posibilidad de que haya ganancias en productividad que aten¨²en estos cambios, el FMI recomienda que la patronal y los sindicatos negocien c¨®mo se desarrolla la reducci¨®n de jornada, de forma que la implementaci¨®n de esta se acomode a la diversidad de sectores y su variada casu¨ªstica. Precisamente esto es lo que est¨¢ sobre la mesa y el Gobierno espera que esa negociaci¨®n pueda garantizar una reducci¨®n flexible y gradual que ayudar¨ªa a lograr algunas ganancias en productividad. As¨ª se lo ha comunicado al FMI, como consta en el informe.
El FMI insiste en que esta iniciativa deber¨ªa acompa?arse de moderaci¨®n salarial y deber¨ªa permitirse la flexibilidad para maximizar las ganancias en productividad. En este sentido, pone mucho ¨¦nfasis en que la reducci¨®n se aborde de forma anual para asegurar esa flexibilidad, algo que ya est¨¢ recogido en la legislaci¨®n espa?ola, en la que el horario se establece anualmente.
Otra pata del debate es el efecto en la ocupaci¨®n. La creaci¨®n de empleo que podr¨ªa generarse por la reducci¨®n de jornada ¡°no est¨¢ clara y es probablemente peque?a, en especial si la semana de trabajo se reduce sin rebajar el salario¡±, apunta el Fondo. Es decir, no se produce un reparto del trabajo como podr¨ªa sugerirse al trabajar menos horas. Casi nueve millones de personas en Espa?a tienen jornadas efectivas superiores a las 37,5 horas, recuerda.
Los distintos estudios de la OCDE y del FMI sobre la reducci¨®n de jornada que se abord¨® en Francia han concluido que en general no se cre¨® empleo. Tampoco se destruy¨® gracias a todos los cambios que la acompa?aron. Aunque hubo satisfacci¨®n con la mejora del tiempo de ocio, los trabajadores mostraban por otra parte cierto descontento por la peor evoluci¨®n de los salarios, la intensificaci¨®n de las tareas y porque se establecieron en muchas empresas derechos que permit¨ªan cambiar horas de m¨¢s por d¨ªas de vacaciones adicionales. La queja de los trabajadores era que no consegu¨ªan tomarlos pese a que se acumulaban. Tambi¨¦n se observ¨® una deslocalizaci¨®n de actividades desde las empresas grandes a las peque?as buscando abaratar el trabajo. Tras la aprobaci¨®n de una directiva europea, las empresas galas aprovecharon al poco tiempo para descontar de la jornada descansos o formaci¨®n, indica el FMI en este ¨²ltimo informe.
Por otra parte, el Estado tuvo que reducir las cotizaciones para compensar a las empresas por el alza de costes con las mayores horas extra. Tambi¨¦n para neutralizar el efecto en el salario m¨ªnimo, que acab¨® subiendo. Todo ello termin¨® generando un importante incremento de costes para las arcas p¨²blicas, que el FMI calcula en el 1% del PIB anual de haberse completado la reforma bautizada en Francia como Ley Aubry.
Los expertos del FMI defienden que en Espa?a hay que tener cuidado con las consecuencias para el salario m¨ªnimo. Tras haberse elevado un 55% desde 2018, pide evitar que se suba m¨¢s como consecuencia del recorte de jornada. En cuanto al sector p¨²blico, recuerda que la aplicaci¨®n deber¨ªa ser proporcional, teniendo en cuenta la peque?a brecha que existe entre las horas efectivas trabajadas y el nuevo l¨ªmite legal. ¡°Deber¨ªan considerarse cuidadosamente las implicaciones para la calidad de los servicios p¨²blicos¡±, concluye. En Francia se fue poco a poco aplicando en el empleo p¨²blico una rebaja del horario, sin que aumentaran las plantillas. Y eso fue en detrimento de la atenci¨®n.
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