Venezuela y Repsol, obligados a entenderse
La tensi¨®n entre pa¨ªses no afecta a la relaci¨®n entre Caracas y la petrolera espa?ola. PDVSA necesita socios para explotar sus reservas
Que la tensi¨®n y el creciente ruido pol¨ªtico y diplom¨¢tico no afecte a los negocios. Esa parece ser la m¨¢xima en la relaci¨®n entre el Gobierno venezolano y Repsol. As¨ª ha quedado patente en los ¨²ltimos d¨ªas, en los que ¡ªajenas a la escalada diplom¨¢tica¡ª la joint venture entre la espa?ola y la estatal PDVSA ha seguido su curso sin mayores contratiempos. Caracas ha hecho gestos para tratar de reasegurar una relaci¨®n que, a d¨ªa de hoy, parece a prueba de crisis diplom¨¢ticas y guerras de declaraciones.
Una estampa del viernes pasado deja claras las intenciones de ambas partes. Mientras el jefe de la diplomacia del pa¨ªs sudamericano, Yv¨¢n Gil, cargaba en la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores contra Espa?a por las palabras de la titular espa?ola de Defensa, Margarita Robles, quien hab¨ªa calificado de dictadura al r¨¦gimen de Maduro, la vicepresidenta Delcy Rodr¨ªguez despachaba con el jefe de la unidad de negocios de Repsol en Venezuela, Luis Antonio Garc¨ªa S¨¢nchez. Con un objetivo claro: tranquilizar a la plana mayor de la empresa y reafirmar su compromiso con ella al margen de la arena pol¨ªtica.
Independientemente de la escalada de tensiones con el Ejecutivo de Espa?a, el Gobierno de Nicol¨¢s Maduro dif¨ªcilmente puede romper sus relaciones comerciales con Repsol. Caracas no puede renunciar a una de las pocas v¨ªas occidentales para la exportaci¨®n de su petr¨®leo en un momento en el que las arcas nacionales est¨¢n sedientas de recursos para atender problemas rutinarios en el pa¨ªs.
Las licencias obtenidas por Repsol de la Oficina del Tesoro de Estados Unidos han permitido a Venezuela levantar su alica¨ªda producci¨®n nacional, que se acerca al mill¨®n de barriles diarios. Ambas partes mantienen, adem¨¢s, ambiciosos planes de producci¨®n gasista en el Proyecto Perla, en el Golfo de Venezuela, uno de los campos de gas m¨¢s grandes de Latinoam¨¦rica. En su mayor¨ªa, para consumo interno. ¡°Repsol est¨¢ presente en Venezuela desde 1993 y, desde entonces, mantiene un compromiso con los venezolanos y un respeto escrupuloso del marco normativo del pa¨ªs e internacional¡±, se limita a se?alar un portavoz de la petrolera.
La energ¨¦tica espa?ola cuenta con operaciones en los campos de crudo pesado del proyecto Carabobo 1, operadas por la empresa mixta Petrocarabobo. Repsol mantiene tambi¨¦n el 40% de las acciones de la compa?¨ªa mixta Petroquiriquire, que extrae crudo extrapesado en el Estado de Monagas. Adem¨¢s, Repsol opera en los campos de Mene Grande y Bar¨²a Motat¨¢n, en los Estados de Zulia y Trujillo.
Aunque de larga data, la presencia de Repsol en Venezuela se ha avivado en los ¨²ltimos tiempos. Con una de las escas¨ªsimas licencias estadounidenses para sacar crudo del pa¨ªs sin infringir las duras sanciones de Washington, la compa?¨ªa que preside Antonio Brufau opera hoy tres pozos petroleros en el pa¨ªs, todos ellos en r¨¦gimen de joint venture con PDVSA. Aunque no es la ¨²nica petrolera europea con presencia en Venezuela ¡ªtambi¨¦n est¨¢ la italiana ENI¡ª, la espa?ola s¨ª es la principal. Por mucho.
En los ¨²ltimos tiempos, de hecho, la espa?ola ha llegado a exportar crudo venezolano a EE UU, algo que hasta ahora solo hac¨ªa la norteamericana Chevron, otro gigante con amplios intereses en Caracas.
