Nicol¨¢s Grau, ministro de Econom¨ªa de Chile: ¡°Para pagar los derechos sociales hay que elevar la productividad¡±
El Gobierno que dirige Gabriel Boric acaba de subir un 14,3% el salario m¨ªnimo: ¡°No es solo una cuesti¨®n de distribuir recursos, tambi¨¦n tiene que ver con el valor del trabajo¡±
El Gobierno de Chile promulg¨® la semana pasada la ley que aumenta el sueldo m¨ªnimo del pa¨ªs en un 14,3%, una subida que su ministro de Econom¨ªa, Nicol¨¢s Grau, defiende como ¡°la mayor en t¨¦rminos reales de los ¨²ltimos 25 a?os¡±. Pero tan importante como el porcentaje son los detalles de una medida que, seg¨²n Grau, resume el esp¨ªritu de la pol¨ªtica econ¨®mica en el nuevo Gobierno de Gabriel Boric: las pymes que no puedan enfrentar la subida recibir¨¢n una subvenci¨®n estatal con el doble objetivo de reducir la desigualdad (con las grandes empresas) y aumentar la productividad. De crecer a tasas anuales superiores al 4% a mediados de los noventa, la productividad en Chile se ha estancado en los ¨²ltimos 15 a?os y en algunos casos ha llegado a retroceder. Digitalizar las pymes, mejorar sus condiciones financieras y darles prioridad en los tratos con la Administraci¨®n son otras herramientas que el ministerio de Grau piensa desplegar.
Pero la que probablemente sea su medida estrella es la reorientaci¨®n general de la econom¨ªa hacia ¡°las oportunidades¡± de dinamismo que genera la lucha contra el cambio clim¨¢tico, como dijo el propio Grau a EL PA?S durante una entrevista por videoconferencia el pasado martes. ¡°Chile, como el resto del mundo, tiene que hacer un esfuerzo importante para moverse hacia una econom¨ªa verde, pero nosotros tenemos particularidades que nos permiten abordar la crisis clim¨¢tica al mismo tiempo que avanzamos en una soluci¨®n a nuestro problema de productividad¡±, dice.
Algunas de esas particularidades son compartidas por otros pa¨ªses de la regi¨®n, como la abundancia de viento y sol con un Estado que acompa?e a los proveedores nacionales para hacerlos crecer. Pero la condici¨®n verdaderamente espec¨ªfica de Chile es una econom¨ªa cuyas principales empresas ya est¨¢n alineadas con la transici¨®n ecol¨®gica: las grandes mineras obtienen materiales como el cobre y el litio, imprescindibles en la electrificaci¨®n y en la fabricaci¨®n de bater¨ªas. Como dice Grau, Chile puede distinguirse porque ¡°en otros pa¨ªses las producciones principales son incompatibles con el objetivo de llegar a la neutralidad en [emisiones] de carbono¡±.
La pregunta obligada es c¨®mo se financia esa reorientaci¨®n tras una pandemia que elev¨® el d¨¦ficit fiscal de 2021 hasta un 7,6% del PIB y en un contexto inflacionario global donde los capitales huyen hacia un d¨®lar que vuelve a ofrecer tipos atractivos. Parte de la respuesta es la creaci¨®n de un banco de desarrollo nacional. Aunque no se espera que comience con muchos fondos, Grau conf¨ªa en que funcione como una se?al para que los inversores privados coordinen luego sus esfuerzos. El problema es que la exportaci¨®n de hidr¨®geno verde o las mejoras en la productividad no son cosas que se consigan en el corto plazo y Boric fue elegido presidente tras las protestas sociales de 2019 y 2020, cuando los chilenos salieron a las calles exigiendo mejor educaci¨®n, pensiones y salud, entre otras reclamaciones de dif¨ªcil financiaci¨®n.
¡°Desarrollar una pol¨ªtica industrial moderna lleva tiempo, y eso es lo que tiene que suceder para revertir 15 a?os de estancamiento en la productividad¡±, dice Grau. ¡°Pero tambi¨¦n estamos desarrollando un conjunto de pol¨ªticas para los problemas de corto plazo, con el aumento del salario m¨ªnimo como el ejemplo m¨¢s claro, o las condiciones estructurales que estamos generando para las empresas de menor tama?o, como favorecerlas en las compras p¨²blicas y obligar a las empresas grandes a que les paguen a tiempo¡±. Sin mayor¨ªa en ninguna de las c¨¢maras legislativas, el Gobierno logr¨® la subida del salario m¨ªnimo con un proceso que Grau describe como de mucho di¨¢logo, en el que tambi¨¦n participaron la principal central sindical del pa¨ªs y la patronal de las peque?as y medianas empresas. Seg¨²n ¨¦l, el consenso se logr¨® cuando acordaron la introducci¨®n de los subsidios para las pymes. ¡°Uno de los principales argumentos para no subirlo era que las empresas de menor tama?o no lo iban a poder pagar¡±, dice.
El Gobierno anterior, explica Grau, subsidiaba a los ciudadanos de salarios bajos otorg¨¢ndoles un ingreso m¨ªnimo garantizado. Una medida que parece equivalente, pero no es igual. No solo porque termina convirti¨¦ndose en un subsidio indirecto a las empresas de mayor tama?o, sino por ¡°la dignidad del trabajo¡±. ¡°El salario m¨ªnimo no es solo un tema de distribuir recursos, tambi¨¦n tiene que ver con el valor del trabajo¡±.
Impuesto a la riqueza
Es posible que la aprobaci¨®n de la reforma impositiva que su Gobierno piensa acometer no sea tan sencilla de lograr. Entre otras medidas, el plan contempla una estructura fiscal menos regresiva donde se introduzca un impuesto a la riqueza (equivalente al impuesto al patrimonio espa?ol), se eliminen exenciones tributarias y se aumenten los royalties a los grandes proyectos mineros.
Grau no lo ve tan dif¨ªcil. ¡°Hay sectores amplios de la poblaci¨®n, incluyendo personas del mundo del centro-derecha, que entienden que Chile necesita hacer una expansi¨®n de derechos sociales y que esa expansi¨®n tiene que ser financiada de manera sostenible¡±, dice. ¡°Eso requiere crecimiento y productividad, que es la parte que a nosotros nos toca en Econom¨ªa, pero tambi¨¦n requiere un Estado que recaude m¨¢s¡±. Los datos confirman la escasa presi¨®n tributaria del Estado chileno, con impuestos que representan en torno al 21% del PIB (frente al 27% de Argentina o al 35% de Espa?a). Boric aspira a convertir a Chile en algo m¨¢s parecido a Alemania que a Venezuela, seg¨²n la revista The Economist en referencia a los planes del nuevo Gobierno de aumentar impuestos, desarrollar la industria y favorecer las inversiones verdes. ¡°Es dudoso que algo as¨ª pueda darse r¨¢pidamente en Chile¡±, se respondi¨® a s¨ª mismo el semanario brit¨¢nico.
¡°Los Estados de bienestar europeos se constituyeron tras la II Guerra Mundial, cuando su PIB per capita era m¨¢s bajo que el de Chile¡±, dice. ¡°Nosotros creemos que hay que aumentar la productividad al mismo tiempo que se recauda m¨¢s para financiar esos derechos sociales. Adem¨¢s, estas cosas se retroalimentan. Para una econom¨ªa no es irrelevante que la poblaci¨®n tenga un buen sistema de salud y de educaci¨®n, o que exista un buen sistema de cuidado que permita que tanto las mujeres como los hombres puedan trabajar formalmente¡±, concluye.
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