Draghi defiende subir los aranceles en la UE frente a la sobreproducci¨®n de China
El expresidente del BCE defiende que Europa debe apostar por la pol¨ªtica industrial para ¡°reducir la dependencia de pa¨ªses que ya no son fiables¡±
Mario Draghi, el hombre que en 2012 salv¨® el euro con tres palabras en ingl¨¦s (Whatever it takes, que en espa?ol significa ¡°lo que haga falta¡±), respalda que se aumenten los aranceles en Europa ante la amenaza de una China que en poco tiempo puede tener la capacidad de inundar el mundo con productos imprescindibles en la transici¨®n clim¨¢tica a muy bajo coste. No se trata de que la UE pase de abanderada mundial del libre comercio al proteccionismo indiscriminado, argumenta. El expresidente del BCE apuesta por este bot¨®n nuclear de la pol¨ªtica comercial ¡ªtambi¨¦n por conceder subsidios¡ª cuando pa¨ªses o ¨¢reas competidoras de la Uni¨®n hayan generado ¡°una ventaja injusta [en el mercado] a trav¨¦s de pol¨ªticas industriales y devaluaciones del tipo de cambio¡±. El italiano lo ha defendido en el monasterio de Yuste, en C¨¢ceres, donde este viernes recib¨ªa el premio Carlos V. Pero la diana de sus palabras estaba muy lejos de Extremadura: era China, algo evidente en la semana en que la Comisi¨®n Europea ha anunciado que va a multiplicar, en algunos casos casi por cinco, lo que pagan los coches el¨¦ctricos del gigante asi¨¢tico al llegar a los puertos del Viejo Continente.
¡°Nos ha hecho un spoiler [un adelanto]¡±, ha definido Felipe VI al o¨ªr el discurso de Draghi. El rey se refer¨ªa al informe para mejorar la competitividad de la UE que el gran gur¨² de la econom¨ªa europea est¨¢ ultimando por encargo de la presidenta de la Comisi¨®n, Ursula von der Leyen. Si se cumple la previsi¨®n, el contenido ¨ªntegro del informe se conocer¨¢ en unas semanas, en julio. Aunque el tambi¨¦n ex primer ministro italiano y ex gobernador del Banco de Italia deja pistas clara de lo que va a plantear. Hace un par de meses, en La Hulpe (B¨¦lgica) abog¨® por un ¡°cambio radical¡±, alejarse todo lo posible de la austeridad y no desmochar salarios y derechos laborales ¡ªcomo sucedi¨® hace 12 a?os¡ª para que Europa sea competitiva. Su apuesta pasa por la inversi¨®n masiva para impulsar la productividad.
Y el italiano ha seguido andando por ese camino en Yuste. Ha reiterado que Europa precisa de cantidades ingentes de dinero para mejorar redes transporte energ¨¦tico y renovar las tecnol¨®gicas (5G y 6G), para impulsar la innovaci¨®n y la investigaci¨®n que den paso a patentes o para formar y reciclar trabajadores que puedan adaptarse a un sistema cambiante por las transiciones gemelas, verde y digital. El objetivo, como ha explicado quien tambi¨¦n fue vicepresidente del gran banco de inversi¨®n Goldman Sachs, es que Europa empiece a cerrar la brecha de productividad que se ha abierto en las ¨²ltimas d¨¦cadas con competidores como Estados Unidos.
Como Draghi es m¨¢s de n¨²meros que de letras, ha llenado su discurso de cifras sobre las que pensar: desde 2020, el PIB per c¨¢pita europeo, medido en t¨¦rminos completamente comparables, es un tercio m¨¢s bajo que el americano y el 70% de ese agujero se puede achacar a la diferente evoluci¨®n de la productividad; el precio de la electricidad en la UE es entre dos y tres veces m¨¢s caro que en EE UU; el 70% de los modelos de inteligencia artificial fundacional son americanos; el 65% del mercado mundial de computaci¨®n en la nube est¨¢ en manos de tres compa?¨ªas con su sede principal entre Seattle (Washington) y San Francisco (California); hace cinco a?os China gast¨® tres veces m¨¢s en pol¨ªtica industrial que Alemania y Francia tomando el PIB como referencia... Una catarata de datos para impulsar la reacci¨®n sin sacrificar el modelo social europeo, porque ¡°para los europeos mantener altos niveles de protecci¨®n social y redistribuci¨®n no es negociable¡±, ha recordado este antiguo funcionario.
