Traiciones familiares en el Ritz de Londres
Frederick Barclay, propietario junto a su hermano gemelo del hotel, denuncia a cuatro sobrinos por espiarle en plena batalla por el control del grupo
En los a?os sesenta del siglo pasado, los mellizos Reginald y Ronald Kray aterrorizaban el East End londinense y, al mismo tiempo, copaban las p¨¢ginas m¨¢s fr¨ªvolas de la prensa brit¨¢nica como famosos empresarios de la vida noct¨¢mbula del West End. Nacidos en 1933, primero se hicieron famosos de la mano del boxeo y luego se convirtieron en g¨¢nsteres a jornada completa: sus negocios como propietarios de locales nocturnos eran una tapadera de sus actividades mafiosas que incluyeron secuestros, robos, incendios provocados y asesinatos. Acabaron mal.
Hoy en d¨ªa, otros dos gemelos llaman la atenci¨®n de los brit¨¢nicos, aunque su personalidad es todo lo opuesto a la de los hermanos Kray: se trata de sir Frederick y sir David Barclay, dos multimillonarios que odian salir en la prensa y de los que apenas se sabe nada, m¨¢s all¨¢ de que tienen un imperio econ¨®mico cuyas dos joyas m¨¢s brillantes son el Ritz de Londres y el influyente diario conservador The Daily Telegraph, y de que se compraron en los a?os noventa una de las islas del canal para levantar all¨ª la residencia familiar, un imponente castillo de falso g¨®tico con m¨¢s de 90 habitaciones. Su aversi¨®n por la luz p¨²blica se ha topado con un gran inconveniente: sir Frederick (junto con su hija Amanda) ha llevado a los tribunales a tres de sus sobrinos (Alistair, Aidan y Howard), a un sobrino-nieto (Andrew) y a un directivo del Ritz, Philip Peter, a los que acusa de haberle espiado instalando secretamente micr¨®fonos en el invernadero del famoso hotel, donde el millonario ten¨ªa por costumbre fumarse un puro mientras despachaba asuntos de familia y de negocios con Amanda y con amigos y conocidos. Por una vez, los trapos sucios de los Barclay no se lavan en casa, sino en el Tribunal Superior de Londres.
El asunto se destap¨® en la noche del 13 de enero, cuando Alistair Barclay fue filmado manejando el sistema de escuchas instalado en el invernadero, seg¨²n se hizo patente en la primera vista del caso, a finales de febrero. La denuncia inicial contra Alistair se ampli¨® luego a los hermanos de este, Howard y Aidan, y al hijo de este ¨²ltimo, Andrew.
¡°Todos recordamos a Tolst¨®i diciendo que ¡®cada familia infeliz es infeliz a su manera¡¯. Aqu¨ª, los hijos de sir Frederick y sir David han tenido desacuerdos con relaci¨®n al trust de la familia y, por desgracia, eso ha enfrentado a primos con primos¡±, declar¨® en la vista Desmond Brown, el abogado que representa los intereses de Amanda. ¡°Aqu¨ª estamos alegando que, durante meses, los acusados han grabado de forma subrepticia las conversaciones de sir Frederick con su hija Amanda, tanto entre ellos como de ellos con otros¡±, a?adi¨®. ¡°Los acusados sab¨ªan que las conversaciones eran privadas y confidenciales, pero aun as¨ª las grabaron, encargaron transcripciones y discutieron acerca de ellas¡±, a pesar de que seg¨²n el abogado se trataba de ¡°una actividad ilegal¡± y que esta afectaba a informaci¨®n ¡°de un enorme valor¡±.
Heather Rogers, abogada de los acusados, admiti¨® que ¡°hay una gran cantidad de informaci¨®n que ha podido estar en posesi¨®n de mis clientes¡±, pero se opuso a que el juez decretara una orden impidiendo la divulgaci¨®n de las grabaciones con el argumento de que estos ya hab¨ªan tenido ¡°oportunidades de sobra¡± de divulgarla, pero no hay pruebas de que eso haya ocurrido. El juez dio la raz¨®n a la defensa en ese punto. En su razonamiento, el juez destac¨® que ¡°partes sustanciales de las empresas del negocio¡± levantado por los hermanos Barclay ¡°son ahora propiedad del trust¡±, de los que ahora son beneficiarios los tres hijos de sir David y la hija de sir Frederick, y que el enfrentamiento familiar afecta a la manera y la direcci¨®n en la que unos y otros quieren que tome el negocio. Los gemelos ya no son los beneficiarios del trust familiar y el paquete a nombre de Amanda, del 25%, es insuficiente para bloquear las decisiones que tomen sus tres primos.
