Claves de 2023
Tras una sucesi¨®n de crisis, el reto es aplacar la inflaci¨®n sin menoscabar la prosperidad futura
El a?o que concluye se ha caracterizado por la coincidencia de dos extraordinarias perturbaciones: un shock de incertidumbre a ra¨ªz de las tensiones geopol¨ªticas exacerbadas tras la invasi¨®n de Ucrania y una escalada de los precios energ¨¦ticos, en particular del gas, que no se ve¨ªa desde la crisis del petr¨®leo. El primero, de orden psicol¨®gico, ha empa?ado las expectativas, un factor crucial (aunque dif¨ªcil de cuantificar) de las decisiones de inversi¨®n y consumo. Y el shock energ¨¦tico equivale a un empobrecimiento del pa¨ªs, que se puede estimar en m¨¢s de 52.000 millones de euros ¡ªo el 4% del PIB¡ª, lo nunca visto desde los a?os setenta. Esto es as¨ª porque la inflaci¨®n en los bienes y servicios que compran las familias y las empresas ha superado el alza de los precios de producci¨®n de nuestra econom¨ªa (el llamado efecto ¡°relaci¨®n real de intercambio¡±).
Ante semejantes sacudidas, la econom¨ªa ha resistido mejor de lo anticipado. La tan temida tormenta no se produjo en oto?o y los indicadores disponibles, si bien generalmente a la baja, muestran que el desplome del poder adquisitivo soportado por los hogares solo se ha trasladado parcialmente al consumo. Las empresas, por su parte, se han adaptado ahorrando energ¨ªa y en algunos sectores los beneficios se han disparado.
Lo que pase de aqu¨ª en adelante depende sobre todo de tres factores. Uno, el grado de persistencia de ambos shocks, algo que parece apuntar en la buena direcci¨®n. Las incertidumbres persisten, pero los peores escenarios planteados a ra¨ªz del conflicto b¨¦lico parecen ahora menos veros¨ªmiles. Prueba de ello son los ¨ªndices de confianza, que, si bien todav¨ªa en terreno negativo, registran una suave mejora. Asimismo, la perspectiva de un corte de suministro de gas durante el invierno es menos probable, a tenor de los mercados a plazo que anticipan una estabilizaci¨®n de los precios energ¨¦ticos en torno a sus niveles actuales ¡ªsi bien estos siguen siendo muy elevados y sujetos a una gran volatilidad¡ª. El IPC de los productos energ¨¦ticos ha retrocedido desde el verano hasta niveles pr¨®ximos a los valores anteriores a la guerra.
En segundo lugar, mucho depender¨¢ de los efectos de segunda ronda de los shocks. De momento estos no se aprecian en t¨¦rminos de salarios (el coste laboral por hora trabajada se increment¨® un 2,3% en el tercer trimestre, seis d¨¦cimas menos que en la media de la eurozona). Pero, entre tanto, la escalada de los precios se ha adentrado en el aparato productivo, con un porcentaje muy elevado de componentes del IPC que se encarecen a un ritmo superior al 6%. Adem¨¢s, como ha se?alado el BCE en sus ¨²ltimas previsiones, la supresi¨®n de algunas de las medidas adoptadas por los gobiernos, como la subvenci¨®n generalizada de los hidrocarburos, tendr¨¢ mec¨¢nicamente un efecto al alza sobre la inflaci¨®n.
Otro efecto de segunda ronda que ser¨¢ determinante es el comportamiento del mercado laboral. Hasta ahora, el empleo ha actuado como dique de contenci¨®n ante la ola contractiva. Se detectan cambios en la gesti¨®n de las plantillas que apuntan al mantenimiento de esa tendencia moderadora, pero esto es bajo el supuesto de que no se produzcan nuevos shocks.
Con todo, lo m¨¢s relevante ser¨¢ el papel de la pol¨ªtica monetaria, y de la fiscal, ante el desaf¨ªo de aplacar la inflaci¨®n sin afectar el crecimiento ni la estabilidad financiera. La tarea es especialmente compleja para el BCE, por la presi¨®n de los pa¨ªses del centro de Europa con un IPC en el doble d¨ªgito, que exigen una restricci¨®n monetaria m¨¢s agresiva. Algo que no conviene necesariamente a Espa?a y Francia, con una inflaci¨®n m¨¢s contenida. La hacienda p¨²blica, por su parte, intenta repartir los costes de la inflaci¨®n, facilitar la transici¨®n energ¨¦tica y digital, y a la vez emprender una senda de correcci¨®n de los desequilibrios. En suma, todo apunta a que la pol¨ªtica econ¨®mica recuperar¨¢ su protagonismo en el nuevo a?o, tras la excepcional sucesi¨®n de shocks ex¨®genos que han marcado nuestras vidas.
Eur¨ªbor
El euríbor a un año, principal referencia para las hipotecas a tipo variable, ha dejado atrás el terreno negativo en que se mantuvo en los últimos años, para subir desde el -0,5% en enero hasta valores superiores al 3% tras la última reunión del BCE. El incremento es menos pronunciado descontando el aumento de las remuneraciones: en términos reales (diferencia entre el tipo de interés nominal y el incremento de los salarios), el euríbor se sitúa en el 1%, frente a una media del -1,1% durante el periodo expansivo prepandemia.
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