Mog¨®n, el pueblo de Ja¨¦n con m¨¢s cooperativistas que vecinos

Interminables hileras de olivos de monta?a circundan el valle donde se asienta Mog¨®n, un pueblo de Ja¨¦n de apenas 800 habitantes que es la puerta de entrada a la jiennense Sierra de Las Villas, una de las tres (junto a Cazorla y Segura) que conforman el segundo mayor espacio natural protegido de Europa. Abrazado por los r¨ªos Guadalquivir y Aguascebas, este anejo, conocido como el para¨ªso del agua, cuenta con una cooperativa ole¨ªcola con m¨¢s de 1.300 socios. Es decir, hay m¨¢s cooperativistas que vecinos, aunque es cierto que muchos de ellos viven en otros puntos de la comarca y del municipio de Villacarrillo, convertido en el principal productor de aceite de oliva del mundo y, gracias al impulso de esta almazara, tambi¨¦n es referente a la hora de luchar contra la despoblaci¨®n en el medio rural.

En la cooperativa San Vicente de Mog¨®n se inici¨® a mediados de octubre la cosecha del aceite temprano, la joya de la corona de una firma ole¨ªcola que muestra con orgullo en sus vitrinas los reconocimientos a los mejores aceites frutados del mundo de la variedad Picual bajo la marca Puerta Las Villas. Pero la apuesta por la calidad es solo el v¨¦rtice de un plan mucho m¨¢s ambicioso que quiere situar a la almazara en referente de sostenibilidad social y medioambiental. ¡°Lo que queremos es cerrar el c¨ªrculo, porque para nosotros tan importante o m¨¢s que lo que se produce es c¨®mo se hace. Siempre hemos defendido la importancia de elaborar un aceite de oliva virgen extra cuid¨¢ndolo desde el campo hasta la botella¡±, se?ala Jos¨¦ Gilabert, presidente de una cooperativa creada hace medio siglo por un centenar de socios que hoy se multiplican por trece.

Gilabert, agricultor de 59 a?os y que gestiona junto a su hermano una explotaci¨®n de 2.200 olivos y es arrendatario de otros 4.400, tiene claro que el futuro de la cooperativa y del pueblo pasa por hacer m¨¢s rentable su olivar tradicional, reduciendo costes y generando mayor valor con el aprovechamiento de los subproductos del olivo. En esa l¨ªnea, destaca la puesta en marcha de una planta de compostaje con la idea de generar fertilizante, un compost que se obtiene del aprovechamiento del alpeorujo (residuo que sale de la extracci¨®n del aceite de oliva).

El siguiente paso va a ser la planta fotovoltaica de 600 kilovatios/hora que la cooperativa va a instalar en las cubiertas para generar energ¨ªa el¨¦ctrica, t¨¦rmica e incluso biocombustible bajo la f¨®rmula de comunidad energ¨¦tica local, algo que redundar¨¢ en todo el municipio. Adem¨¢s, la entidad ha introducido el bag in box, ¡°un formato ¨²til y pr¨¢ctico¡± que envasa el producto en una bolsa dentro de una caja, una alternativa medioambientalmente sostenible con la que contribuyen a reducir el impacto sobre el cambio clim¨¢tico y que hace que el aceite de oliva virgen extra se conserve mucho mejor, con todas sus propiedades hasta el momento de consumo.

¡°Lo hacemos por convicci¨®n y por aportar mayor valor a?adido al producto, todas esas externalidades son beneficios desde el punto de vista medioambiental y social en un olivar de monta?a que tiene m¨¢s costes de producci¨®n¡±, explica este agricultor jiennense, que reclama una ayuda adicional hacia este cultivo por su componente social y por ser el que fija m¨¢s poblaci¨®n al territorio.

La cooperativa es el alma y la principal empresa de este pueblo de la serran¨ªa jiennense, con una docena de empleados fijos que se multiplica por cuatro durante la campa?a de recolecci¨®n. La de Mog¨®n es una de las 649 cooperativas agroalimentarias que hay en Andaluc¨ªa, una comunidad donde en 8 de cada 10 municipios existe al menos una sociedad de este tipo. El m¨²sculo de todas ellas (junto con las entidades de trabajo) se pone de manifiesto en el hecho de que emplean al 6% del mercado laboral de la regi¨®n y su aportaci¨®n al PIB es del 10%, tres puntos m¨¢s que la media nacional. La rama agroalimentaria es la m¨¢s potente del tejido cooperativo andaluz, con 290.000 socios, un empleo estable de 37.600 personas y con un volumen de negocio de casi 10.000 millones.

La tradici¨®n, la t¨¦cnica mejorada, las instalaciones m¨¢s modernas, la trazabilidad del fruto y el saber hacer de sus profesionales es lo que ha llevado a esta cooperativa a obtener durante los dos ¨²ltimos a?os el premio al mejor aceite de oliva del mundo en la categor¨ªa de frutado. ¡°Aqu¨ª hacemos producci¨®n integrada, tenemos estaciones de control donde vamos viendo la evoluci¨®n de todo el ciclo, las plagas, riegos, tratamientos, podas y, en definitiva, intentamos aunar el esfuerzo de todos los socios para conseguir que el fruto en la almazara sea de m¨¢xima calidad¡±, expone Rodrigo Yeste, t¨¦cnico de Producci¨®n Integrada.

La cooperativa jiennense tiene entre un 15% y un 20% de superficie de producci¨®n ecol¨®gica. Su principal exponente es la finca Los Grana¨ªnos, de 120 hect¨¢reas y con una pendiente de m¨¢s de un 30%. Su encargado, Jos¨¦ Miguel Mart¨ªnez, se?ala que los costes de producci¨®n son aqu¨ª mucho m¨¢s elevados porque hay muchas tareas que solo pueden realizarse a mano y, por el contrario, lamenta que las subvenciones que reciben estos productores sean mucho m¨¢s bajas: ¡°En las campi?as dan 1.500 euros por hect¨¢rea y a nosotros 400 euros, pese a generar el doble de empleo y soportar m¨¢s costes de producci¨®n¡±.

La cooperativa San Vicente est¨¢ tambi¨¦n a la vanguardia en la producci¨®n de aceite temprano. En las tres primeras semanas de cosecha ya hab¨ªan producido tres millones de kilos de aceituna y 400.000 kilos del mejor oro verde. Este aceite, que producen ya un centenar de almazaras de Ja¨¦n, se considera como una segunda cosecha anual para el olivar porque aporta un mayor valor a?adido al comercializarse como producto de alta gama.

Precisamente, el aceite Puerta de Las Villas tiene a la alta cocina entre sus principales mercados. El chef Rodrigo de la Calle, con dos Estrellas Michel¨ªn y dos Soles Repsol con su restaurante El Invernadero de Madrid, se ha convertido en embajador del aceite Puerta de Las Villas. ¡°Yo soy el ¨²ltimo eslab¨®n, del campo a la botella; para m¨ª, el Aove se ha convertido en el principal fondo de armario de la mejor cocina¡±, asegura este chef con ra¨ªces en este pueblo de Ja¨¦n y que se considera un enamorado de la variedad Picual y el aceite ecol¨®gico. De la Calle tiene claro que es preciso valorar este tipo de caldos. ¡°Hay que subir el precio de estos aceites que est¨¢n en otro nivel, si los j¨®venes no ven que esto es rentable ir¨¢ desapareciendo la gente del campo¡±, advierte el chef.