La pandemia en Am¨¦rica Latina: una crisis econ¨®mica sin culpables
El FMI, el Banco Mundial y el BID deben tomar nota y hacer que sus apoyos financieros sean lo suficientemente generosos y flexibles. La austeridad solo exacerbar¨ªa el impacto econ¨®mico y ser¨ªa un obst¨¢culo frente a la crisis sanitaria
Am¨¦rica Latina es la regi¨®n con la mayor frecuencia de crisis econ¨®micas. Si bien factores externos juegan siempre alg¨²n papel, las fallas de pol¨ªtica econ¨®mica internas tienden a ser sus causas principales. Este no es el caso con la crisis que se avecina como consecuencia del impacto econ¨®mico de la pandemia: en esta ocasi¨®n, los Gobiernos realmente no tienen la culpa. Las consecuencias del par¨®n de actividad global y local, sin embargo, ser¨¢n enormes. El crecimiento caer¨¢ y la pobreza subir¨¢.
Para mitigar el efecto del Covid-19, los pa¨ªses requerir¨¢n acceso a pr¨¦stamos de los organismos internacionales que no vayan acompa?ados de exigencias de austeridad. En esta ocasi¨®n, la austeridad no solo exacerbar¨ªa el impacto econ¨®mico, sino que tambi¨¦n ser¨ªa un obst¨¢culo para hacer frente a la crisis sanitaria. Adem¨¢s, como no hay culpables, los organismos tampoco se tienen que preocupar por ¡°dar una lecci¨®n¡± a los Gobiernos que se ¡°portaron mal¡±. El objetivo debe ser mitigar el impacto econ¨®mico y sanitario de la pandemia y proteger sobre todo a los m¨¢s pobres y vulnerables.
La regi¨®n como un todo ya se encontraba en una situaci¨®n precaria en cuanto a crecimiento econ¨®mico y estabilidad pol¨ªtica a¨²n antes de que la crisis del Covid-19 llegara a sus fronteras. El pron¨®stico de crecimiento publicado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en enero para todo 2020 era de apenas un 1,5% y desde entonces ha recortado su pron¨®stico a la mitad. Las revisiones a la baja probablemente continuar¨¢n en la medida en la que la econom¨ªa global siga contray¨¦ndose por la pandemia. Menor crecimiento, junto con deficientes sistemas de salud en casi todos los pa¨ªses de la regi¨®n, probablemente exacerben las tensiones sociales y pol¨ªticas ya existentes conforme el virus se propague.
De entrada, Am¨¦rica Latina ya est¨¢ enfrentando una serie de consecuencias de la pandemia que causan estrago en sus econom¨ªas: el rompimiento de cadenas globales de suministro en el sector manufacturero, que deja sin insumos a empresas locales; la ca¨ªda en la demanda de productos que exporta, tanto manufacturas como materias primas; la exacerbaci¨®n de la bajada en los precios de las materias primas como los granos, el petr¨®leo, el cobre y otros; el desplome del turismo; y, sobre todo, la r¨¢pida intensificaci¨®n de la aversi¨®n al riesgo en el mercado de capitales. Como en crisis anteriores, la b¨²squeda de destinos seguros para el ahorro y las inversiones (reales y de portafolio) crea una estampida de capitales de los mercados emergentes hacia el d¨®lar, el oro y los bonos del Tesoro de EE UU. La contrapartida en Latinoam¨¦rica es una menor inversi¨®n extranjera directa, salidas de capitales de portafolio, ca¨ªdas en el precio de las acciones y los bonos locales, y la depreciaci¨®n de las monedas. De la mano va al cierre de los mercados de financiamiento y refinanciamiento, incrementando las dificultades de negociaciones como las de Argentina, que requiere reestructurar 100.000 millones de d¨®lares de su deuda.
Aunque Covid-19 es un choque adverso principalmente externo, ¡ªcomo en Asia, Europa y EE UU¡ª sus efectos negativos sobre las econom¨ªas se ver¨¢n multiplicados por las medidas de aislamiento social requeridas para reducir la intensidad del contagio del coronavirus adem¨¢s de los cambios de comportamiento autoimpuestos con el mismo objetivo. Pa¨ªs tras pa¨ªs han introducido la suspensi¨®n de entrada de viajeros y cierre de escuelas, estadios deportivos, sitios de entretenimiento, etc. Estas medidas ocasionan una ca¨ªda del consumo y la inversi¨®n internas y por lo tanto en la actividad econ¨®mica y los ingresos de las personas. Una manera de eventualmente limitar este efecto es dar acceso masivo a la prueba que permita diagnosticar quien es portador del virus y as¨ª poder implementar pol¨ªticas de aislamiento focalizadas en lugar de tener que aplicarlas a toda la poblaci¨®n.
Es dif¨ªcil determinar cu¨¢n profundo y prolongado ser¨¢ el impacto econ¨®mico de Covid-19. ?Cu¨¢l es la capacidad que tienen los pa¨ªses para responder a estos choques adversos? La responsabilidad principal debiera recaer sobre la pol¨ªtica fiscal. El problema es que los pa¨ªses de la regi¨®n tienen poco o nulo margen de maniobra fiscal. Si la pandemia alcanza niveles cr¨ªticos en Am¨¦rica Latina (como lo hizo en Italia, Ir¨¢n o Corea del Sur), los sistemas de salud ser¨¢n avasallados y se agotar¨¢n los recursos fiscales para evitar una calamidad econ¨®mica y social. El FMI, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y otros deben tomar nota y hacer que sus apoyos financieros sean lo suficientemente generosos y, sobre todo, muy flexibles. No es momento de exigir condiciones. Estos apoyos deben de permitir que los gobiernos puedan llevar a cabo un nivel de gasto contrac¨ªclico y tambi¨¦n un gasto focalizado en sectores prioritarios como los servicios de salud y hacia los individuos m¨¢s vulnerables, tanto a la enfermedad como a sus consecuencias econ¨®micas. Entre los primeros se encuentran ¡ªsobre todo¡ª las personas de tercera edad. Y entre los segundos est¨¢n, adem¨¢s de este grupo, los que pierden empleo, los que requieren apoyo para el cuidado de sus hijos y enfermos para poder seguir trabajando y la poblaci¨®n pobre en lo general, especialmente los ni?os y j¨®venes.
Nora Lustig es Samuel Z. Stone Professor of Latin American Economics en la Tulane University e investigadora no residente de Brookings Institution, Center for Global Development y el Di¨¢logo Interamericano. (Twitter: @noralustig)
Jorge Mariscal es professor adjunto de la School of International and Public Affairs en la Universidad de Columbia.
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