Las nuevas din¨¢micas de las grandes ciudades
Los salarios medios en Madrid y Barcelona son un 30% mayores a los de Valencia o Sevilla
Seg¨²n las proyecciones realizadas hace 20 a?os por la ONU, al comienzo de la pr¨®xima d¨¦cada m¨¢s de dos tercios de la poblaci¨®n mundial vivir¨¢ en ciudades y un tercio lo har¨¢ en 1.400 grandes n¨²cleos urbanos repartidos por el mundo. En algunos pa¨ªses, esas cifras han sido superadas antes de la fecha prevista. En el caso de Espa?a, se ha producido un intenso movimiento hacia grandes ¨¢reas urbanas, que no solo ha afectado a las zonas rurales, cada vez m¨¢s despobladas, sino tambi¨¦n a un n¨²mero creciente de municipios de tama?o medio.
Las consecuencias sociales y econ¨®micas de este proceso son numerosas y complejas. Destacan, entre ellas, los costes medioambientales, como una poluci¨®n y un ruido crecientes, diversos problemas sanitarios, entre los que no son menores las enfermedades de salud mental, as¨ª como mayores niveles de segregaci¨®n y desigualdad. Por tanto, es razonable preguntarse cu¨¢les ser¨¢n los efectos del crecimiento de las grandes ciudades en t¨¦rminos de bienestar social y cu¨¢les son los m¨¢rgenes de los decisores p¨²blicos para establecer pol¨ªticas que promuevan una mayor calidad de vida en estas ¨¢reas. La gran cuesti¨®n es c¨®mo conseguir que se viva en las ciudades en mejores condiciones. Tal interrogante no solo afecta a arquitectos y planificadores urbanos, sino que apela tambi¨¦n a una mejor comprensi¨®n de los fundamentos econ¨®micos subyacentes y sus consecuencias.
La evidencia sobre la relaci¨®n entre el bienestar y el tama?o de la ciudad es limitada. Hay procesos que son simult¨¢neamente causa de la desigualdad de ingresos y consecuencia, a la vez, del desarrollo de la urbanizaci¨®n. Tal fue el caso de la industrializaci¨®n en los pa¨ªses avanzados, que inicialmente dio origen tanto a un ¨¦xodo masivo desde las zonas rurales a las ciudades como a notables aumentos de la desigualdad de ingresos. Algo parecido puede estar sucediendo hoy con la acumulaci¨®n espacial de las actividades m¨¢s intensivas en tecnolog¨ªa.
Algunas de las principales causas de la creciente concentraci¨®n de poblaci¨®n en las grandes zonas urbanas son la mayor productividad en ellas de empresas y trabajadores, el dinamismo del mercado de trabajo y la dotaci¨®n de servicios. Los procesos de aglomeraci¨®n tienen lugar cuando los trabajadores se trasladan a las ¨¢reas con mayor potencial de crecimiento econ¨®mico, propiciando el desarrollo de mercados m¨¢s amplios y una localizaci¨®n m¨¢s atractiva para las empresas. Su llegada puede estimular al alza las remuneraciones e incentivar nuevos desplazamientos de trabajadores hacia esos espacios.
En la mayor¨ªa de los pa¨ªses de renta alta existe lo que los anglosajones denominan city wage premium, una prima especialmente elevada para los trabajadores de mayor cualificaci¨®n y determinadas actividades, sobre todo los servicios financieros y los de mayor contenido tecnol¨®gico. La complementariedad entre el capital humano y la mayor dimensi¨®n de los mercados refuerza la generaci¨®n de las llamadas econom¨ªas de aglomeraci¨®n y da lugar a que en las grandes ciudades haya una mayor cantidad de trabajadores cualificados mejor pagados que en otros entornos.
Son precisamente las diferencias en la retribuci¨®n del trabajo, junto a la alta concentraci¨®n de la riqueza, las que explican en mayor porcentaje la desigualdad en las grandes ciudades, aunque seguimos sin tener un conocimiento preciso de por qu¨¦ algunos lugares remuneran mucho m¨¢s la cualificaci¨®n que otros. El problema se produce cuando esas diferencias son tan elevadas que amenazan la estabilidad social y la propia eficiencia econ¨®mica.
Los datos disponibles de las dos ¨²ltimas d¨¦cadas para los pa¨ªses de mayor renta muestran dos realidades bien definidas: la desigualdad es mayor en las grandes ciudades que en otras ¨¢reas y, adem¨¢s, su nivel es tambi¨¦n mayor ahora que a comienzos de siglo. Esos resultados se confirman, aunque con matices, en el caso de Espa?a. Los salarios medios en Madrid y, en menor medida, Barcelona, son m¨¢s de un 30% mayores que los de las dos siguientes ciudades m¨¢s pobladas, Valencia y Sevilla. Sin embargo, en v¨ªsperas de la pandemia, seg¨²n los datos de la Encuesta de Presupuestos Familiares, la desigualdad era significativamente mayor en la ciudad de Madrid que en el conjunto del pa¨ªs, mientras lo contrario suced¨ªa en el caso de Barcelona.
Es posible que la pandemia haya alterado este retrato, debido a algunas transformaciones importantes. No sabemos todav¨ªa, por ejemplo, si el teletrabajo se consolidar¨¢ como la opci¨®n preferente para un segmento no desde?able de trabajadores, lo que supondr¨ªa un cambio importante en la necesidad de trabajar en grandes ciudades para obtener salarios mayores, con una posible contenci¨®n de las citadas econom¨ªas de aglomeraci¨®n. M¨¢s gente trabajando en casa tambi¨¦n supondr¨ªa una menor demanda de muchos de los servicios que ofrecen las ciudades. Alternativamente, podr¨ªa darse el proceso contrario, y que una vez terminada la pandemia se retomara la tendencia de crecimiento de las grandes ¨¢reas urbanas.
El shock que hemos vivido es, en cualquier caso, una oportunidad para repensar las grandes ciudades y algunos de sus servicios b¨¢sicos, como el transporte, la educaci¨®n y la sanidad. La pandemia tambi¨¦n ha abierto otras perspectivas sobre las distintas posibilidades para mejorar la calidad medioambiental de estos n¨²cleos mediante nuevas inversiones verdes. Se aunar¨ªan as¨ª los dos grandes retos de lucha contra el cambio clim¨¢tico y lucha contra la desigualdad. Para afrontarlos deber¨ªa hacerse un uso eficiente de los nuevos fondos europeos para promover din¨¢micas m¨¢s inclusivas y sostenibles en las grandes ¨¢reas urbanas.
Luis Ayala es catedr¨¢tico de Econom¨ªa en la UNED.
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