La crisis econ¨®mica y sus respuestas
Latinoam¨¦rica requiere m¨¢s que nunca l¨ªneas inmediatas y flexibles de cr¨¦dito de los bancos de desarrollo
La crisis econ¨®mica del coronavirus es producto de varias causas, no todas imprevisibles y no todas relacionadas con la Covid-19. En primer lugar, tenemos un shock simult¨¢neo en la oferta y la demanda. Las cuarentenas han dejado en casa tanto a trabajadores como consumidores, generando un formidable efecto domin¨® en toda la econom¨ªa. Por un tiempo cuya duraci¨®n a¨²n es incierta, la actividad mundial se ver¨¢ inmensamente reducida, algo que pone en riesgo la supervivencia de innumerables empleos y empresas, as¨ª como la subsistencia diaria de millones de trabajadores aut¨®nomos e informales.
En consecuencia, distintos mercados han empezado a desplomarse, llevando a algunos a una incipiente crisis crediticia, particularmente en el sector de comercio minorista, turismo, materias primas y aerol¨ªneas. Como agravante, muchas compa?¨ªas dedicaron sus ingresos en los tiempos buenos a la recompra de sus propias acciones en lugar de invertirlo en innovaci¨®n y en mejoras de su productividad. Este es un aspecto que responde a procesos anteriores al virus. En retrospectiva, muchos mercados estaban infravalorando el riesgo de sus bonos y acciones. Si bien era imposible predecir una pandemia, no era imposible prever eventualmente un a?o de vacas flacas.
Otra vez el marco regulatorio se ha mostrado inadecuado para controlar los excesos del mercado. La crisis del coronavirus, por tanto, ha generado efectos tanto imprevisibles (shock ex¨®geno a la oferta y la demanda) como previsibles (correcci¨®n de precios en algunos mercados financieros).
Por lo tanto, debemos asumir que la econom¨ªa que saldr¨¢ de la crisis no ser¨¢ la misma que la que entr¨®. La medida real del ¨¦xito de las pol¨ªticas p¨²blicas no debe ser que las Bolsas vuelvan a sus cumbres ya insostenibles, sino lo que le suceda a la econom¨ªa real. Hasta la fecha, las principales econom¨ªas han empezado a tomar medidas contundentes, la mayor¨ªa bien dirigidas hacia empresas y trabajadores. Seg¨²n c¨¢lculos de The Economist, el paquete promedio de est¨ªmulo de las principales econom¨ªas se acerca a un impresionante 20% de su PIB.
En este marco, especial atenci¨®n requiere lo que est¨¢ pasando en Latinoam¨¦rica, afectada doblemente por la crisis de la Covid-19 y por lo que est¨¢ pasando en las econom¨ªas desarrolladas, que ha generado una salida de capitales y un fortalecimiento del d¨®lar, lo que agrava a¨²n m¨¢s la crisis de la deuda. Claro est¨¢ que Am¨¦rica Latina no tiene espacio fiscal para anunciar medidas de 20% del PIB. La regi¨®n es particularmente vulnerable a esta crisis. Recientemente, hemos vivido los peores seis a?os de crecimiento desde la II Guerra Mundial. Los niveles de pobreza se encuentran alrededor del 30% de la poblaci¨®n y otra tercera parte est¨¢ en los sectores vulnerables que tienen muy baja resiliencia a los shocks externos. La mayor¨ªa est¨¢ inmersa en el sector informal de la econom¨ªa sin seguridad social o redes de protecci¨®n.
La gran parte de los pa¨ªses latinoamericanos est¨¢n tomando medidas preventivas adecuadas para proteger a la poblaci¨®n del coronavirus y medidas econ¨®micas heroicas para responder a esta situaci¨®n. Sin embargo, sin una acci¨®n decidida de los bancos de desarrollo y unas reglas del juego claras y flexibles por parte de las instituciones financieras internacionales y de las calificadoras de riesgo, las consecuencias econ¨®micas ser¨¢n severas y el aumento de la pobreza y la desigualdad, as¨ª como el empobrecimiento de las clases medias, pondr¨¢n en jaque a los Gobiernos y a los sistemas pol¨ªticos de la regi¨®n.
El FMI y el Banco Mundial pidieron en un reciente art¨ªculo del Financial Times un alivio de la deuda para los pa¨ªses m¨¢s pobres del planeta. Olvidar las consecuencias sobre los llamados pa¨ªses de renta media en esta crisis, una crisis que como bien dice Nora Lustig es una crisis sin culpables, ser¨ªa un grave error. Latinoam¨¦rica requiere hoy m¨¢s que nunca l¨ªneas inmediatas y flexibles de cr¨¦dito de los bancos de desarrollo y unas reglas del juego que les permitan tomar las medidas necesarias y suficientes para proteger adecuadamente a su poblaci¨®n y a sus econom¨ªas.
La prioridad ahora es la gente. A diferencia del 2008, en esta crisis el centro de gravedad no est¨¢ en los mercados financieros sino en la econom¨ªa real, en esa suerte de mayor¨ªa invisible que son las pymes y los trabajadores. Aqu¨ª ya no cabe la palabra austeridad. Cuando este temporal pase, ojal¨¢ ese cambio de foco permanezca y que saquemos las conclusiones correctas de esta crisis para que se fortalezcan el multilateralismo, la cooperaci¨®n y la solidaridad en la defensa del bien com¨²n.
Rebeca Grynspan, Secretaria General Iberoamericana
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