Repsol se refuerza en el pa¨ªs
¡°Repsol est¨¢ reforzando significativamente su presencia en este pa¨ªs¡±, afirma Antonio de la Cruz, economista y analista energ¨¦tico especializado en Venezuela. ¡°Est¨¢ buscando duplicar su producci¨®n, hasta los 40.000 barriles diarios, tras incorporar dos nuevos campos, los de Tomoporo y La Ceiba¡±. En junio, subraya, su cota de producci¨®n estuvo en el entorno de los 21.000 barriles diarios, con ingresos netos para PDVSA de 340 millones de d¨®lares en un a?o. ¡°Es muy dif¨ªcil que los problemas diplom¨¢ticos entre los dos pa¨ªses hagan marcharse a Repsol. Es mucho m¨¢s probable que un endurecimiento de las sanciones de Estados Unidos tenga m¨¢s efecto sobre la producci¨®n local de Repsol que cualquier decisi¨®n de Maduro¡±
En agosto fueron dos los buques petroleros de Repsol ¡ªMontestena y Monte Serantes, ambas del tipo Suezmax¡ª los que llegaron a las costas espa?olas con, cada uno de ellos, un mill¨®n de barriles de crudo en su interior. Tanto en junio como en julio, el Monte Serantes tambi¨¦n hab¨ªa hecho puerto en Venezuela, seg¨²n los datos de Bloomberg. Y muy probablemente vuelva a hacerlo en las pr¨®ximas semanas y meses, dando forma a una relaci¨®n bastante bien engrasada.
Desde mediados de 2022, en los primeros compases de la invasi¨®n rusa de Ucrania, las importaciones espa?olas de crudo venezolano han pasado de pr¨¢cticamente cero a promediar algo m¨¢s de 300.000 barriles diarios en los ¨²ltimos meses, de acuerdo con la estad¨ªstica de la Corporaci¨®n de Reservas Estrat¨¦gicas de Productos Petrol¨ªferos (Cores). Una cifra que le convierte en el quinto mayor proveedor espa?ol. El crudo venezolano ¡ª¨ªntegramente de tipo pesado, el mismo que antes llegaba desde Rusia¡ª entra, casi en su totalidad, por los puertos de Bilbao y de Cartagena y, en menor medida, por los de Tarragona y Barcelona, seg¨²n Kpler. Y tiene a Repsol como principal transportista.
¡°Los cargamentos con destino Espa?a y Europa son la forma de PDVSA de pagar lo que Caracas debe¡±, sintetiza Viktor Katona, jefe de an¨¢lisis petrolero de la consultora Kpler. La alianza con Repsol, dice, le ofrece dos ventajas adicionales: una capacidad tecnol¨®gica de exploraci¨®n y producci¨®n de la que hoy por hoy carece y unas regal¨ªas adicionales para el necesitado erario venezolano. En sentido inverso, la ventaja clave para Repsol tiene que ver con los precios: ¡°Se abastece de crudo barato en un momento en el que el crudo pesado ha alcanzado niveles sin precedentes, tanto por las sanciones a los barriles rusos como por los recortes de producci¨®n de la OPEP+¡±.
Al margen del trasiego de crudo venezolano hacia Espa?a, subraya Katona, la relaci¨®n entre ambas partes ha a?adido un punto de bidireccionalidad en los ¨²ltimos tiempos. Adem¨¢s de traer petr¨®leo, Repsol est¨¢ enviando al pa¨ªs latinoamericano cargamentos de naftas para diluir el crudo pesado venezolano en una sustancia lo suficientemente fluida como para poder ser transportada.
La anta?o todopoderosa industria extractiva venezolana trata de recuperar estos d¨ªas el pulso despu¨¦s de varios a?os de enorme par¨¢lisis. En apenas un lustro, el transcurrido entre 2015 y 2020, su producci¨®n petrolera pas¨® de rozar los tres millones de barriles diarios ¡ªuna cifra m¨¢s que notable, cercana a lo que hoy ponen en el mercado potencias f¨®siles como Emiratos ?rabes Unidos o Ir¨¢n¡ª a 850.000 el a?o pasado. Una cifra a¨²n modesta, pero creciente, que le ha permitido regresar ¡ªpor poco¡ª al top 20 de pa¨ªses productores a escala mundial. ¡°Las empresas internacionales presentes en el pa¨ªs est¨¢n aportando en este momento un tercio de la producci¨®n petrolera total¡±, afirma el economista Luis Oliveros, profesor de la Universidad Metropolitana en Caracas. Ve fundamental su presencia en Venezuela.
Con las mayores reservas de crudo del mundo, el pa¨ªs latinoamericano ¡ªque hace menos de dos d¨¦cadas lleg¨® a estar entre los cinco mayores productores de crudo del planeta¡ª es una gran potencia petrolera venida a menos, con dos fantasmas al acecho: su propia crisis, de la que solo ahora parece asomar t¨ªmidamente la cabeza, y una transici¨®n energ¨¦tica que pronto empezar¨¢ a reducir la demanda mundial de petr¨®leo y que dejar¨¢ en el subsuelo buena parte de sus reservas, las mayores del mundo.
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