Se?or Biden: su buena econom¨ªa no se vender¨¢ sola

Tras 13 meses de gobierno de Joe Biden, los dem¨®cratas se enfrentan a una preocupante paradoja. Muchos indicadores muestran que la econom¨ªa ha ido muy bien y ha superado con creces las expectativas en lo que a crecimiento y creaci¨®n de empleo se refiere. Una cantidad nunca vista de estadounidenses afirman que es un buen momento para encontrar un empleo de calidad. Pero la inflaci¨®n se ha disparado, el estado de ¨¢nimo de los consumidores se ha hundido, y las encuestas dicen que, actualmente, la percepci¨®n de la econom¨ªa es un gran lastre para el partido azul.

?Qu¨¦ deber¨ªa decir el presidente sobre esta situaci¨®n? Evidentemente, tiene que reconocer el problema de la inflaci¨®n. Sin embargo, entre los entendidos, y probablemente dentro de los c¨ªrculos internos dem¨®cratas, hay un debate acerca de hasta qu¨¦ punto debe dar publicidad a sus logros. Al parecer, algunos analistas creen que poner de relieve las buenas noticias ser¨ªa un error, y que la mejor estrategia del presidente ser¨ªa demostrar su conexi¨®n con la gente reconociendo que las cosas han ido mal. O sea, que deber¨ªa ratificar los relatos negativos sobre la econom¨ªa.

Pues bien, yo recuerdo la d¨¦cada de 1970, y si me piden mi opini¨®n, se dir¨ªa que los expertos que instan a Biden a mostrar ¡°humildad¡± est¨¢n insinuando que deber¨ªa pronunciar una versi¨®n del tristemente c¨¦lebre discurso del ¡°malestar¡± de Jimmy Carter.

Es m¨¢s, si Biden pone de relieve los aspectos positivos, la realidad estar¨¢ de su parte. Llevo tiempo sosteniendo que la econom¨ªa va mucho mejor de lo que indican las encuestas de consumo o los sondeos. Y dos importantes estudios recientes refuerzan mis argumentos.

El primero, realizado por investigadores del Banco de la Reserva Federal de Dallas, se refiere a los salarios reales, es decir, a los salarios ajustados a la inflaci¨®n. He visto que muchos art¨ªculos se limitan a afirmar como un hecho que los sueldos no han seguido el ritmo del alza de los precios. Pero, ?es verdad?

Uno podr¨ªa pensar que la pregunta es f¨¢cil de responder: basta con comparar el salario medio con el nivel de los precios. Pero la pandemia ha dado al traste con estas comparaciones al distorsionar la composici¨®n de la mano de obra. En 2020, el salario medio subi¨® mucho no porque los trabajadores individuales recibieran grandes aumentos, sino porque la gran mayor¨ªa de los despedidos ten¨ªan profesiones mal pagadas como la hosteler¨ªa. Esas mismas ocupaciones estuvieron a la cabeza de la recuperaci¨®n del empleo el a?o pasado, de manera que el verdadero aumento salarial fue mayor de lo que parece indicar la media.

El estudio del Banco de la Reserva Federal de Dallas, que intentaba corregir estos efectos, descubri¨® que los salarios reales hab¨ªan subido de hecho en 2021, a pesar de que cayeron ligeramente en la segunda mitad del a?o. Con esto no quiero decir que a los trabajadores les vaya de maravilla, porque no es as¨ª. Tampoco deber¨ªamos tomarnos este estudio como la ¨²ltima palabra; puede que la verdad sea que los salarios reales son un poco m¨¢s bajos en vez de un poco m¨¢s altos. Pero estos c¨¢lculos no concuerdan con las afirmaciones de que los trabajadores han sufrido un importante descenso de su poder adquisitivo.

Y en cuanto a la pol¨ªtica, parece que vale la pena hacer referencia a una comparaci¨®n hist¨®rica: los salarios reales de los obreros descendieron de manera casi constante durante la presidencia de Ronald Reagan a pesar de que, en 1985-1986, los precios del petr¨®leo se desplomaron. As¨ª y todo, los republicanos lograron no una, sino dos aplastantes victorias en las elecciones presidenciales de la d¨¦cada de 1980 en gran medida gracias a la sensaci¨®n de ¨¦xito econ¨®mico.

En todo caso, a la gente no le gusta la inflaci¨®n aunque sus ingresos se mantengan, quiz¨¢ porque el aumento de los precios produce la impresi¨®n de que las cosas est¨¢n fuera de control. Esto ayuda a explicar el descenso de la confianza de los consumidores el a?o pasado, aunque tanto Nate Cohn, de The Times, como yo hemos descubierto que esta ca¨ªda es mayor de lo esperable incluso teniendo en cuenta la aversi¨®n a la inflaci¨®n.

Pero hay m¨¢s. Los investigadores del Banco de la Reserva Federal de Nueva York se?alan que la encuesta de consumo de su banco, al igual que otras, muestra que los estadounidenses prev¨¦n que la inflaci¨®n ser¨¢ alta este a?o, pero no creen que vaya a durar. Es m¨¢s, las expectativas de inflaci¨®n se han vuelto menos sensibles al alza de los precios actuales que en el pasado, lo cual es lo opuesto de lo que se esperar¨ªa que ocurriese si la gente tuviera realmente la sensaci¨®n de que la econom¨ªa est¨¢ fuera de control.

Los estadounidenses, por lo tanto, no est¨¢n sufriendo un importante descenso de los salarios reales, y consideran que la inflaci¨®n es temporal y no un fen¨®meno desbocado. Entonces, ?por qu¨¦ las buenas noticias econ¨®micas en otros frentes no les han levantado el ¨¢nimo?

Tal vez porque, por una u otra raz¨®n, no se han enterado de ellas.

Muchos indicadores apuntan que hay una importante divergencia ente lo que la gente dice de su propia situaci¨®n ¡ªque califica de bastante buena¡ª y lo que opina del pa¨ªs en su conjunto. Una parte es el reflejo de un partidismo inamovible: nada va a convencer a los republicanos de que las cosas no son horribles. Pero, como se?ala Greg Sargent, de The Washington Post, los ¨²ltimos sondeos revelan que, cuando se proporciona informaci¨®n a los votantes sobre las buenas noticias en materia de empleo, crecimiento y paro, su valoraci¨®n de la econom¨ªa mejora.

De modo que Biden s¨ª que deber¨ªa hablar de sus ¨¦xitos econ¨®micos. No deber¨ªa pasar por alto lo negativo, aunque, tradicionalmente, negar la realidad les ha funcionado muy bien a los republicanos. Pero s¨ª deber¨ªa destacar las cosas buenas. Al fin y al cabo, si ¨¦l no lo hace, ?qui¨¦n va a hacerlo?

Paul Krugman es premio Nobel de Econom¨ªa. ? The New York Times, 2022. Traducci¨®n de News Clips