Las ¡®pata negra¡¯ de las aceitunas frenan la despoblaci¨®n en la sierra de M¨¢laga
Hasta 4.000 familias encuentran en la variedad alore?a un complemento a sus econom¨ªas
Tiene la piel porosa, hueso flotante y es tan fr¨¢gil que hay que recogerla a mano. Pesa apenas unos gramos, pero la aceituna alore?a ha conseguido sostener la econom¨ªa de una veintena de municipios del interior de la provincia de M¨¢laga. Son localidades peque?as, ubicadas en un ¨¢rea monta?osa y que han encontrado en este fruto un remedio contra la despoblaci¨®n. Hasta 4.000 familias de las comarcas del Guadalhorce y Sierra de las Nieves tienen como complemento a sus econom¨ªas un tesoro en forma de oliva, una de las dos que existen con denominaci¨®n de origen protegida de Espa?a. Genera una industria que mueve entre 5 y 10 millones de euros anuales y emplea a m¨¢s de 100 personas, a las que se deben sumar quienes cada oto?o orde?an los olivos con mimo y precisi¨®n para cuidar a la que en esta tierra consideran la pata negra de todas las aceitunas.
Hace 20 a?os que productores y Administraciones locales comenzaron juntos un largo camino que ten¨ªa como meta que esta aceituna de mesa, de la variedad manzanilla alore?a, obtuviera un reconocimiento a su singularidad y cualidades. Era igualmente una forma de revitalizar un producto que a principios de siglo se vend¨ªa en su inmensa mayor¨ªa a granel. El bajo rendimiento econ¨®mico hac¨ªa peligrar el futuro de muchos olivares, a un paso de ser abandonados, pero aquel movimiento surti¨® efecto y fue cruzando metas. La primera, en 2009, cuando la Junta de Andaluc¨ªa public¨® el reglamento de la denominaci¨®n de origen protegida (DOP) de esta aceituna. La segunda, dos a?os m¨¢s tarde, al quedar reflejada en el Bolet¨ªn Oficial del Estado (BOE). En 2012 superaron la definitiva cuando el texto fue incluido en el Diario Oficial de la Uni¨®n Europea (DOUE). El documento regula cuestiones como la recogida manual, el proceso artesanal para el ali?o o la zona de producci¨®n, que se extiende a lo largo de 17.800 hect¨¢reas de 19 municipios. A partir de entonces, el valor a?adido de la aceituna aument¨® y revitaliz¨® el olivar: ahora la demanda supera a la oferta.
Peque?os productores
Juan Miguel G¨®mez es uno de los productores. Posee 11 hect¨¢reas de olivos en un peque?o pueblo al oeste de la capital, Alozaina (2.051 habitantes). Sus tierras ser¨ªan en cualquier otro rinc¨®n de Andaluc¨ªa ¡°una ridicu?lez¡±, pero en esta localidad suponen una de las fincas de mayor extensi¨®n. La media ronda entre una y dos hect¨¢reas. ¡°La tierra est¨¢ muy repartida¡±, indica quien tambi¨¦n ejerce de secretario de la cooperativa Copusan, asentada en el mismo pueblo desde los a?os sesenta. Cuenta con 25 trabajadores y 850 socios, ¡°casi todos los vecinos¡±, dice G¨®mez.
Peque?os productores de Casarabonela, Tolox o ?lora tambi¨¦n llevan hasta sus instalaciones su producci¨®n. Los ¨²ltimos llevaron sus camiones a finales de octubre para sumar hasta 1.500 toneladas de aceitunas alore?as, m¨¢s de un tercio de la recogida global del fruto en la veintena de municipios, de 3.500 toneladas. Todas son recogidas a mano. Esta oliva es tan sensible que ante cualquier contacto con las ramas o golpe durante su traslado se da?a. El di¨¢metro del tronco de los olivos centenarios tampoco permite mecanizaci¨®n. ¡°Eso eleva mucho los costes del verdeo¡±, afirma G¨®mez. Hasta el triple respecto a otros olivares.
En 2021 se recogi¨® la mitad que el a?o anterior, cuando se superaron los siete millones de kilos. La ca¨ªda se debe, en buena parte, a la falta de lluvia. De primavera a oto?o solo cayeron en la zona poco m¨¢s de 40 litros por metro cuadrado ¡ªtodo en septiembre¡ª y la producci¨®n se resinti¨®. Pero la principal raz¨®n es que el olivo de la manzanilla alore?a es vecero. Es decir, que alterna un a?o con mucho fruto y otro con poco. La oscilaci¨®n genera problemas en el mercado, imposibilitando satisfacer toda la demanda. ¡°Creas una red de clientes un a?o y al siguiente no puede surtirles. Sufrimos esa inestabilidad¡±, reflexiona Antonia Bravo, quien lidera junto a sus tres hermanas la empresa familiar Aceitunas Bravo, cuya plantilla alcanza las 30 personas. Como el resto del sector, su principal comprador es nacional, especialmente el canal horeca (hoteles, restaurantes y cafeter¨ªas), aunque tambi¨¦n supermercados y grandes superficies como Mercadona, Carrefour, Lidl o El Corte Ingl¨¦s. Recientemente, otros pa¨ªses han incrementado su demanda. ¡°La piden cada vez m¨¢s: de Canad¨¢ a Rep¨²blica Dominicana, Francia, Alemania o Reino Unido¡±, cuenta Bravo.
El impulso a la DOP y el reconocimiento de la alore?a han permitido que el pu?ado de empresas de la zona que ali?an ¡ª?con ajo, tomillo, hinojo y pimiento¡ª y comercializan la aceituna alore?a sepan que vender¨¢n toda su producci¨®n cada a?o. El trabajo de todas ellas est¨¢ auditado por un consejo regulador que vigila calibres, calidades y que se cumplen todos los est¨¢ndares exigidos. Tambi¨¦n fomenta la formaci¨®n, la promoci¨®n ¡ª?orientada a incluir el producto en las cocinas de los restaurantes de alta gama¡ª y la investigaci¨®n. Una de ellas ha permitido demostrar que estos olivos est¨¢n especialmente adaptados al suelo, altitud y clima de estas dos comarcas malague?as. ¡°Cuando se planta en otras zonas, las caracter¨ªsticas de la aceituna cambian¡±, sostiene Margarita Jim¨¦nez, presidenta del consejo, que dice que esa es la raz¨®n por la que la alore?a solo se d¨¦ en estas dos comarcas. Se muestra optimista ante la situaci¨®n de un producto que ha cambiado el presente y, quiz¨¢, el futuro de buena parte de la poblaci¨®n de una veintena de peque?os municipios.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.