La paradoja de la innovaci¨®n espa?ola
La nueva formaci¨®n profesional dual puede crear una amplia clase media laboral innovadora
¡°Innovaci¨®n¡± es un t¨¦rmino de moda tanto en la vida empresarial como en el debate p¨²blico. Es la palabra m¨¢gica que se invoca para acceder a la cueva de Al¨ª Bab¨¢ del progreso y la prosperidad. Vinculada a ¨¦l, hay otro en pleno apogeo: ¡°talento¡±. Las empresas necesitan talento, se dice. Y si no lo encuentran cerca (porque, al parecer, el sistema educativo no ense?a las habilidades que las empresas requieren) hay buscarlo fuera.
Quiz¨¢ como una muestra de este inter¨¦s, en las tres ¨²ltimas semanas he sido invitado a varios eventos donde la innovaci¨®n y el talento eran los temas a debatir. En el organizado por Redeia el tema fue c¨®mo lograr ¡°una transformaci¨®n innovadora e inclusiva¡±. En el impulsado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Econ¨®micas (Ivie), junto con la Fundaci¨®n Ernest Lluch, se habl¨® del v¨ªnculo entre ¡°Innovaci¨®n, desarrollo y bienestar¡±. El tercero, en la sede de la CEOE en Madrid, organizado por su Comisi¨®n de I+D+i, el tema era ¡°La Innovaci¨®n desde una perspectiva econ¨®mica amplia¡±. Puede ser de inter¨¦s trasladar aqu¨ª alguna de las ideas que expuse en estos eventos. En particular, la paradoja de la innovaci¨®n espa?ola.
Espa?a punt¨²a mal en las clasificaciones internacionales que miden la inversi¨®n en investigaci¨®n, desarrollo e innovaci¨®n (I+D+i). Estamos en el puesto 36, seg¨²n algunos informes. ?La verdad, no es para echar cohetes! Pero este dato no casa bien con otros dos. Somos la duod¨¦cima econom¨ªa del mundo en PIB, que no es una mala posici¨®n. Adem¨¢s, la espa?ola es una de las econom¨ªas m¨¢s abiertas, y en los ¨²ltimos a?os ha logrado mantener super¨¢vits continuados en la balanza de pagos.
Tambi¨¦n destaca la creatividad de actividades como las industrias culturales, de entretenimiento, deportivas, restauraci¨®n y hosteler¨ªa. En el caso de la industria audiovisual, con series y pel¨ªculas de ¨¦xito en los mercados mundiales, y con artistas j¨®venes con creatividad como Rosal¨ªa o C. Tangana. Ocurre lo mismo en deportes de equipo, como el baloncesto o el f¨²tbol femenino. Hay razones para una mayor autoestima. Esto se aprecia mejor desde fuera. Como recordaba hace dos semanas Alex Mart¨ªnez Roig en el suplemento Ideas de este diario, Simon Kuper, prestigioso periodista del Financial Times, despu¨¦s de pasar un a?o en Espa?a, tras haberlo hecho en Holanda, el Reino Unido y Francia, concluy¨® su art¨ªculo de despedida con un diagn¨®stico rotundo: ¡°Espa?a es el pa¨ªs m¨¢s habitable del mundo¡±.
?C¨®mo puntuando tan mal en los rankings de I+D, la econom¨ªa espa?ola es tan creativa? Una posible explicaci¨®n es que la m¨¦trica que se utiliza para medir y comparar la I+D no capte bien la innovaci¨®n que en mayor medida est¨¢ detr¨¢s de la prosperidad espa?ola. Para sostener esta idea me apoyar¨¦ en la obra de Dan Breznitz, de la Universidad de Toronto, experto en trabajo de campo sobre casos reales y estrategias de innovaci¨®n. En su libro, Innovation in Real Places. Strategies for Prosperity in an unforgiving World (2021), identifica cuatro etapas de la producci¨®n. La primera es la etapa de ¡°novedad¡±, cuando las invenciones originales se transforman en innovaciones comerciales significativas. La segunda es el ¡°dise?o, desarrollo de prototipos e ingenier¨ªa de producci¨®n¡±, aquella en que los fabricantes de dise?o original transforman conceptos originales novedosos en productos que se pueden producir en masa. La tercera es la ¡°innovaci¨®n de productos y componentes de segunda generaci¨®n¡±. La ¨²ltima se relaciona con la ¡°producci¨®n y montaje¡±. En cada una surgen oportunidades para la innovaci¨®n, la especializaci¨®n y el desarrollo de capacidades de regiones y pa¨ªses.
La etapa de la novedad es la que est¨¢ m¨¢s cercana a la I+D. Aqu¨ª no puntuamos bien, debido tanto a la baja inversi¨®n en I+D como a su bajo impacto innovador, por el d¨¦bil v¨ªnculo entre centros de I+D y las empresas. La pr¨®xima ley de Innovaci¨®n tiene que cerrar este gap. Nos va mejor con la innovaci¨®n relacionada con la fabricaci¨®n de dise?o original para su producci¨®n en masa; aqu¨ª tenemos ejemplos notables de ¨¦xito, como el de Inditex-Zara. Pero lo interesante del trabajo de Breznitz para la prosperidad espa?ola est¨¢ a mi juicio en las etapas tercera y cuarta. Nuestra industria auxiliar de automoci¨®n es un ejemplo exitoso, entre otros, de innovaci¨®n de segunda generaci¨®n de la tercera etapa. La cuarta, la producci¨®n y montaje, aunque en principio parece aburrida y poco glamurosa, es fuente de innovaci¨®n incremental, tanto en sectores de manufactura, farmacia, agroindustrial como en servicios. Tengo para m¨ª que la innovaci¨®n de base amplia que se produce en la econom¨ªa espa?ola en las etapas tres y cuatro no es bien captada por la m¨¦trica convencional de la I+D, que atiende m¨¢s a la primera. Esto podr¨ªa explicar la paradoja de la innovaci¨®n espa?ola.
Un ejemplo del impacto que tiene la innovaci¨®n de base amplia en la prosperidad es lo que nos ocurri¨® en la segunda mitad del siglo pasado. A principios de la d¨¦cada de los sesenta el problema para la clase media espa?ola era tener un Seat 600; diez a?os despu¨¦s el problema era d¨®nde aparcarlo. Aquella explosi¨®n de dinamismo vino en buena parte de los programas de formaci¨®n profesional de la Promoci¨®n Profesional Obrera (PPO) que transformaron trabajadores agr¨ªcolas en industriales. Tenemos que volver a hacerlo. La nueva formaci¨®n profesional dual, al combinar escuela con empresa, puede crear una amplia clase media laboral innovadora que despliegue la creatividad de todas las personas, tal como se?ala el Consejo Econ¨®mico y Social (CES) en su Memoria socioecon¨®mica y laboral 2021.
Pero tambi¨¦n hay que llevar a cabo la revoluci¨®n pendiente de la teor¨ªa del dinamismo econ¨®mico. La que ahora se utiliza est¨¢ basada en las ideas de Joseph A. Schumpeter en su libro cl¨¢sico de 1911 The Theory of Economic Development. Es una teor¨ªa elitista y limitada a la ¡°innovaci¨®n disruptiva¡±. Schumpeter sostuvo que la masa de personas empleadas en las industrias carece de creatividad e inventiva. No es cierto. La creatividad es un atributo de toda la poblaci¨®n. Para desplegarla hay que ense?ar el dinamismo econ¨®mico, democratizar la innovaci¨®n y fomentar la emancipaci¨®n y la creatividad de los j¨®venes. De esto hablaremos en otra ocasi¨®n.
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