El oto?o diab¨®lico italiano: crisis energ¨¦tica, deuda y ultraderecha
Giorgia Meloni, l¨ªder del partido Hermanos de Italia, es la favorita a ser primera ministra de un pa¨ªs lastrado por el alza de tipos de inter¨¦s y la dependencia del gas ruso
El ruido se apoderar¨¢ de la escena pol¨ªtica italiana despu¨¦s del 25 de septiembre, cuando se celebrar¨¢n las pr¨®ximas elecciones. Dos partidos de corte ultraderechista, como La Liga y Hermanos de Italia, llegar¨¢n con toda probabilidad al Palacio Chigi. El barniz de la moderaci¨®n lo aportar¨¢ la Forza Italia de Silvio Berlusconi, filial del Partido Popular Europeo en Italia. Una formaci¨®n en descomposici¨®n que aspira solo a mantener una cuota de poder a cambio de normalizar una situaci¨®n ins¨®lita: Italia, tercera econom¨ªa de la zona euro, ser¨¢ el primer gran pa¨ªs europeo con un Ejecutivo de extrema derecha. El escenario econ¨®mico, sin embargo, con una recesi¨®n a la vuelta de la esquina y una inflaci¨®n desbocada, no dejar¨¢ margen para las estridencias populistas. Los fondos europeos son ahora demasiado necesarios como para generar conflictos con Bruselas. Entrar¨¢n en el palacio, en suma, pero no podr¨¢n tocar la cuberter¨ªa de plata.
Italia se encamina hacia una tormenta perfecta el pr¨®ximo oto?o. El Gobierno de Mario Draghi, el tercero de una legislatura que comenz¨® con una clara victoria del Movimiento 5 Estrellas en las urnas (el 33% de los votos), hab¨ªa abierto un periodo de estabilidad y crecimiento en las finanzas italianas. Pero su ca¨ªda inesperada el pasado julio, sumada a la crisis energ¨¦tica que castiga al pa¨ªs y a las elecciones, han liquidado de golpe ese optimista estado de ¨¢nimo. Giorgia Meloni, l¨ªder de un partido nacido de los rescoldos del posfascista Movimiento Social Italiano, es la favorita para convertirse en la primera mujer que llega a Palacio Chigi en la historia de la Rep¨²blica. Pero la senda de crecimiento liderada por el expresidente del BCE puede ahora verse minada por un contexto adverso y el ascenso de un partido sin clase dirigente y una l¨ªder alineada con las tesis del grupo de Visegrado sobre Europa.
La alegr¨ªa en las filas de Hermanos de Italia se mezcla hoy con un sentimiento de preocupaci¨®n creciente por el momento que deber¨¢n afrontar si el presidente de la Rep¨²blica, Sergio Mattarella, encarga la formaci¨®n de gobierno a la coalici¨®n. ¡°Sabemos que ser¨¢ muy complicado. Pero tenemos claro lo que hay que hacer¡±, se?ala un dirigente de la formaci¨®n, que reconoce la buena sinton¨ªa que existe con Draghi y el actual Ejecutivo para que, llegado el caso, haya una transici¨®n suave. Varios factores hacen pensar que el nuevo Gobierno tendr¨¢ poco espacio para aplicar alguna de las medidas econ¨®micas de su borroso programa electoral. El plan, apuntan todas las fuentes consultadas, consistir¨¢ en no romper nada, trazar una cierta continuidad con el trabajo realizado hasta ahora por el ministro de Econom¨ªa, Daniele Franco, y agilizar el cobro restante de los fondos europeos del Plan de Recuperaci¨®n.
