?En qu¨¦ se parecen y en qu¨¦ se diferencian el nuevo pacto fiscal catal¨¢n y el cupo vasco?
El texto firmado entre el PSC y ERC incluye un cupo que tendr¨¢ que pagar Catalu?a por los servicios prestados por el Estado. Tambi¨¦n, un aporte a la solidaridad interterritorial, aunque no se conoce la f¨®rmula del c¨¢lculo
Las tres provincias vascas y Navarra cuentan con sistemas propios de financiaci¨®n hist¨®ricos y ajenos al modelo com¨²n en el que est¨¢n, al menos por ahora, las otras 15 comunidades de Espa?a. Este r¨¦gimen foral les permite gestionar sus impuestos y su recaudaci¨®n con un elevado grado de autonom¨ªa a cambio de contribuir con un cupo a la financiaci¨®n de las cargas generales del Estado no asumidas y, en menor parte, a la solidaridad interterritorial. El pacto alcanzado esta semana entre el PSC y ERC sienta las bases de un modelo de financiaci¨®n singular para Catalu?a y recuerda a esta filosof¨ªa. Sin embargo, a la espera de la letra peque?a y de nuevos detalles, la redacci¨®n del texto base, ¡°difusa y poco concreta¡± en opini¨®n de varios expertos, deja espacio a ciertas interpretaciones.
El texto refrendado por los dos partidos ¡ªdifundido este martes por los independentistas¡ª confirma que Catalu?a tendr¨ªa una relaci¨®n bilateral con el Estado en materia fiscal: recaudar¨ªa y gestionar¨ªa los impuestos de titularidad estatal y de facto saldr¨ªa del r¨¦gimen com¨²n a cambio de una especie de concierto que se articular¨ªa mediante dos v¨ªas.
Por un lado, la Generalitat aportar¨ªa al Estado por el coste de los servicios prestados en el territorio, por ejemplo, aquellos derivados del presupuesto en Defensa, en infraestructuras o en relaciones exteriores. Es algo similar a lo que ocurre en Pa¨ªs Vasco y Navarra, aunque con matices. Por el otro, los catalanes tambi¨¦n contribuir¨ªan a la solidaridad con el resto de comunidades con un segundo pago adicional. En los dos puntos hay diferencias de calado entre el modelo de los territorios forales y el nuevo esquema catal¨¢n.
El cupo al Estado
Ignacio Zubiri Oria, catedr¨¢tico de Hacienda P¨²blica de la Universidad del Pa¨ªs Vasco, recuerda que Pa¨ªs Vasco y Navarra pagan al Estado de acuerdo con una estimaci¨®n basada en las cargas no asumidas, mientras que Catalu?a tendr¨ªa que abonar un porcentaje de los impuestos recaudados, cuya cuant¨ªa y c¨¢lculo no se precisan en el texto. ¡°Los territorios forales pagan al Estado por lo que estiman que se invierte en ellos, mientras que en el caso catal¨¢n todo vendr¨ªa delimitado por la recaudaci¨®n¡±, explica. ¡°En cierta forma, se define el cupo catal¨¢n como un canon a cambio de la gesti¨®n de los impuestos¡±, a?ade. La clave, apunta otro profesor de Hacienda P¨²blica consultado, ser¨¢ c¨®mo se determina ese porcentaje y si se incluye en ¨¦l alg¨²n tipo de ajuste que pueda modularlo a la baja o al alza, as¨ª como su permanencia en el tiempo.
Otra diferencia entre el nuevo sistema catal¨¢n y Pa¨ªs Vasco y Navarra, prosigue Zubiri, es la solidez de ese pago. Aunque el c¨¢lculo del cupo sea poco transparente, se presupone que las cuant¨ªas que abonan los territorios forales son relativamente homog¨¦neas a?o a a?o porque los servicios que el Estado presta en ellos se mantienen pr¨¢cticamente estables. En Catalu?a, sin embargo, este desembolso depender¨ªa exclusivamente de la evoluci¨®n de la recaudaci¨®n, por lo que si los ingresos se resienten, ¡°tambi¨¦n lo har¨ªa el cupo¡±, recuerda Zubiri.
Aportaci¨®n a la solidaridad
Catalu?a, adem¨¢s del pago por las cargas del Estado no asumidas, tambi¨¦n tendr¨ªa que aportar al fondo interterritorial de solidaridad para que el resto de los territorios tengan recursos con los que poder prestar los servicios p¨²blicos b¨¢sicos, tales como sanidad y educaci¨®n. Es otra diferencia, aparentemente de calado, con las haciendas forales porque ¡°estas aportaciones, en el caso de existir, son rid¨ªculas¡±, apunta Zubiri. Pese a ello, matiza Mar¨ªa Cadaval, doctora y profesora de Econom¨ªa Aplicada en la Universidad de Santiago de Compostela, el texto difundido supone una quiebra y una ruptura evidente de la solidaridad tal y como se conoce actualmente, ya que las contribuciones que haga la Generalitat ser¨¢n inferiores a las de ahora.
El texto, apunta Cadaval, detalla que Catalu?a deber¨¢ contribuir a la solidaridad con las dem¨¢s comunidades a fin de que los servicios prestados por los distintos gobiernos auton¨®micos a sus ciudadanos puedan alcanzar niveles similares. Sin embargo, queda reflejado que esto se har¨¢ siempre que estos territorios ¡°lleven a cabo un esfuerzo fiscal tambi¨¦n similar¡±. Y, lo que es m¨¢s importante, respetando siempre el principio de ordinalidad, el cual establece que una comunidad con m¨¢s capacidad fiscal ¡ªes decir, m¨¢s rica¡ª no puede quedar por debajo de la media en ingresos disponibles una vez que se ha llevado a cabo el reparto de recursos.
Hoy, como sucede con Madrid y Baleares, Catalu?a es una comunidad aportadora neta del sistema, esto es, entrega m¨¢s de lo que recibe. Por eso, a falta de nuevos detalles que se vayan conociendo, la redacci¨®n del texto ¡°amenaza con romper la solidaridad entre regiones si finalmente se permite que uno de los territorios con m¨¢s capacidad fiscal reduzca su aportaci¨®n¡±, en opini¨®n de Cadaval, quien critica que se extienda a otros territorios la ¡°anomal¨ªa¡± que hasta ahora se vive con Pa¨ªs Vasco y Navarra. ¡°Se abre la puerta a un sistema que fomenta que cada palo aguante su vela, en el que haya comunidades con servicios p¨²blicos de primera y de segunda en funci¨®n de su riqueza¡±, denuncia.
Para Zubiri, la falta de concreci¨®n del texto es ¡°peligrosa¡± precisamente por dar pie a muchas interpretaciones y posibilidades. Cadaval tambi¨¦n carga duramente contra el nuevo modelo por poner en riesgo el equilibrio territorial. Para otros expertos en Hacienda P¨²blica consultados, sin embargo, esa escasez de detalle, junto a la falta de concreci¨®n en el calendario, hacen pensar que ¡°todo pueda quedar en peque?os cambios¡±.
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