Next Generation y financiaci¨®n sostenible
La utilizaci¨®n de instrumentos financieros reembolsables es un reto sobresaliente para Espa?a

La adenda presentada por el Gobierno de Espa?a para consumir toda la financiaci¨®n proveniente del Mecanismo de Recuperaci¨®n y Resiliencia confirma la intenci¨®n de convertir el conocido como fondo Next Generation en la gran palanca de transformaci¨®n econ¨®mica y social de nuestro pa¨ªs. De ejecutarse plenamente, las inversiones solicitadas suponen 94.300 millones de euros m¨¢s, adicionales a los ya solicitados en 2021, que ascend¨ªan a 68.000 millones. Si a estos fondos se les a?aden los fondos REACT ¡ªque est¨¢n en el ¨²ltimo a?o de ejecuci¨®n en 2023¡ª y los programas operativos de la pol¨ªtica de cohesi¨®n (otros 37.000 millones), Espa?a contar¨¢, de aqu¨ª a 2029, con una cifra que no conoc¨ªamos desde los a?os dorados de los fondos europeos, all¨¢ por los a?os 90, cuando la ampliaci¨®n de la UE hacia el este no hab¨ªa, todav¨ªa, rebajado el nivel de apoyo recibido desde Bruselas.
Los datos actualizados se?alan que Espa?a ha recibido ya m¨¢s de 31.000 millones de euros del Next Gen y que las subvenciones otorgadas, aunque todav¨ªa sin ejecutar plenamente, superan los 28.000 millones de euros, de acuerdo con los c¨¢lculos de Manuel Hidalgo para ESADE. Es decir, pese a las dificultades de implementaci¨®n, los fondos Next Gen siguen su curso y terminar¨¢n afectando positivamente tanto a la actividad econ¨®mica, como, esperemos, a la competitividad y sostenibilidad de nuestro pa¨ªs.
Sin embargo, el nuevo tramo de fondos tiene una caracter¨ªstica espec¨ªfica, y es su car¨¢cter reembolsable. En beneficiosos plazos y tipos de inter¨¦s reducido, Espa?a debe devolver este dinero. Ya que no queremos que esta inyecci¨®n perjudique nuestro d¨¦ficit y deuda p¨²blica neta, la mejor manera de utilizarlo es a trav¨¦s de la puesta en marcha de instrumentos financieros reembolsables: pr¨¦stamos e inversiones en proyectos que no s¨®lo cumplan con los objetivos del Next Gen, sino que adem¨¢s generen retornos suficientes al Tesoro p¨²blico.
La utilizaci¨®n de instrumentos financieros reembolsables es un reto sobresaliente: no es el afamado ¡°man¨¢¡± que cae de la convocatoria de subvenciones, sino que los operadores econ¨®micos y sociales deben pensarse muy bien su uso, porque entrar¨¢ en sus balances como deuda que tienen que devolver en un plazo determinado, o como capital que restar¨¢ rentabilidad a sus propios fondos. Si a esta caracter¨ªstica unimos la necesidad de contar con el seguimiento de indicadores y objetivos de car¨¢cter econ¨®mico, social y ambiental, la gesti¨®n de los mismos se har¨¢ m¨¢s compleja. Esto es relevante, adem¨¢s, desde el punto de vista de los intermediarios financieros que deben asumir la gesti¨®n de los mismos, pues las nuevas l¨ªneas de financiaci¨®n deben ser complementarias, pero no sustitutivas, de las l¨ªneas de financiaci¨®n ya ofertadas por el mercado.
As¨ª, el dise?o de los fondos previstos cobra la m¨¢xima importancia. Afortunadamente, tenemos instituciones como el ICO, Cofides o ENISA con experiencia en el uso de estos instrumentos. Tambi¨¦n contamos con una notable experiencia en las comunidades aut¨®nomas, a trav¨¦s de instituciones como el Instituto Valenciano de Finanzas o el Instituto de Fomento de Murcia, entre otras. Entre 2014 y 2020, al menos diez comunidades aut¨®nomas ejecutaron exitosamente instrumentos financieros reembolsables con fondos europeos. Hay experiencia suficiente para sacar lecciones y evitar errores del pasado, con subejecuciones presupuestarias, desistimientos de la banca comercial, u otorgamientos de pr¨¦stamos a proyectos inelegibles.
Lo m¨¢s relevante de todo el desaf¨ªo y la oportunidad que se abre es la naturaleza de los fondos desde el punto de vista de la sostenibilidad: con los nuevos instrumentos, Espa?a tiene la oportunidad de abrir definitivamente el mercado de las inversiones sostenibles, configur¨¢ndose como un actor relevante en el contexto internacional. Si combinamos el potencial de fuego de los nuevos fondos, los avances en materia de inversiones sostenibles ¡ªcomo la elaboraci¨®n de las reglas de informaci¨®n no financiera de las empresas, las taxonom¨ªas europeas para inversiones sostenibles y sociales, o la entrada de Espa?a en el Comit¨¦ Global de Seguimiento de las Inversiones de Impacto¡ª y la experiencia p¨²blica acumulada, podemos dar un salto cualitativo en la sofisticaci¨®n y sostenibilidad de nuestro sistema financiero y, con ¨¦l, de todo nuestro tejido productivo. Una advertencia: esto no ocurrir¨¢ de manera espont¨¢nea, sino que responder¨¢ a un cuidado dise?o que requerir¨¢ indefectiblemente de inter¨¦s, tiempo y recursos.
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