Dependiente del gas ruso
La crisis energ¨¦tica marca a fuego la agenda de los partidos en la campa?a y el pulso de la econom¨ªa italiana, el pa¨ªs europeo m¨¢s dependiente despu¨¦s de Alemania del gas ruso (el a?o pasado supon¨ªa un 40% del consumo). Draghi comenz¨® un proceso de acercamiento a Argelia que dio enormes frutos, logrando un compromiso para aumentar el suministro actual (30%) hasta cuotas mayoritarias. Una negociaci¨®n favorecida de forma clara por el conflicto abierto entre Argel y Madrid a prop¨®sito de la independencia del S¨¢hara Occidental y el reciente apoyo espa?ol al plan autonomista de Marruecos para esa regi¨®n como la soluci¨®n ¡°m¨¢s seria, realista y cre¨ªble¡±. Adem¨¢s, el Ejecutivo en funciones se dispone ahora a inyectar el tercer paquete de ayudas contra el encarecimiento de la energ¨ªa: otros 13.000 millones de euros. Con esta medida, ser¨¢n ya 50.000 millones invertidos, una suma solo superada en Europa por Alemania, seg¨²n el think tank Bruegel.
El escenario que se abre en oto?o, con una inflaci¨®n del 8,7% y una amenaza de desindustrializaci¨®n en el norte si no se resuelve el problema de la energ¨ªa, no permitir¨¢ grandes experimentos. Se buscar¨¢n recursos alternativos. La lucha a la evasi¨®n fiscal puede ser ¨²til (Italia la estima en unos 90.000 millones de euros anuales). Pero faltan coberturas para casi todas las propuestas de la derecha. Lucrezia Reichlin, reputada economista y profesora de la London Business School, cree que el panorama es ¡°bastante desastroso, prescindiendo, incluso, de las elecciones¡±. ¡°La raz¨®n es la crisis energ¨¦tica y lo que comportar¨¢ para familias y empresas. Las noticias no son buenas, todo apunta a que habr¨¢ una ampliaci¨®n del conflicto m¨¢s que una soluci¨®n. E Italia tendr¨¢ que estar preparada para poner en marcha pol¨ªticas que hagan frente al problema, porque se trata de un pa¨ªs particularmente dependiente del gas ruso¡±.
La situaci¨®n, sin embargo, no encuentra grandes soluciones en el programa de la coalici¨®n de derechas, que aspira incluso a obtener dos tercios de los esca?os: la llave de oro para reformar la Constituci¨®n. Reichlin insiste en que ¡°hay instrumentos para afrontar esta crisis, pero hay que acelerar el ahorro energ¨¦tico¡±. Existe, dice, gran confusi¨®n en todo el espectro pol¨ªtico. ¡°Se ha negado la urgencia del cambio clim¨¢tico y no solo la derecha, sino tambi¨¦n los representantes del llamado Tercer Polo [Matteo Renzi y Carlo Calenda], con un discurso industrialista; como si esto no estuviera ligado a las renovables¡±. La economista sostiene que ¡°en la izquierda son m¨¢s ambientalistas y sensibles, pero no particularmente concretos¡±. Y a?ade: ¡°El tema pol¨ªtico ser¨¢ entender c¨®mo se sit¨²a Italia respecto al asunto de la energ¨ªa y la transici¨®n verde: dos temas ¨ªntimamente ligados. La coalici¨®n que ganar¨¢ las elecciones no es particularmente sensible a este problema, considera el Green Deal una p¨¦rdida de tiempo y busca renegociar los proyectos para recibir los fondos europeos del Plan de Recuperaci¨®n¡±.
Italia es el mayor receptor de dichas ayudas, con casi 200.000 millones de euros entre capital a fondo perdido y pr¨¦stamos. Los objetivos para el segundo cobro, de unos 23.000 millones, ya se han cumplido. El problema es que todo el paquete estaba condicionado a la ejecuci¨®n de una serie de reformas que el Ejecutivo de Draghi ¡ªtodav¨ªa el pol¨ªtico mejor valorado en las encuestas¡ª hab¨ªa comenzado: administraci¨®n p¨²blica, competencia, sistema fiscal y justicia. Un dise?o ya realizado que ahora quedar¨¢ comprometido con la presumible llegada al poder de una coalici¨®n cuyos dos partidos principales (Hermanos de Italia y La Liga) votan en Bruselas alineados con los dos polos extremistas del Parlamento.
