Recortes sociales y extrema derecha
Existe una significativa correlaci¨®n entre la desconfianza pol¨ªtica de los votantes europeos y la p¨¦rdida de los derechos, entre ellos los laborales, que garantizan su bienestar

Existe una cierta perplejidad por el avance de la extrema derecha en las recientes elecciones europeas. El giro, sin embargo, viene registr¨¢ndose desde hace tiempo. Los partidos de la ultraderecha gobiernan o apuntalan ya a los Ejecutivos en ocho pa¨ªses europeos. Hay un cierto consenso en apuntar a la inmigraci¨®n y las medidas contra el cambio clim¨¢tico como las pol¨ªticas desencadenantes de este cambio.
Sin embargo, se ha profundizado menos en otras causas m¨¢s de fondo que explican el distanciamiento de los ciudadanos del proyecto europeo y de la democracia. Una parte relevante de la desafecci¨®n est¨¢ directamente relacionada con la percepci¨®n ciudadana de que los Gobiernos nacionales y las instituciones europeas se preocupan poco por resolver sus problemas cotidianos como la escasez de viviendas, el aumento del coste de la vida y el deterioro de los derechos laborales.
El reciente informe de la Confederaci¨®n Sindical Internacional (CSI), ?ndice Global de Derechos 2024, analiza la situaci¨®n de la lucha mundial por defender los pilares fundamentales de la democracia: los derechos y las libertades fundamentales de los trabajadores y de los sindicatos. Destaca que ¡°hay signos claros de que gobiernos y empresas est¨¢n acelerando sus esfuerzos por pisotear derechos b¨¢sicos que sustentan la propia naturaleza de la democracia¡±.
El Informe identifica los 10 peores pa¨ªses para los trabajadores (Banglad¨¦s, Bielorusia, Ecuador, Egipto, Eswatini, Guatemala, Myanmar, Filipinas, T¨²nez y Turqu¨ªa), y constata que los que mejor respetan los derechos laborales son los pa¨ªses europeos Austria, Dinamarca, Alemania, Islandia, Irlanda, Italia, Noruega y Suecia. No obstante, muestra su preocupaci¨®n por el descenso de derechos en Europa. Precisa que ¡°este descenso continuo indica que el sistema social europeo, centrado en el trabajador, est¨¢ siendo activamente desmantelado a un ritmo acelerado, con graves implicaciones en la regi¨®n y el riesgo de que desencadene una carrera global hacia abajo de los derechos de los trabajadores¡±.
Existe una significativa correlaci¨®n entre la desconfianza pol¨ªtica de los votantes europeos y la p¨¦rdida de los derechos que garantizan su bienestar que muestra el informe de la CSI. La preocupaci¨®n por el futuro de la Uni¨®n queda patente en el ¨²ltimo n¨²mero de Grand Place, de la Fundaci¨®n Mario Onaindia, que dedica a Europa y recoge valiosos an¨¢lisis de Jon Sodupe, Enrico Lletta, Ram¨®n J¨¢uregui, Josep Borrell, Joaqu¨ªn Almunia y Francisco Aldekoa, entre otros.
Incluye una interesante reflexi¨®n de la exministra Arancha Gonz¨¢lez Laya: ¡°Sabemos que millones de personas han salido de la pobreza gracias al comercio internacional. Pero tambi¨¦n sabemos que muchos otros se han quedado atr¨¢s. La sola fuerza de los mercados no ha bastado para contrarrestar el impacto negativo de la globalizaci¨®n, de la tecnolog¨ªa, el comercio y la integraci¨®n econ¨®mica¡±. En su opini¨®n, ¡°la legitimidad del comercio internacional ha de sustentarse en pol¨ªticas p¨²blicas y privadas ¡ Desde pol¨ªticas fiscales justas, hasta pol¨ªticas activas de empleo, de educaci¨®n y formaci¨®n continua de protecci¨®n social o de salud¡±. La UE ha funcionado bien cuando ha sido referente de derechos que han dado confianza a sus ciudadanos.
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