Hace ya tiempo que se intu¨ªan esas desavenencias. Un ejemplo de ello es una l¨¢pida erigida en el cementerio de Mortlake, en el suroeste de Londres, en la tumba del patriarca de la familia, Frederick Hugh Barclay, fallecido en 1947. En ella solo aparecen los nombres de sir David y de uno de sus hermanos, Andrew, pero no el de los otros seis hijos del patriarca.
Otro indicio fueron los mensajes contrapuestos que se lanzaron desde la familia cuando se empez¨® a decir que el clan hab¨ªa puesto a la venta el hotel Ritz, por el que esperar¨ªan obtener 750 millones de libras, y el Telegraph, cuya circulaci¨®n y resultados han ido catastr¨®ficamente a la baja en los ¨²ltimos a?os, en l¨ªnea con muchos otros grupos de prensa. Inversores interesados en la adquisici¨®n de esos activos obten¨ªan reacciones opuestas seg¨²n contactaran con una u otra parte del clan.
Los hermanos Barclay, cuya fortuna Forbes sit¨²a actualmente en 3.500 millones de euros, nacieron en Hammersmith, un barrio del oeste de Londres, hijos de un vendedor ambulante que falleci¨® cuando ellos ten¨ªan 12 a?os. Dejaron pronto la escuela para trabajar en el departamento de contabilidad de la General Electric Company. Sus primeros negocios oscilaron entre la venta de golosinas, pintores de brocha gorda, constructores, inversores inmobiliarios, hosteler¨ªa, f¨¢bricas de cerveza o casinos. En 1983 compraron la naviera Ellerman Lines, su primer gran golpe. En 1992 empezaron sus negocios de prensa con la adquisici¨®n de The European. Luego llegar¨ªan The Scotsman, Sunday Business y, en 2004, The Telegraph Media Group, una operaci¨®n que les puso en el centro del inter¨¦s p¨²blico y que ciment¨® su imagen de solitarios y secretistas. Entonces eran ya multimillonarios y la reina los hab¨ªa convertido en caballeros en el a?o 2000 por su apoyo a la investigaci¨®n m¨¦dica.
Una isla en el canal
Uno de los factores que ha ayudado a convertirlos en leyenda es el hecho de que en 1993 compraran una isla min¨²scula y hasta entonces deshabitada, Brecqhou, un territorio dependiente de la isla de Sark, situada entre Guernsey y Jersey, en el canal de la Mancha. All¨ª levantaron un castillo de falso g¨®tico y acabaron convirtiendo el islote en un jard¨ªn al que durante a?os no se pod¨ªa acceder, aunque en 2012 empezaron a permitir la llegada de turistas en visitas de unas pocas horas con la intenci¨®n de mejorar sus relaciones con la vecina isla de Sark.
Sus enfrentamientos con el escaso medio millar de habitantes de Sark es otro de los pocos hechos conocidos. Los Barclay, que tienen all¨ª considerables intereses tur¨ªsticos, presionaron para abolir el r¨¦gimen feudal de la isla, en la que a¨²n ahora no hay iluminaci¨®n en las calles ni pueden circular coches o motocicletas y solo se puede en tractor o en veh¨ªculos de caballos. Los hermanos consiguieron que en 2008 se aboliera el r¨¦gimen feudal con el que se gobernaba la isla desde 1560, en tiempos de Isabel I, la llamada Reina Virgen, para instaurar una asamblea formada por 28 miembros electos. Sus intenciones democratizadoras eran vistas por algunos en Sark como una forma de aumentar su influencia en la isla y una amenaza para su peculiar modo de vida.
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