Lorenzo Codogno, economista y ex secretario del Tesoro italiano, cree que dichas reformas generan ahora ¡°dudas¡±. Y apunta: ¡°El problema es Matteo Salvini. Puede ser muy vol¨¢til y tener ideas que perjudiquen a operadores que invierten en deuda. Meloni hasta ahora se ha comportado de forma muy responsable para aparecer como un partido mainstream de derecha, parecido a lo que hay en el Reino Unido. No creo que inmediatamente haya consecuencias significativas. Ella busca una imagen ahora de responsabilidad e intentar¨¢ no incomodar a los mercados financieros. Ser¨¢n pragm¨¢ticos con el programa de los fondos europeos. Es tanto dinero que ning¨²n gobierno est¨¢ tan loco para renunciar a ello¡±.
El crecimiento estimado para Italia en 2022 sigue siendo positivo: las previsiones para el PIB de este a?o han ca¨ªdo al 2,4%, seg¨²n la Comisi¨®n Europea, frente al 4,1% calculado anteriormente. En junio, los analistas del Banco de Italia preve¨ªan un crecimiento del 2,6%, frente al 3,8% de inicios de a?o. El ¨²ltimo trimestre de 2022 podr¨ªa llegar a ser negativo y se teme que la desaceleraci¨®n en el arranque de 2023 pueda desembocar en una recesi¨®n. La debilidad de Italia, sin embargo, se expresa m¨¢s n¨ªtidamente en su alto endeudamiento (159% del PIB), uno de los m¨¢s voluminosos del mundo (solo por detr¨¢s de Jap¨®n, Sud¨¢n, Grecia, Eritrea y Cabo Verde). La prima de riesgo se mantiene relativamente estable desde la dimisi¨®n de Draghi (231 puntos) aunque es la segunda m¨¢s elevada de la zona euro.
Pero en la memoria de todos los italianos escuecen todav¨ªa los ¨²ltimos 10 a?os del Gobierno de Silvio Berlusconi. En ese tiempo, el pa¨ªs redujo su renta per c¨¢pita en un 3,1%, seg¨²n el FMI (el peor dato de la UE en ese decenio). El consumo cay¨® un 8% y el gasto alimentario un 36%. Subi¨® la presi¨®n fiscal 1,6 puntos, pero disminuy¨® un 10,7% el gasto en educaci¨®n o un 30% el de la cultura, mientras crec¨ªa un 35% el de defensa. La prima de riesgo ¡ªy una Troika a la que agot¨® la paciencia¡ª derrib¨® finalmente su obra en oto?o de 2011, cuando alcanz¨® su m¨¢ximo hist¨®rico: 574 puntos.
Las pensiones, un hueso
El d¨¦ficit para hacer frente a la crisis energ¨¦tica es ya uno de los caballos de batalla de la campa?a electoral. Pero Giorgia Meloni tambi¨¦n se ha alineado con la negativa de generar m¨¢s deuda del expresidente del BCE y ha dejado solo a Salvini en este frente. La primera prueba de fuego que deber¨¢ afrontar el nuevo Ejecutivo, adem¨¢s, es la reforma del sistema de pensiones, que expira a finales de a?o y se articular¨¢ en la pr¨®xima ley de presupuestos. Si no hay acuerdo, se volver¨¢ a la ley Fornero, que retrasa la jubilaci¨®n a los 67 a?os. Mario Seminerio, economista y analista del blog Phastidio, cree que una de las derivadas de esta situaci¨®n ser¨¢ el malestar social. ¡°Tenemos una debilidad fiscal que no nos permite pagar subsidios para hacer frente a este panorama, como piden los ciudadanos. Un gran deudor como Italia tiene m¨¢s riesgo al incurrir en d¨¦ficit. Y el problema ser¨¢ una situaci¨®n social complicada, porque somos m¨¢s fr¨¢giles y la calle pide responder con unos subsidios que el pa¨ªs no puede permitirse. La gente cree que el d¨¦ficit y la deuda lo resuelven todo, incluso si faltan productos como el gas¡±.