As¨ª que la UE necesita recursos: ¡°Financiar estas inversiones ser¨¢ un reto significativo, y requerir¨¢ que repensemos c¨®mo desplegar el capital p¨²blico y privado¡±. Esta vez no ha querido explayarse sobre ¡°los enormes beneficios de alguna forma de financiaci¨®n com¨²n [de los Veintisiete]¡±. ¡°Lo he hecho muchas veces en el pasado¡±, ha remachado. Por eso, ha preferido reforzar algunas de las ideas que lanz¨® su compatriota Enricco Letta hace un par de meses en su informe sobre el mercado ¨²nico, como la necesidad de recurrir al ahorro europeo privado o las compras conjuntas de los Estados miembros, algo que se ha ensayado con mucho ¨¦xito durante la pandemia con las vacunas contra la covid-19.
Reducir la dependencia
Todas esas inversiones que pide y esa acci¨®n conjunta buscan, por ejemplo, ¡°una aproximaci¨®n distinta [a la hecha hasta ahora] a la pol¨ªtica industrial en sectores estrat¨¦gicos como la defensa, el espacio, las materias primas cr¨ªticas o los productos farmac¨¦uticos¡±. ¡°Tambi¨¦n requiere que reduzcamos nuestra dependencia de pa¨ªses en los que ya no podemos confiar¡±, ha subrayado, definiendo en una frase la estrategia que defiende desde hace meses la Comisi¨®n Europea hacia China, el de-risking o evitar asumir riesgos. ¡°Lo primero que necesitamos, por tanto, es una evaluaci¨®n com¨²n de los riesgos geopol¨ªticos a los que nos enfrentamos que sea compartida por todos los Estados miembros y pueda orientar nuestra respuesta¡±, pide.
Uno de esos riesgos con gran impacto econ¨®mico es que, ¡°como muy tarde en 2030, se prev¨¦ que la capacidad china de fabricaci¨®n de paneles fotovoltaicos duplique la demanda mundial y en el caso de las bater¨ªas al menos la igualar¨¢¡±. No ha utilizado Draghi el t¨¦rmino que tanto irrita a Pek¨ªn, sobrecapacidad, pero es evidente que piensa que el problema existe. Plantea para superarlo que los europeos se esfuercen ¡°para reparar los da?os causados al orden mundial multilateral¡±. Pero esa salida, que pasar¨ªa por sacar a la Organizaci¨®n Mundial de Comercio de la par¨¢lisis en la que est¨¢ sumida se antoja imposible sin la colaboraci¨®n de Estados Unidos y China, y el italiano lo asume: ¡°Como saben, para bailar un tango hacen falta dos y no estoy seguro de que los dem¨¢s quieran bailar con nosotros¡±.
Los siguientes pasos, por consiguiente, son impulsar ¡°la inversi¨®n extranjera directa para que los empleos industriales no se vayan de Europa¡± y ¡°usar subvenciones y aranceles para compensar las ventajas injustas creadas con pol¨ªticas industriales y las devaluaciones de los tipos de cambio [de divisas]¡±. Pero este ¨²ltimo camino debe ser ¡°pragm¨¢tico, prudente y consistente¡±. La herramienta debe utilizarse ¡°para maximizar el crecimiento de la productividad¡±, debe distinguirse entre la innovaci¨®n genuina y el dopaje comercial a trav¨¦s de pol¨ªticas p¨²blicas. ¡°Adem¨¢s, deber¨ªa evitarse la creaci¨®n de incentivos perversos que minen la industria europea¡±, ha matizado. ¡°Y, por supuesto, los aranceles deben equilibrarse con los intereses de los consumidores¡±, o lo que es lo mismo, vigilar que no disparan los precios, que no son m¨¢s que la br¨²jula que marca el rumbo de la pol¨ªtica monetaria del BCE.
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