El Gobierno eleva la previsi¨®n de crecimiento al 2,6% para 2025 con un aumento de la inversi¨®n
El Ejecutivo percibe un cambio estructural en el patr¨®n de crecimiento; prev¨¦ que la inversi¨®n se recupere este a?o, que el consumo privado siga tirando y que el mercado laboral mantenga su vigor con un mill¨®n m¨¢s de empleos en dos a?os
Espa?a se afianza como alumno aventajado y se desmarca una vez m¨¢s de la aton¨ªa en la que est¨¢ inmersa la zona euro. En un contexto de crecimiento an¨¦mico dentro de las fronteras comunitarias, lastrado por el mal desempe?o de la locomotora alemana, la econom¨ªa espa?ola volver¨¢ a destacar este a?o. El PIB avanzar¨¢ un 2,6% en 2025, seg¨²n las nuevas estimaciones oficiales del Gobierno, que divisa un cambio estructural en el patr¨®n de crecimiento con una mejora de la inversi¨®n y un mantenimiento de los robustos super¨¢vits con el exterior. Es una revisi¨®n al alza de dos d¨¦cimas con respecto a los pron¨®sticos anteriores, publicados en septiembre, y tendr¨¢ como protagonistas la inversi¨®n y el consumo privado, adem¨¢s de un mercado laboral que mantendr¨¢ el vigor de los ¨²ltimos a?os.
La revisi¨®n llega despu¨¦s de que se conocieran los datos de cierre de 2024. Mientras que la zona euro se qued¨® estancada en la recta final del a?o pasado y en el acumulado de 2024 solo se anot¨® un 0,7%, Espa?a avanz¨® un 0,8% trimestral y un 3,2% en el a?o, unas cifras mejores de lo esperado y que han llevado al Gobierno a modificar sus proyecciones, a las que ha tenido acceso EL PA?S. Simplemente por el efecto arrastre, el 0,8% que se registr¨® entre octubre y diciembre ya lleva casi autom¨¢ticamente a un crecimiento en el conjunto del 2025 cercano al 3%. Para 2026 se mantiene el 2,2% previsto. Y el porcentaje de parados descender¨¢ este a?o hasta el 10,4% y al 9,7% el que viene. Entre 2025 y 2026 se crear¨¢n m¨¢s de un mill¨®n de empleos para alcanzar la cota de los 23 millones de ocupados.
El cierre de 2024 y esta revisi¨®n confirman la avalancha de pron¨®sticos de organismos nacionales e internacionales que respaldan la fortaleza de la econom¨ªa espa?ola. Se ha dado la vuelta a la tradicional narrativa de un norte europeo pujante frente a un sur rezagado. De hecho, el ¨²ltimo trimestre del a?o pasado se ti?¨® de rojo para los dos grandes motores del bloque, Alemania y Francia, que cerraron el ejercicio con retrocesos trimestrales del 0,2% y del 0,1%, respectivamente, sumidos en una crisis que sobre todo en el caso de Berl¨ªn tiene m¨¢s rasgos estructurales que coyunturales. Italia tambi¨¦n arrastr¨® los pies, con un incremento nulo de su PIB en los tres ¨²ltimos meses del a?o pasado.
El 2,6% previsto de crecimiento para Espa?a contrasta con el pron¨®stico que acaba de publicar el BCE para la zona euro: un 1,1% para 2025. La recuperaci¨®n del consumo privado, el tir¨®n que mantiene el consumo p¨²blico, el desembolso de los fondos europeos, la bonanza del turismo, el auge de las exportaciones de servicios empresariales y una fuerte llegada de inmigrantes explican este comportamiento diferencial respecto a una Europa que sufre una crisis industrial y de modelo. La asignatura pendiente era el comportamiento de la inversi¨®n privada, que se hab¨ªa quedado retrasada tras la pandemia y que con semejantes crecimientos deber¨ªa exhibir una evoluci¨®n mejor, sobre todo ahora que se moderan los tipos de inter¨¦s. El Ejecutivo espera que el consumo p¨²blico y el sector exterior cedan y tome el testigo la inversi¨®n. Mientras que en 2023 la contribuci¨®n de la inversi¨®n fue negativa y muy peque?a en 2024, en 2025 ser¨¢ uno de los motores de la actividad, asegura el Ministerio de Econom¨ªa.
Fuentes del ministerio inciden en que la econom¨ªa se est¨¢ moviendo hacia un modelo de crecimiento m¨¢s equilibrado y sostenible, alejado de las burbujas del pasado, en las que las expansiones estaban muy marcadas por la inversi¨®n de capital exterior en sectores determinados. ¡°No tenemos d¨¦ficit con el sector exterior, estamos financiando el crecimiento con ahorro interno y aumentando la productividad sin destruir empleo. No hay grandes desequilibrios a la vista y creemos que es un cuadro muy realista que no va a alejarse de lo que digan los analistas: hay un fuerte crecimiento del empleo, de la inversi¨®n y de la productividad, y los precios siguen convergiendo hacia el objetivo del BCE¡±, desgranan.
En concreto, el departamento de Carlos Cuerpo prev¨¦ que la brecha de inversi¨®n con respecto a los niveles previos en apartados como la vivienda y, en menor medida, en infraestructuras, ir¨¢ cerr¨¢ndose. Asimismo, el sector exterior contribuir¨¢ menos al crecimiento no porque se reduzcan las ventas for¨¢neas, sino porque aumentar¨¢n las importaciones para atender a un consumo cada vez m¨¢s pujante. ¡°Pero lo verdaderamente relevante es que est¨¢ creciendo la productividad por trabajador¡±, apunta. No solo porque ganan relevancia sectores de por s¨ª m¨¢s productivos, sino porque hay una mejora generalizada fruto de un grupo de elementos en el que empieza a notarse, entre otras cosas, la menor temporalidad a la que ha contribuido la reforma laboral.
El nuevo cuadro no recoge el impacto del recorte de la jornada laboral en la que trabaja el Gobierno, pero las mismas fuentes confirman que hay margen para reducirla: ¡°Ya se viene produciendo de manera tendencial desde hace a?os. Hay que hacer bien ese tr¨¢nsito para minimizar las distorsiones que pueda generar¡±. De hecho, el problema reside en que en los dos ¨²ltimos a?os los aumentos en la productividad por hora en parte se han visto neutralizados por reducciones de la jornada media, lo que ha hecho que la productividad por ocupado no haya tirado tanto de la actividad y siga siendo un reto pendiente.
El Gobierno subraya adem¨¢s que se recupera, por fin, el consumo per c¨¢pita previo a la crisis financiera. Y argumenta que est¨¢n mejorando las condiciones para los hogares, con perspectivas positivas para los pr¨®ximos a?os gracias a las mejoras salariales, el empleo, la moderaci¨®n de la inflaci¨®n y las rebajas de tipos. En definitiva, se trata de un crecimiento que ayudar¨¢ con los retos que se perfilan en el horizonte: la deuda p¨²blica y el envejecimiento de la poblaci¨®n, la recuperaci¨®n de la inversi¨®n tanto para mejorar la productividad como para paliar la crisis de vivienda y que la inversi¨®n en vivienda acompa?e el crecimiento demogr¨¢fico por la llegada de inmigrantes; el hecho de que exportemos el exceso de ahorro fuera y no se utilice aqu¨ª; las nuevas guerras arancelarias, y la definici¨®n del modelo de crecimiento europeo. Todo el crecimiento ser¨¢ necesario para mejorar la convergencia con Europa, que se deterior¨® tras la crisis de 2008.
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