Espa?a ante la reconfiguraci¨®n de los intercambios globales

La metamorfosis del proceso de globalizaci¨®n es cada vez m¨¢s palpable, a tenor del distanciamiento que se est¨¢ produciendo entre los grandes bloques comerciales, exacerbado por la doble crisis pand¨¦mica y energ¨¦tica. En la presentaci¨®n de su ¨²ltimo informe de perspectivas econ¨®micas, la OCDE constata que los obst¨¢culos a los intercambios internacionales se han multiplicado por 10 en el ¨²ltimo lustro (en t¨¦rminos del porcentaje de productos de importaci¨®n sometidos a alg¨²n tipo de restricci¨®n entre 2010 y 2022). Una de las barreras comerciales m¨¢s simb¨®licas de los nuevos tiempos es el plan Biden de apoyo masivo a la industria americana, algo inimaginable en la ¨¦poca, de facto extinguida, del llamado ¡°consenso de Washington¡±.

El cambio de rumbo est¨¢ siendo especialmente perjudicial para Europa, como lo evidencia el fuerte deterioro del saldo de sus intercambios frente a China y EE UU. El d¨¦ficit con el gigante asi¨¢tico se ha multiplicado casi por 3 en relaci¨®n a la media prepandemia (en concepto de balanza por cuenta corriente de la Uni¨®n Europea). Y el super¨¢vit frente a EE UU est¨¢ en v¨ªas de volatilizarse, dividi¨¦ndose por 4 durante el mismo periodo.

En Espa?a la tendencia es similar al resto de la UE. Y, m¨¢s preocupante, el desequilibrio revela una dependencia creciente con respecto a los productos clave para la transici¨®n digital y ecol¨®gica. Es obvio que el objetivo europeo de autonom¨ªa estrat¨¦gica no se est¨¢ materializando de momento en avances econ¨®micos concretos.

Sin embargo, la ¡°desglobalizaci¨®n¡± tambi¨¦n conlleva una reconfiguraci¨®n de las cadenas productivas, que en este caso podr¨ªa estar siendo positiva para la econom¨ªa espa?ola. Las empresas han tomado conciencia de la vulnerabilidad de procesos de externalizaci¨®n excesivamente fragmentados o dependientes de pa¨ªses alejados de los grandes centros de consumo. Esta vulnerabilidad se ha plasmado en la aparici¨®n de cuellos de botella y de situaci¨®n de escasez de suministros esenciales, generando una relocalizaci¨®n de la actividad productiva hacia lugares m¨¢s pr¨®ximos y seguros, como lo constata tambi¨¦n el informe de la OCDE.

Es probable que Espa?a se est¨¦ beneficiando de este acortamiento de las cadenas de suministro, hasta el punto de anular el impacto negativo del shock comercial con EEUU y China: los intercambios entre Espa?a y el resto de la UE arrojan un super¨¢vit creciente, casi compensando por completo el deterioro registrado con las grandes potencias. De modo que el saldo total sigue siendo excedentario, cuando dos de cada tres pa¨ªses europeos, entre ellos Francia, Italia y modelos exportadores como B¨¦lgica y Finlandia est¨¢n en n¨²meros rojos. Asimismo, las locomotoras industriales que son Alemania, Austria y Pa¨ªses Bajos han reducido su super¨¢vit dr¨¢sticamente.

Aunque no es f¨¢cil cuantificarlo, es probable que la mejora de nuestros intercambios con la UE refleje en cierta medida el proceso de relocalizaci¨®n. Sus efectos son palpables en sectores como la industria farmac¨¦utica y los servicios profesionales, por ejemplo. El tir¨®n del turismo es sin duda otro factor del buen comportamiento del sector exterior, pero esto solo explica parcialmente el resultado de conjunto: entre los pa¨ªses mediterr¨¢neos, Espa?a destaca por ser el ¨²nico que presenta un excedente con el exterior.

Todo ello apunta a un plus de competitividad de la econom¨ªa espa?ola en t¨¦rminos de costes de producci¨®n, sobre todo laborales y energ¨¦ticos, y de relativa paz social apuntalada por el reci¨¦n concluido acuerdo salarial. Se trata de un viento de cola potente hoy por hoy, pero que ir¨¢ amainando si no se corrigen las causas inherentes al creciente desequilibrio de los intercambios con los pa¨ªses que lideran el cambio tecnol¨®gico. Desde ese punto de vista la adenda a los fondos europeos, con unas transferencias adicionales (no reembolsables) de 10.300 millones de euros y pr¨¦stamos por hasta 84.000 millones a ejecutar hasta 2031, toca las teclas acertadas. Pero para aprovechar el impulso, habr¨¢ que solventar los persistentes problemas de ejecuci¨®n que han lastrado el potencial transformador del programa.

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