Los sindicatos est¨¢n muy atentos a la situaci¨®n y la CGIL, la agrupaci¨®n mayoritaria, ha convocado una manifestaci¨®n para octubre. Una fecha elegida para desvincular el malestar social del signo pol¨ªtico que pueda tener el siguiente Ejecutivo. Maurizio Landini, su secretario general, cree que la situaci¨®n ¡°es ya insostenible¡±. ¡°Con los costes de la energ¨ªa, la inflaci¨®n y los consiguientes aumentos de la factura de la electricidad y del carro de la compra, la gente, empezando por los trabajadores y los pensionistas, no logra llegar a final de mes. Estamos ante una situaci¨®n que puede explotar en el plano social, as¨ª que pedimos al Gobierno que intervenga de forma urgente porque no podemos esperar a las elecciones o a la formaci¨®n del nuevo Ejecutivo¡±.
La CGIL, que ha pedido que se usen los beneficios extraordinarios de empresas el¨¦ctricas, bancos o farmac¨¦uticas para hacer frente a la crisis, teme que el pa¨ªs avanza hacia una ola de expedientes de regulaci¨®n de empleo temporales. Especialmente en los sectores m¨¢s dependientes de la energ¨ªa. ¡°Hay un riesgo de desindustrializaci¨®n. Producciones como el acero o la cer¨¢mica necesitan mucha energ¨ªa y, sobre todo, gas. Si escasea o es muy caro, empezar¨¢n a cerrar muchas plantas. Ya muchas de esas empresas han reducido la producci¨®n porque si no, lo har¨ªan en p¨¦rdidas¡±, apunta Codogno.
F¨¢bricas paradas
Esta semana, una de las principales acerer¨ªas del pa¨ªs en Catania (Sicilia) ha parado su producci¨®n y ha mandado a 500 trabajadores a casa. En el norte, los empresarios claman por una soluci¨®n r¨¢pida que ponga techo al precio de la energ¨ªa. Alessandro Spada, presidente de la secci¨®n de Lombard¨ªa de Confindustria (Mil¨¢n, Pavia, Lodi y Brianza), la patronal de empresarios, cree que la situaci¨®n ¡°es de extrema dificultad¡± y, al tel¨¦fono, pone varios ejemplos del impacto de esta crisis: ¡°Un fabricante de contenedores alimentarios de pl¨¢stico ha pasado de pagar anualmente una factura de 170.000 euros a una de 900.000. As¨ª es imposible gestionar y programar. Y nos arriesgamos a perder muchos puestos de trabajo¡±.
La inc¨®moda situaci¨®n ha moderado mucho los tonos de la potencial primera ministra Meloni. Preocupa esa posible desindustrializaci¨®n, especialmente en el norte del pa¨ªs, donde los datos del paro no han mejorado despu¨¦s de la pandemia como en el resto de Italia (la cifra global es del 7,9%). Una tendencia parecida a las de la producci¨®n manufacturera, que ha ca¨ªdo de nuevo en agosto y se sit¨²a en el nivel m¨¢s bajo desde el inicio de la pandemia. ¡°Si Rusia cierra el grifo del gas, apaga tambi¨¦n una quinta parte de nuestra industria¡±, se?al¨® esta semana Carlo Bonomi, presidente de Confindustria. Una advertencia acompa?ada de la recurrente petici¨®n de reducir la cu?a fiscal en el trabajo. ¡°Se puede y se debe hacer ma?ana mismo. As¨ª se meter¨ªan 1.200 euros m¨¢s en los bolsillos de los trabajadores que ganan hasta 35.000 euros anuales¡±. Una medida que hasta ahora solo contempla el Partido Democr¨¢tico.
La derecha, impulsada por La Liga, ha decidido apostar por la llamada flat tax: un tipo ¨²nico del 15% del IRPF. Una medida sin coberturas y con apenas implantaci¨®n en pa¨ªses desarrollados. ¡°No es viable¡±, zanja Seminerio. ¡°Es solo un juego de ilusionismo electoral porque resultar¨ªa extremadamente cara y no existe posible cobertura visto el contexto actual. Pero estas propuestas absurdas vuelven en cada elecci¨®n y hay gente dispuesta a creerlo. No sabemos si en enero podremos calentarnos, de modo que hablar ahora de flat tax es rid¨ªculo¡±.
