Las importaciones espa?olas de gas caen con fuerza, pero las llegadas desde Rusia se duplican
El pa¨ªs euroasi¨¢tico fue, tanto en agosto como en el acumulado de 2024, el segundo pa¨ªs de origen de este combustible, solo por detr¨¢s de Argelia. A diferencia del petr¨®leo, la UE sigue sin prohibir las compras a Mosc¨²
Menos importaciones de gas en general, pero mucho m¨¢s gas ruso. Las llegadas de gas natural licuado (GNL, el que viaja congelado en barco) procedentes del gigante euroasi¨¢tico, un apestado internacional desde el inicio de la invasi¨®n de Ucrania, pr¨¢cticamente se duplicaron en agosto. Hasta el punto de cubrir ya casi la cuarta parte de la demanda nacional. A escala europea, la tendencia apunta en la misma direcci¨®n: las llegadas de gas ruso por tubo han ca¨ªdo con fuerza tras la voladura del gasoducto Nord Stream y el rechazo generalizado a Mosc¨², pero las importaciones por v¨ªa mar¨ªtima siguen imparables.
A Espa?a llegaron 6.367 gigavatios hora (GWh) de gas licuado ruso en agosto, un 91,7% m¨¢s que en un a?o antes, de acuerdo con el ¨²ltimo bolet¨ªn estad¨ªstico de Enag¨¢s. El combustible procedente de aquel pa¨ªs cubri¨®, as¨ª, el 23,6% del consumo total espa?ol ese mes. Una cifra ligeramente m¨¢s baja que la registrada en julio, cuando se super¨® el 27%, pero muy superior al escaso 10% de agosto de 2023.
Tanto el mes pasado como en el acumulado de lo que va de a?o, Rusia fue el segundo punto de origen del gas que entra en Espa?a, solo por detr¨¢s de Argelia. Y el primero en el caso concreto del GNL, muy por delante de potencias gasistas como Estados Unidos, Nigeria, Australia o Qatar.
Aunque en Espa?a la tendencia es particularmente acusada, no es ni mucho menos ¨²nica en Europa: en el primer semestre, las llegadas de GNL ruso al Viejo Continente crecieron un 11%. En Francia se duplicaron con creces, seg¨²n las cifras que publica este jueves el Instituto de Econom¨ªa Energ¨¦tica y An¨¢lisis Financiero (IEEFA, por sus siglas en ingl¨¦s).
Tanto Espa?a como Francia y B¨¦lgica son destinos naturales del GNL ruso por una cuesti¨®n puramente log¨ªstica: cuentan con la mayor capacidad de regasificaci¨®n del continente, a a?os luz de Alemania (que lleg¨® a la guerra sin una sola planta de recepci¨®n y transformaci¨®n de gas licuado) y de Italia, otro gran consumidor de gas que en los ¨²ltimos a?os se ha echado en brazos de Argelia para reducir su supeditaci¨®n de Rusia. Una parte del combustible que llega a estos pa¨ªses acaba siendo posteriormente reexportado a otros vecinos a trav¨¦s de la cada vez m¨¢s mallada red gasista europea.
En el caso espa?ol se suma, adem¨¢s, la habitual infrautilizaci¨®n de sus regasificadoras: en la primera mitad del a?o, la del puerto de Barcelona trabaj¨® al 11% de su capacidad m¨¢xima, las de Sagunto y Cartagena rondaron el 21% y la de Huelva, el 27%, de acuerdo con el IEEFA. Tambi¨¦n el llenazo de sus dep¨®sitos subterr¨¢neos de gas, que en agosto alcanzaron el 100% de su capacidad, lo que reduce la necesidad de acopio.
¡°La Comisi¨®n Europea deber¨ªa repensar la pol¨ªtica comercial de las importaciones de GNL desde Rusia, ya que es competencia exclusiva de Bruselas¡±, urge Pedro Cantuel, analista del grupo energ¨¦tico Ignis. ¡°Limitarlas y dar mecanismos a los importadores para no incurrir en penalizaciones por los contratos vigentes deber¨ªa ser una prioridad¡±.
Aunque es muy dif¨ªcil diferenciar entre unas llegadas y otras, el gas licuado ruso entra en Espa?a por dos v¨ªas. La principal es el contrato de Naturgy con Yamal LNG, firmado en 2018 y con una duraci¨®n prevista de dos d¨¦cadas, que contempla la entrega de alrededor 3,5 millardos de metros c¨²bicos (bcm) al a?o. La segunda, menor aunque tambi¨¦n muy importante, es la de los traders privados: empresas que compran barcos en alta mar para su posterior descarga en una planta de regasificaci¨®n. Desde el inicio de la guerra, el gas ruso adquirido por esa v¨ªa es notablemente m¨¢s barato que el procedente de otros pa¨ªses.
Sin veto
A diferencia del petr¨®leo y el carb¨®n ruso (y sus derivados), sobre los que pesa una prohibici¨®n europea desde junio de 2022, el gas procedente de aquel pa¨ªs sigue sin ser objeto de sanciones comunitarias. En parte, porque es su flanco m¨¢s d¨¦bil, en el que la dependencia de Mosc¨² era mucho mayor hace tres a?os, cuando las primeras tropas de Vlad¨ªmir Putin cruzaron la frontera con Ucrania.
A las citadas importaciones por barco se suman, adem¨¢s, las llegadas por tubo: Europa sigue recibiendo modestos vol¨²menes de gas ruso a trav¨¦s de los ductos que fluyen bajo suelo turco y, parad¨®jicamente, tambi¨¦n ucranio. Nada que ver, en todo caso, con lo que ocurr¨ªa antes de la guerra, cuando m¨¢s del 40% del gas que consum¨ªa Europa proced¨ªa de Rusia; en 2023 esa cifra cay¨® hasta el 14%.
Mientras que en las ventas por ducto, donde la empresa p¨²blica rusa Gazprom ¡ªmuy pr¨®xima al Kremlin¡ª tiene el monopolio, el que llega por barco procede mayoritariamente de Yamal LNG, un consorcio participado por la compa?¨ªa privada rusa Novatek, la energ¨¦tica francesa TotalEnergies y la china CNPC. Es decir, que no todos sus beneficios acaban en las arcas de Mosc¨².
En los ¨²ltimos tiempos, la UE ha tratado de estrechar el cerco sobre algunas de estas llegadas. En junio pasado, el decimocuarto paquete de sanciones contra Rusia ¡ªadelantadas en parte por este diario¡ª prohib¨ªa la recarga de buques de GNL ruso en transbordo hacia terceros pa¨ªses con el objetivo de reducir los ¡°importantes¡± ingresos del Kremlin procedentes del gas. La medida, que s¨ª est¨¢ siendo efectiva, no afecta, sin embargo, en ning¨²n caso a las importaciones directas.
La demanda europea de gas cay¨® en agosto hasta su menor nivel en al menos un siglo, seg¨²n las cifras de la Universidad de Columbia. A diferencia de en la fase m¨¢s cruda de la crisis, cuando el principal vector de ca¨ªda era la industria, ahora son las energ¨ªas renovables las que han tomado el testigo, al reducir la quema de gas en la generaci¨®n de electricidad. ¡°Es clave apostar por la reducci¨®n de la demanda residencial de gas, dando apoyo a las familias para la sustituci¨®n de sus instalaciones de gas por electricidad¡±, apremia Cantuel. ¡°Los hogares alemanes consumen el 10% del gas europeo en invierno; es imprescindible que esto ¨²ltimo se aplique sin demora, principalmente en el norte de Europa¡±.
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