?Su jefe tambi¨¦n practica el ¡°yo, mi, me, conmigo¡±? As¨ª son los ¡®directivos Juan Palomo¡¯

Una deficiente comunicaci¨®n interna en las organizaciones frustra y se carga el talento, lacra su credibilidad y pone en riesgo sus objetivos. Lo hemos visto estos d¨ªas. La desconexi¨®n de la primera ministra brit¨¢nica, Liz Truss, a ra¨ªz del fiasco de su plan fiscal con el partido que la llev¨® al poder ha forzado su dimisi¨®n para intentar salvar la continuidad de los tories en Downing Street. Casos como este suceden a diario en empresas que no trabajan la escucha y la confianza de unos trabajadores que piden colaborar en el plan estrat¨¦gico. Algo que ya no se pueden permitir. Tras la pandemia, la invasi¨®n de Ucrania y su impacto en los mercados, el 76% de los empleados demanda mayor compromiso, seg¨²n el estudio Expectativas laborales de empleados y empresas 2022, elaborado por Edenred y BTS.

Un caso reciente es la denuncia de algunos trabajadores de Decathlon por unos horarios que dificultan la conciliaci¨®n. ¡°Es normal que las empresas est¨¦n focalizadas en su negocio, pero han de escuchar las necesidades, inquietudes y miedos de sus empleados porque no atender sus demandas provoca desconfianza, falta de compromiso y, al final, fuga de ese talento¡±, dice Joan Cueva, profesor de Estrategia y Comunicaci¨®n de la Universidad Ram¨®n Llull.

Tambi¨¦n, el grupo hospitalario Salud Viamed ha cerrado la capilla de uno de sus hospitales en Madrid y sus empleados no saben dar raz¨®n a los clientes que demandan su uso. Su director de comunicaci¨®n, Jes¨²s Alloza, reconoce ¡°un fallo de comunicaci¨®n interna y en cascada¡±, y aclara: ¡°Se ha desacralizado para acometer una reforma en las instalaciones¡±. Esta brecha, la del empleado que pide ser informado y una direcci¨®n que no lo hace porque no est¨¢ en su estrategia ¡°aboca a su desvinculaci¨®n¡±, seg¨²n un estudio del Workforce Institute UKG. Elaborada en 11 pa¨ªses, la encuesta cifra en el 86% los empleados que opinan que sus empresas no los escuchan y el 63% los que consideran que sus jefes ignoran sus aportaciones. ¡°Hay muchas empresas que quieren lo mejor para sus empleados pero no trabajan sus relaciones de confianza¡±, apunta Yago de la Cierva, profesor de Comunicaci¨®n Corporativa de IESE.

Cambio incipiente

La crisis sanitaria y el teletrabajo han iniciado un ¡°incipiente¡± cambio, seg¨²n Carlos Merino, profesor de Organizaci¨®n de Empresas de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, pero a¨²n son muchos los trabajadores que se enteran de lo que ocurre en sus empresas por los medios de comunicaci¨®n. ¡°Las plataformas han facilitado una comunicaci¨®n real entre directivos y empleados para organizar el trabajo. Ahora toca incorporar esa din¨¢mica en hacer m¨¢s participativo el dise?o de la estrategia¡±, a?ade. Algo que tienen claro las firmas cotizadas, obligadas por sus accionistas, los fondos de inversi¨®n y la presi¨®n reguladora a una mayor transparencia hacia su plantilla. Tambi¨¦n por unos directores de comunicaci¨®n que empiezan a sentarse en los consejos de administraci¨®n.

Un camino apenas explorado por no cotizadas y pymes ¡°porque no existe esta obligaci¨®n¡±, mantiene De la Cierva. El profesor exhorta a las grandes empresas a presentar el plan estrat¨¦gico desde la preparaci¨®n para responder a las preguntas de los empleados ¡°porque aquello del apoyo incondicional se acab¨®¡±. Y a las medianas y peque?as a ¡°crear equipos de cambio con directivos y empleados e iniciar procesos de escucha que generen confianza, hermanen en el prop¨®sito y faciliten una visi¨®n a largo plazo¡±. Es en lo que trabaja Granola Kobber, con 300 empleados, cuya estrategia hasta ahora se elaboraba contando solo con un grupo muy reducido.

¡°Nos pidieron asesoramiento para involucrar en el dise?o de su estrategia a toda la capa directiva y mandos medios¡±, narra el director de la consultora Mapa de Talentos, Hugo Nisembaum. ¡°Desde la pandemia las empresas se est¨¢n dando cuenta de que el talento no es un tema de organigrama y deben dar voz a los que pueden contribuir de manera diferente¡±. Y es que el hecho de que no se cuente con su experiencia ni se escuche a los empleados, que conocen de primera mano el funcionamiento de sus departamentos, es el aspecto que m¨¢s envenena en las organizaciones (62%), seg¨²n la encuesta sobre ¡°toxinas laborales¡± realizada por el Centro de Estudios Financieros (CEF).

El error de la olvidada comunicaci¨®n interna en Espa?a radica, para el profesor Merino, en concebir el plan estrat¨¦gico ¡°como un documento¡± que incluye proyectos ¡°ya cocinados¡± y se cuelga en la intranet. A nadie le importa porque el trabajador no se siente involucrado, lo que genera desapego hacia la marca. Se?ala dos tipos de organizaciones: ¡°Las que generan esquemas participativos y crean comit¨¦s estrat¨¦gicos (las menos) y aquellas cuyos popes acuden a retiros y se traen montada la estrategia (la gran mayor¨ªa)¡±. A las primeras les aconseja ¡°que los canales de participaci¨®n sean eficientes¡±, y a las segundas, ¡°comenzar a crear grupos de trabajo, lo que potenciar¨¢ el sentido de identidad y pertenencia de sus empleados¡±.

As¨ª lo constata la encuesta de Workforce de UKG, seg¨²n la cual aquellos que tienen un elevado sentido de pertenencia (95%) y compromiso (92%) son mucho m¨¢s propensos a sentirse escuchados que los que se sienten poco involucrados (25%). Una carrera de fondo que requiere dedicaci¨®n y mucho trabajo como atestiguan desde Grupo Delaviuda, cuya plantilla sobrepasa los 400 empleados. ¡°Estamos dando pasos importantes gracias a la escucha activa de las prioridades del talento (salario emocional, buen clima, flexibilidad y conciliaci¨®n), a pesar de lo cual, cuando se comunican, parece que no se perciben como suficientes. La satisfacci¨®n no es total¡±, asegura su director de personas, Antonio Lucio, que considera crucial seguir esforz¨¢ndose en escuchar y contar con el apoyo e implicaci¨®n de los mandos intermedios.

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