Reichlin coincide en descartar dicha medida. ¡°La simplificaci¨®n fiscal es una buena idea, pero la que propone La Liga es fantas¨ªa. Solo se ha aplicado en pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo. En Italia no se puede hacer porque no aporta suficiente dinero al erario p¨²blico y porque es un impuesto injusto que violar¨ªa la Constituci¨®n. Draghi tambi¨¦n lleg¨® al Gobierno queriendo reformar el sistema fiscal a trav¨¦s de la cu?a fiscal. Y no lo ha conseguido porque hay razones estructurales que lo impiden¡±.
Italia, un pa¨ªs que ha tenido 67 gobiernos en 76 a?os, est¨¢ articulado todav¨ªa alrededor de aquella m¨¢xima gatopardiana sobre las virtudes inesperadas del cambio. Las crisis c¨ªclicas en las que vive instalada la Rep¨²blica no impiden, en suma, que en la mayor¨ªa de casos todo siga siempre igual. Y esa, al menos en la pol¨ªtica econ¨®mica que llegar¨¢ el 25 de septiembre, es ahora la esperanza de la mayor¨ªa de protagonistas de la partida que se jugar¨¢ en oto?o tras la absurda y lesiva ca¨ªda de Draghi el pasado julio.
El caf¨¦ para todos de la ultraderecha
Es 25 de agosto y falta un día para que arranque la campaña electoral en Italia. Un periodista del canal La7 le pregunta a Matteo Salvini si su propuesta económica estrella, el flat tax, no es completamente insostenible, como afirma el economista jefe de Moody’s. En directo, el político comienza a reírse. “Lo que no sabe el economista es que el flat tax está en vigor y es un impuesto progresivo que ya pagan dos millones de autónomos”, dice rápidamente. Pero la progresividad que enarbola el líder de La Liga no es precisamente uno de los puntos fuertes de los sistemas tributarios basados en los llamados impuestos lineales que utilizan unas 40 naciones en el mundo, desde Arabia Saudí hasta Bolivia, Kazajistán, Bielorrusia o las islas Seychelles. Ningún gran país de Europa está en la lista.
Ese café para todos se basa en establecer un tipo único, explica Rubén Gimeno, director del servicio de estudios del Registro de Economistas y Asesores Fiscales del Colegio de Economistas, pero se antoja “complicado de aplicar”. “En España, por ejemplo, lo propuso Jordi Sevilla desde el PSOE a principios de la década pasada y no cuajó. La Constitución nos dice que el sistema tributario tiene que ser progresivo”. Gregorio Izquierdo, director de estudios económicos del IEE, lo ve más factible cuando se introducen mínimos exentos bajo los cuales se libera del pago de impuestos a las rentas más bajas. “Hay una tendencia universal a reducir los tipos marginales máximos y el número de tramos. El tipo único del que se habla en Italia sería el extremo de esa tendencia”.
El debate sobre los sistemas fiscales inteligentes, que se adapten al creciente poder de los ciudadanos para mover su capital (en especial los más acaudalados) y eludir al fisco está sobre la mesa. La ultraderecha italiana lo presenta de forma sencilla: se aplicaría un tipo del 15% para todas las rentas inferiores a 70.000 euros en los hogares con dos sueldos y de 55.000 cuando hay solo una fuente de ingresos. Pero todo dependería de su diseño: si el objetivo es no perjudicar a ningún contribuyente, tendría un coste inasumible —Moody’s habla de 40.000 o 50.000 millones de euros—. Y, si fuese completamente lineal, dejaría de ser un elemento de redistribución de rentas (que hace que las personas de mayores ingresos paguen proporcionalmente más impuestos), lo que añadiría desigualdad en un país ya dividido por la brecha norte-sur. Pero Matteo Salvini, con su estilo habitual, tiene respuesta para todo. Los ciudadanos ricos, según él, seguirían pagando lo mismo que ahora.
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